56 REPERTORIO AMERICANO ALREDEDOR DE AMERICA Conversación con Gabriela Mistral Por José CASTRO (En Rep. Amer. PRAXENCI Apoyándose suavemente en el brazo de su secretaria italiana, una hermosa mujer de ojos de aguamarina y de tez ebúrnea, Gabriela Mistral desciende las escaleras de la residencia de los señores Alvarez de Cañas, en el Vedado, donde se hospeda. Ya para su dolencia diabética y para los hielos de la edad, un poco, el tráfago febricitante de los grandes hoteles modernos resulta algo molesto. en este remanso de tranquilidad de la suntuosa mansión del lujoso quartier puede descansar y escribir, aunque sus numerosas amistades y admi.
radores no le dejan tiempo para nada.
Nosotros llegamos en compañía del encargado de negocios de Guatemala, Luis Alberto Benítez, quien pone en sus manos una invitación de la Casa de la Cultura a través del escritor Luis Cardoza y Aragón.
Gabriela, tras sentarse y encender un aromático Pall Mall. nos dice. Tengo una deuda moral con Guatemala, país que quiero tanto. Evoco la cordial amistad de Rafael Arévalo Martínez y la belleza de sus lagos. Con mucho gusto acepto esta invitación, pero no por ahora. Tengo que ir inmediatamente a La Florida a organizar el Consulado de Chile, con instrucciones de la Cancillería de mi país. una vez terminada esta labor y habiendo descansado un poco de un largo viaje por mar desde Italia hasta Cuba, iré a ver de nuevo a la querida tierra de Guatemala, aceptando esta cariñosa invitación.
Sus palabras están teñidas de afecto hacia Guatemala. en són de cordial protesta se queja de que no se haya hecho una edición gigante que comprenda toda la obra de Arévalo Martínez que no es conocido como debiera serlo poeta de tal mag.
nitud. Nosotros le explicamos que la edi.
torial del Ministerio de Educación de Guatemala ha editado hace algún tiempo El hombre que parecía un caballo y otros cuentos. Pero ella no se siente satisfecha. cree que la difusión de la obra del poeta de Las Rosas de Engaddi debe ser mayor.
En esta conversación estábamos cuando irrumpe inesperadamente una periodista venezolana, representante de El Nacio.
nal de Caracas, con un fotógrafo. Ha veni do desde Venezuela a entrevistar a Gabriela Mistral y no va a regresar con las manos vacías. Se llama Francia Natera, y es una hermosa morena clara. Como buena reportera entra con desenvoltura, casi asalta la sala con su camarógrafo, el que toma cerca de una docena de poses de la gran poetisa chilena que protesta a cada momento. los viejos es mejor oírnos que vernos. Ya es suficiente de fotografías.
Pero el fotógrafo, como buen reportero gráfico, tampoco hace caso de las amables protestas de Gabriela Mistral. Llega también en ese momento el encargado de negocios de Chile en compañía de su esposa. una pregunta de uno de los circunstantes, Gabriela responde. Yo nací y he vivido la mayor parte de mi vida en un pueblecito pequeño llamado por contraste Monte Grande. Frente a un cerrote alto y encrespado. Tal vez proditorios y torticeros. Tiene usted muchos años de no ir por su Chile natal. Muchos. Pero no me pregunte fechas.
Resulta que yo he vivido casi toda mi vida en Chile. los cuarenta y cinco años nunca había salido de mi país. Ahora hay algunos compatriotas míos resentidos y me llaman hasta descastada porque nunca voy por Chile. Pero no es culpa mía. Los que así piensan y hablan olvidan que soy Cónsul General de Chile per vitae. y que no puedo regresar al país si no es obedeciendo a un llamado del Ministerio de Reiaciones Exteriores. como no me han llamado, yo no he ido.
Durante el último tiempo he estado en Nápoles. Hice un viaje muy largo, pues como no puedo montar en avión, vine por mar hasta Nueva York. De allí por tierra hasta Miami y de la Florida hasta la Habana por barco. Casi quince días de viaje.
Estoy cansada. Por eso es que quiero des.
cansar unas semanas en La Florida antes de aceptar la generosa invitación de mis amigos de Guatemala. Conozco mucho la obra de Luis CarGabriela Mistral doza y Aragón, aunque no estoy segura de (Enero de 1953) que nos hayamos encontrado en alguno de los caminos del mundo. Me alegra que Guatemala lo haya reincorporado al elenco este paisaje brusco tuvo que ver en la sin de sus intelectuales, pues es uno de los vaceridad de mi poesía. Después he viajado lores más legítimos.
por la región más querida de mi tierra. Por La compañera de El Nacional de Carala Patagonia. Cerca de la Antártida. El cli cas insiste sobre el tema de Gallegos y le ma es duro, es muy frío, pero las gentes pregunta qué novela de él prefiere. Ga.
son muy cálidas y muy buenas. Siempre briela contesta con ancha sonrisa: lo recuerdo con cariño no obstante que allí En este mundo, nosotros podemos opiadquirí este tremendo reumatismo que to nar de muy poquita cosa. Sin embargo acosdos los años repunta.
tumbramos a opinar de todas. Yo no podría. En la Patagonia, continúa hablando decirle qué novela prefiero de Gallegos, por con afecto nunca hay calor. El frío es que las prefiero todas. Ya le he expresado intenso y soplan unos vientos salvajes so anteriormente mi concepto sobre él.
bre un paisaje desolado. Pero el paisaje Nosotros le recordamos: humano es muy interesante. Allí se ve la Gabriela: hace trece años estuvo usted Aurora Austral que es una prolongación en La Habana. Invitada por la Asociación del día que llega hasta la media noche. Es de Escritores y Artistas Americanos habló como un sol de medianoche. La diáfana usted en el Ministerio de Estado sobre la claridad auroral tiñe de tenues colores los Cultura Americana. Era Ministro de Estahorizontes lejanos.
do el doctor Juan Remos.
En cada palabra de Gabriela sobre esta Dijo usted que el culto a los héroes y a aspérrima región austral hay una gota de los próceres ha servido en América para nostalgia y una gota de ternura. Luego la crear una casta de serviles y que la cultuperiodista venezolana le pregunta en tor ra deportiva era utilizada para entregar la no a Gallegos. Gabriela responde: carne humana a la guerra en racimos más He leído, varias veces, las novelas de maduros. Agregó que la civilización con Rómulo Gallegos. Dónde está él ahora, que temporánea era una empresa maniquea, que lo he perdido de vista. Tengo el concep con una mano daba la vida y la arrancaba to de que es el mejor novelista de la Amé con la otra. Que era el gigante de los pies rica. Mejor dicho, de nuestra habla, porque de arcilla. Que era un amasijo mitológico aquí cuento también a España.
de arcángel y de malhechor.
La joven periodista venezolana le habla Efectivamente, dice Gabriela. para con calor del célebre autor de Doña Bár hablar de cultura en América, si hemos de bara que ahora se encuentra en México. pronunciarnos con sinceridad, tenemos que Gabriela se informa sobre la muerte de ser un poco ásperos, un poco duros. Tenedoña Teotiste, la esposa de Gallegos. se mos un poco de cultura amasada con alconduele en la esperanza de que pronto ter go que tomamos de Europa con otro pomine la pena del gran desterrado que elec co nuestro. Pero en los tiempos pasados de to Presidente de Venezuela por su pueblo, bemos decir que civilización y cultura fué derrocado por una maniobra de tres solamente hubo en el Imperio de los Incas.
coroneles, uno de los cuales fue después Nosotros le decimos que un viejo arasesinado. Ahora uno de ellos se adueño tículo de Rosa Arciniega habla sobre la del poder en Venezuela por procedimientos (Concluye en la pág. 63. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica