REPERTORIO AMERICANO 109 Sobre Germán Pardo García Envío del autor. Cali. Colombla Gilberto Garrido y Pardo García, no pertenecen a esta generación porque integran el espíritu poético de todos los tiempos.
Este libro de Pardo García denuncia también un cuidadoso estudio del idioma. Lo he dicho y lo repito, no se puede alcanzar la madurez artística sin el conocimiento del lenguaje, como no es posible llegar a las cimas del arte melódico si no domina la escritura musical.
El poeta no puede improvisar hoy obra alguna si aspira a darle consistencia duradera, y esto lo comprende Pardo García y lo revela en su verso tan sobrio como tan profundo en su contenido epiritual Te decía que la simplicidad de Los Júbilos Ilesos pasma y edifica. Simplicidad y pureza son las grandes virtudes que informan su poesía y le prestan un temblor de fruta en mndurez. El poeta antepone su vida interior a todo goce de los sentidos y nos entrega el mensaje de su espíritu en un verso que vibra con soterradas músicas, ritmo inaudible escuchado por el oído en el alba del éxtasis.
Este breviario de mística perfecta me ha ganado con su sobriedad clásica. mí la poesía no me interesa como cabriola o demostración de talento imaginativo, sino como cántico del ánima.
Por eso no gusto de los poetas que nos aturden los oídos con pífanos de acero, sino de la poesía que fluye en la hebra de plata de una melodía profunda. La poesía tiene que tener el santo calor que reclamaba Keats algo de intimidad y mucho de soledad lírica. Pues todas estas condiciones, imanentes a los grandes poetas, se encuentran abrillantadas en Pardo García. Bendigamos este libro que se incorpora a la poesía mística de 1a lengua y exige para repetir los ver sos que en el discurren la unción con que decimos la plegaria.
Te abraza tu compañero y fiel amigo, Antonio Llanos Gran poeta y gran amgio: Aquí, al calor de los clásicos, ahora amados por mí con singular fervor, he leído el libro de Germán Pardo García que tú me elogiaste con tanta sinceridad como devcción por el poeta. Lo he leído pausada:nente y vengo a decirte, en estas letras, la emoción estética que me dejó ese volumen de Los Júbilos Ilesos. tan descarnado de todo alarde literario, tan hondo en su escueto lirismo y tan admirable en su realización artística.
Para leer ese libro yo recomiendo la meditación mística. Es preciso recogerse en el silencio monacal de la noche, elevar los ojos al cielo y contemplar la maravilla estelar de innumerables luces adornada. He citado a Fray Luis de León y sé que este libro de Pardo García, por su alta pureza lírica, recuerda al ave de Salamanca, que dijo en lengua castellana, la más pura oración a la noche. Por los caminos de la noche cursan los elegidos y tú, Gilberto, conoces los senderos enjoyados en diamante.
Pardo García anta, igualmente, la soledad de la noche y el pan sin levadura que se mece ai alcance de su mano.
En la evolución de Pardo García puede señalarse el tránsito a un misticismo de alta procedencia. Se acerca a Nervo por la sencillez desconcertante de su verso. Mas su sencillez ha sido lograda en la depuración artística, en el esfuerzo trabajoso, así como el oro se enalba en los ardidos ósculos de la copela. Sus poemas se bañan en la luz del espíritu y rebasan, con irecuencia, el límite de los conceptos entrando en los serenos dominios de la eternidad. Qué entendemos nosotros por misticismo? Conviene definir este sentimiento que tanto en la obra de Pardo García como en la tuya encadena la emoción y la transforma en deleite extrahumano. Místico, entiendo yo, es el que se ha desasido de las cosas terrenas en el vuelo hacia una región de inefable claridad. Diferencio el misticismo del ascetismo. El asceta alcanza su ideal en la penitencia, y el místico en la oración. atiende que no he determinado un sentimiento católico, ni siquiera cristiano, para que la mística no halle en la pobre ignorancia de quienes no la comprenden la frase despectiva y grosera, índice cierto de una extremada pobreza intelectual.
Presiente el místico que en lo infinito debe haber algo que corresponde a la grandeza del espíritu que mora en nosotros y ese algo será la eternidad. Vivir la vida en un orbe armonioso, sin desfallecimiento ni trabas que sometan el ímpetu del corazón, es ciertamente un anhelo que todos hemos experimentado en las horas del recogimiento doloroso. Cómo no entender, pues, esta desazón lírica de los místicos! La poesía mística en lengua española, la obra mística en general de España, es la cumbre nevaGermán Pardo García (1928)
da de su literatura y es de las mayores creaciones del hombre en letras universales. Allí tienes a los dos Luises, a San Juan de la Cruz, a Santa Teresa.
Convenido que ser poeta místico es haber conquistado la altura del canto.
En ese empinado monte de piedra y luz, está nuestro Germán Pardo García. Está libre ya del verbalismo que constituye la sirte de toda creación estétiса. De los nuevos poetas de América, incluyo a mi país, muy poco quedará cuando el tiempo someta a sus crisoles implacables la producción actual ¿Dónde está el gran poeta nuevo? Mucho ingenio, mucha imagen audaz, mucha palabra y cuán escasa poesía. El lirismo profundo de Barba Jacob no ha hallado aún otca voz que lo acompañe. Cierto que Rafael Maya, León de Greiff, Vásquez, Umaña Bernal, Mario Carvajal, como tú Juárez en la.
gica y expresiva, que hace bien al extenso cuerpo del relato. Repásense tales episodios, hágase esfuerzo de memoria sobre movimientos y gestos anteriores del héroe, y se establecerá la razón que el biógrafo tuvo al disponerlos.
Ciertamente pudo haber fallado Pérez Martínez en dar con la exacta equivalencia, en nuestra sensibilidad de criollos, de aigunas situaciones interiores de un indígena neto como Juárez.
Pero a cuantos le reprochen esta circunstancia como un atentado, les respondería que no existe otro camino que el de la hipótesis reflexiva y que en este caso nuestro autor anduvo cauto, hasta donde uno, que tampoco puede (Viene de la página 104)
conocer el fondo último del alma indígena, se halle facultado para diagnosticar. No hay peor lucha que la que no se hace. dicen por allí. quien pretenda enmendar con tono dogmático las interpretaciones del biógrafo, tendrá que acudir a los mismos recursos manejados por éste, o reencarnar en alma y sangre zapotecas.
Pérez Martínez fija, con acierto de síntesis, esta definición de Juárez: Fuć un indio zapoteca, que vivió en castellano. Vivió así, porque era del mundo castellano de donde llegaban hasta él las conspiraciones, la oposición, el llamado a la lucha constante. Su papel de estdista, de encauzador de las liber Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica