REPERTORIO AMERICANO 247 La virtud de la originalidad Max Jiménez y su poesía sonal de su obra. Sus versos tienen los Por VICTOR DE ARAGON Envio del autor. New York, Marzo de 1935.
dos valores definidos de la poesía inmortal.
En primer término encontramos lo imprevisto de la obra, es decir, el tema que brotando raudo y lleno de elegancia guarda en sí la gracia y la perfección de la idea y lleva para siempre el reflejo del ideal en que fuera concebida.
Graciosamente corre el tema alegre, puro, lleno de vida, pero llevando todavía el recuerdo de los campos por donde pasó Luego viene la parte expresiva, la originalidad, la buscada virtud, la que convierte el tema extraño, en dolor persoral, y que hace al artista desconocido hermano de nuestra propia alma.
Decir que Max Jiménez es uno de los más grandes poetas del continente de Hispano América, está muy lejos de ser una exageración; tal vez, sea decir más bien muy poco de lo que tengamos que atestiguar mañana ante el mandato inexorable de la historia. Porque en la literatura de su país, Costa Rica, su obra no admite comparación. Viniendo esta de una escuela nueva llena de vida, de vibración, definida y distinta, lleva estampada para siempre lo muy difícil de encontrar: la valiosa y buscada virtud de la originalidad. Max Jiménez INDICE: En literatura, la originalidad es sin duda la más valiosa y buscada virtud que puede lucir orgulloso un escritor.
Pero es también desgraciadamente la excusa que ha llevado a los más descabellados intentos, a las más antiestéticas manifestaciones, y a los más inútiles csfuerzos.
En todos los tiempos ha sido la comezón de la originalidad la que ha echado cuesta abajo a miles de espíritus de verdaderos sentimientos artísticos, que interpretando de dudosa manera sus impiesiones y sus ideales y ya en la pendiente resbaladiza de lo cursi y de lo irreal, van convirtiendo lo que con estudio y construcción sólida y bien definida, bien hubiera sido una matizada floración de bellas ideas, pero ahora con cstas manifestaciones raras son sus almas lagos quietos, inmóviles, casi muertos donde ya jamás cruzará una sola visión prometedora, un solo pensamiento original, o una sola idea luminosa.
Pero en fin. qué es la originalidad en el arte, especialmente en el arte de escribir?
En el poeta es una divina aptitud para sacar a la luz y revestir con el ropaje de sus palabras aquel revoloteo de ideas que diariamente nacieron en su interior y que éste a fuerza de mirar, de oír y de sentir alcanza primero a darles forma, luego icolor, y luego vida. Pero este zopaje ha de ser fuerte y duro; quizá como la piedra ha de resistir a la inclemencia de la incomprensión, al aguacero de la envidia y al sol purificador y eterno de la historia.
La originalidad no está, como atestigua tanto enfermo de neurastenia artística, en ofrecernos esas manifestaciones Taras, extrañas, grotescas, cosas nuevas como dicen ellos. En la vida todo es viejo, aun aquellas cosas que no han nacido todavía, ya traen consigo la mancha del tiempo que en unos segundos sabe vertir despiadado sobre ellos, toda la carga dolorosa de los años. estas ideas que juzgamos hoy tan frescas, tan lienas de encanto, de belleza y de color, bien sabes, fueron las mismas que inspiraron ayer y serán las mismas que harán sonar mañana a esos espíritus en gracia de belleza que son los artistas del futuro.
Es decir, es el ropaje, el colorido con que les demos vida, lo único nuevo, lo justamente nuestro, lo verdaderamente individual; y esto es lo admirable en el artista.
Pero la originalidad está un poco más allá todavía.
Está en hacer que esas palabras lleven entre sí, y cada una de ellas, algo de nuestro hondo y verdadero sentir, de nuestras impresiones ocultas, algo de nuestras emociones impersonales que fueron naciendo paulatinamente en nuestro yo intimo aj través del tiempo y que sabrán convertir cual suaves rayos de luz lo obscuro de la vida, en claridades de plata.
Es decir, es saber darse espiritualmente en todo su integro esplendor, es revelar lo viejo en forma nueva, es ha4. 00 blar en voz baja y que sea trueno sono10 nuestro eco y así, delicada, fina y aristocráticamente sacar la gota clara y cristalina del arte. este joven poeta de América, este Max Jiménez de hoy ha logrado esa educación espiritual en toda su obra poética admirable y sólidamente consciente. Es un poeta que tiene mucho de perfecto, y digo mucho, pues valiéndonos de las palabras jamás podremos definir exactamente la emoción o el sentimiento de nuestro verdadero valor íntimo y así jamás podremos ni copiar el dolor en toda su grandeza ni la plenitud de nuestra intima felicidad.
Como artista su gran valor se manifiesta en ese colorido externo. en esa musicalidad tan expresiva y tan espontánea de sus temas en esa parte tan per. 00 ESTOS LIBROS: Anatole France: Páginas escogidas.
Alberto Gerchunoff: Enrique Heine el poeta de nuestra intimidad Alberto Gerchunoff: La asamblea de la bohardilla 00 Alberto Gerchunoff: Historias y proezas de amor.
Alberto Gerchunoff: El hombre que habló en la Sorbona Gerardo Hauptmann: La prodigiosa isla de las Damas.
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