82 REPERTORIO AMERICANO moria en movimiento. Es la tra Toledo y, más tarde, con sus dos TREBOL Con este sol y aurora me vestia: dición popular del arte. Los grandes afluentes: la Fábula del retozaba el muchacho como en grandes poetas, los individuos, in Genil de Pedro de Espinosa, la Trébole, jay Jesús, cómo huele!
prado ventan, y el pueblo recoge lo in otra limite, meta, maravilla Trébole, jay Jesús, qué olor! cordero tierno al prólogo del día.
ventado y lo transforma, a veces, del cordobés Don Luis de Gón Trébole de la casa da haciéndolo ir más lejos.
gora y Argote: Polifemo y Ga que a su esposo quiere bien: Yo quiero imaginar a este LoUna noche oí esta copla al latea.
de la doncella también pe casero, que al amanecer, descantaor sevillano José Cepero: Mas para los poetas del siglo entre paredes guardada, pués de concluídos en una sola XVli, aun el aire estaba muy car que fácilmente engañada noche un drama o una comedia un arroyo claro a beber gado: en él pasaban mucho toda sigue su primer amor.
en tres jornadas, baja al jardín a un arroyo claro a beber via las viejas músicas y cancio Trébole, jay Jesús, cómo huele! para regar las flores de sus mavi bajar una paloma.
nies, latiendo al son de los anti Trébole, jay Jesús, qué olor!
Por no mojarse la cola cetas; yo quiero imaginarlo diLos ritmos. pesar de vivir ab Trébole de la soltera levantó el vuelo y se fué.
go jugando con su hijo Carsorbidos por las nuevas conquisque tantos hores muda; los Félix, haciéndole cantar sus ¡Qué paloma tan señora!
tas tanto técnicas como cultura Trébole de la viuda propios cantarcillos, compuestos Este José Cepero no es un poe les, los viejos aires les contagian. que otra vez casarse espera, mientras el sueño y reposo de la ta culto. El no sabe de sonetos, Hay que reposar, que descansar tocas blancas por de fuera casa.
elegías, octavas reales o alejan de los largos y difíciles endecasi y faldellín de color.
Ningún cantar más infantil que drinos. El somete sus coplas, rit la bos, hay que coger nucvamente Trébole, ay Jesús, cómo huele!
éste: nios y músicas ya dados. Por lo del aire, para soltarlos otra vez, Trébole. ay Jesús, qué olor. Deja las avellanitas, moro, general, apoya casi todas sus can los versillos menores, llenos de ciones en los versos castellanos gracia, desvergüenza o ternura. Todavía hoy en Asturias resueque yo me las varearé, más sencillos: el octosílabo de los es Lope, primero, el que con nan canciones lejanamente relatres y cuatro en un pimpollo, romances, o en los de cinco, seis niás abundancia y maestría vuelcionadas con este tema. Sabido es que yo me las varearé siete sílabas, combinados. No ve a enriquecer la memoria poque el trébol de cuatro hojas, SoAl agua de Dinadamar, es un poeta culto. Pero es un gran pular, a encandilarla con nueva bre todo la noche de San Juan. que yo me las varearé poeta popular. Todos, como él, lumbre. Pienso que nuestro maes buscado por los amantes. Lope, allí estaba una cristiana tienen la memoria, los oídos, tan yor homenaje, como al principio que tuvo tantas, ya solteras, ca que yo me las varearéllenos de estos ritmos fáciles de Cogiendo estaba avellanas, os dije, es recitarle, traerle aquí, sadas o viudas, es natural que retener, que yo mismo, una no que yo me las varearéentre nosotros, esta tarde cubana, también saliese a buscar su tré.
che, oí cantar en una taberna de aplaudiéndole de nuevo, como lo bol al campo de la poesía popuel moro llegó a ayudarla Triana, cuatro versos míos, sepa hacía el pueblo de Valencia, de lar; que saliese a buscarlo y que que yo me las varearérados en una elegía que escribí a Madrid, de España toda, cuando él, poeta de suerte, lo encontrara.
y respondiole enojada la muerte del matador de toros él, personalmente, tomaba parte Pero no sólo uno, sino muchos. que yo me las varearé. Joselito y que habían publica en las fiestas, como organizador, Díganme a mí si miento: Elena Deja las avellanicas, moro, do un año antes los periódicos de como poeta y hasta como farsanOsorio, Isabel de Ampuero, Urque yo me las varearé, Sevilla. Los cuatro versos que por tres y cuatro en un pimpollo te repentista, ciñendo una negra bina y Cortinas, Antonia Grillo la ventana de la tarberna saliebata de dormir, jinete en una de Armenta, Micaela Luján, Juaque yo me las varearé.
ron a buscarme, dicen así: Era el árbol tan famoso mula de cincha cascabelera. Con na Guardo, Ana Rojas y Marta que yo me las varearéde Nevares Santoyo. Estas, entre Cuatro arcángeles bajaban cuánta gracia y maestría Lope ha las conocidas. Podíamos cambiar que las ramas tenía de oro y abriendo surcos de flores aireado todo lo que vió y lo que este trébol de Lope de femenino que yo me las vareare; al rey de los matadores vivió. la siega, la vendimia, las de plata tenia el tronco en hombros se lo llevaban. bodas, los toros en el campo y en en masculino y, glosándolo librela plaza, los altos veladores de los ente, dirigirselo a él. que yo me las varearé Estas dos coplas, la de Ceperc hojas que le cubran todo castillos, las hogueras de San y la mía, la que él me daba a mí, Juan, los pastores y los rebaños.
Trébole, jay Jesús, cómo huele. que yo me las varearé poeta culto, y la que yo entregaeran de rubíes rojos Oid este chorro de agua clara que Trébole, jay Jesús, qué olor!
ba al hombre anónimo de la gui él, generoso, devuelve, engrandeTrébole de este casado que yo me las varearé.
Puso el moro en él los ojos tarra, son, desde hace siglos, la cido, a su pueblo: que a su esposa quiere bien; muestra viva del intercambio lide este soltero también que yo me las varearé: quisiera gozarle solo rico entre el pueblo y nosotros.
de por vida enamorado.
Como esta copla mía, muchas de CANTICA DEL VELADOR Trébole de este seltero que yo me las varearéMas díjole con enojo: Manuel Machado, Federico Garque nunca ser virgen pudo.
cía Lorca y otros poetas antiguos Velador que el castillo velas Deja las avellanicas, moro Trébole de este viudo, vélale bien y mira por ti, y actuales, unidas ya a sus comviejo verde y jaranero.
que yo me las varearé, pañeras anónimas, andan, incorque velando en él me perdi.
Negro hábito mañanero, tres y cuatro en un pimpollo poradas al repertorio de los canMira las campañas llenas de noche, color de amor.
que yo me las varearé.
taores, acompañando los bailes y de tanto enemigo armado.
Trébole, ay Jesús, cómo huele. Qué os está recordando a mu cantos de las fiestas, llevando así Ya estoy, amor, desvelado Trébole, ſay Jesús, qué olor! chos de los aqui presentes la inuna vida errante, igual que las de velar en las almenas.
sistencia, la lenta monotonía de canciones de los siglos xiv, XV y Ya que las campanas suenas Lope, que ya en cartas priva este estribillo?
xvi, de las que Lope extrajo tantoma ejemplo y mira en mi.
das, o públicamente, en versos Al llegar a la Habana, cuando to aire, tanto fresco y puro aire, que velando en él me perdi.
endecasílabos, va escribiendo la casi aun no había quitado el pie para aligerar con él sus dramas, crónica de su vida, dudando tal del barco, oi entre las maracas autos y comedias CANTAS DE SIEGA.
vez de la perspicacia de sus fu. que se agitaban en la orquestilla Ya hacía más de un siglo que turos biógrafos, nos ha dejado di negra de un café: en España había entrado el soneBlanca me era yo cho, de modo tenebroso y único, La mujer de Antonio to, dejando paso, poco después cuando entré en 12 siega; su gran amor por Carlos Félix, camina así a la octava real, que Garcilaso diome el sol y ya soy morena. su hijo fallecido a los siete años Cuando viene a la plaza de la Vega pule con la corriente Blanca solía yo ser Son tercetos domésticos, de esa camina asi.
de su río, empapada de muros y antes que a segar viniese.
época cuando el atolondrado LoCuando trae la yuca yedras toledanos. La línea llanis mas no quiso el sol que fuese pe ya famoso, comenzaba a sencamina asi.
ta, labrada, sencilla, nacional, blsnco el fuego en mi poder. tirse atraído por la vida cortesaY si trae boniato flúida del Arcipreste de Hita, Mi edad al amanecer na, galante y representativa.
camina así.
Santillana, Jorge Manrique, etc. era lustrosa azucena; Por la mañanita parece como si el Tajo la hubie diome el sol y ya soy morena.
Cuando Carlillos de azucena y camina así. Etc.
ra oscurecido, sombreándola, parosa dicesando por encima, como hacién aunque sea una de las letri. vestido el rostro, el alma me Era el son popular. Pero de la desaparecer de pronto, con las más famosas de Lope, es una traía, aqui, en Cuba, hay poetas que yo la Tercera Egloga del poeta de maravilla recordar este contando por donaire alguna cosa conozco (ya lo mejor todos no Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica