18 REPERTORIO AMERICANO a cimeras; se hundía, agobiado por. las blancas amapolas cio y reventó en estupendas flo Atoyac. Cansancio. Al Xula tórrida tentperatura, en las de calor desvanecidas, raciones al recibir el riego vivi chitengo. Recuerdos Jinfas que sombreaban los many La hunedecen sus corolas ficante de la ilustración, Cruz de la Montaña. la vieja reglares y que crean los flabelos en las cristalinas olas Ignacio Manuel Altamirano rin tórica tradicional hiciera más que de sinople de las palmeras. Tras de las aguas adormidas. 1) dió parias en el acto a su natio de extrañeza un gesto de asoriseguir los saltos de los lepóridos, solar. Antes que a las beldades bro y de admiración.
o ir a la zaga de las iguanas bien, cuando favonio flébil lugareñas que deslumbraban su ¿Era posible que en México o abatir con su honda a algún encarruja el terciopelo de los ca mocedad con hechizos apenas en es decir, dentro de casa, se con ani. o a algún canoro madru ñaverales y disgrega las hojas de trevistos pagó su tributo de tara con asuntos dignos de ser gador. echábase boca arriba so las palmas dándolas apariencias admiración filial a la que era la ennoblecidos por la poesía. Era bre el lecho de la hojarasca de de cuchillos de jade que se salen esencia de sus sentimientos y de crujir sedeño, para permanecer posible que nuestros paisajes, que de una panoplia; o cuando el ven sus pensamientos: a la naturaleza nuestros frutos, que nuestras floasí, en contemplaciones prolon dabal turrente dobla los pláta que le había amamantado en sus res, que nuestros indios pudieran gadas, embriagándose de azul do nos cimbradores. se quiebran, senos uberrimos, a la naturaleza servir de tema a la inspiración cielo, del acre perfume selvatico, con gemidos humanos, las erec que le había modelado en su yun de un bardo?
de la vocinglería de los pájaros, tas lanzas de las milpas. se que ce sencillez y verdad, a la ¿Y las princesas cautivas y los de ese polifónico himno de los desflecan los airones de las pa naturaleza que había ofrendado a cruzados y toda esa monomania bosques. en que mueven manos nojas, el torrente se precipita por sus labios inocentes los panales caballeresca y enfermiza, que toinvisibles todos los registros del las quebradas alborotando su vi de la belleza inmortal.
caba en la ridiculez. órgano colosal de la Naturaleza. trea melena leonina, aumenta el Entonces fué cuando, en la pri Altamirano daba de ese modo, De esa manera supo de la du. caudal de los ríos y mera etapa de su evolución liteheredero lejano de Landivar, una ce claridad con que se anuncia raria, dió término a sus más ce.
suprema lección de mexicanismo. la sonrosada aurora. del vuelo Arranca las parotas seculares, lebradas, producciones de ambien de patriotismo, asentarenios medel águila caudal que se irgue se lleva las cabañas te mexicano. Humildes flores jor, a la turbamulta de poetas en las rocas con fiereza y ma como blandas y humildes espa del corazón juvenil. las llamó cl.
que ora en lo religoso desviaban jestad. de la cántiga del madañas, pero que al ser colocadas en las el gusto del pueblo que sólo codrugador cuando comienzan las arrasa los palmares, aras de nuestra literatura difunnocía de oídas. las orillas del aves a despertar. de la multico arrebata los mangles corpuien dieron un aroma que no se extin Tiberiades y los montes de Salem Jor parvada de los guacamayos, tos. 2)
gue todavía.
y no conocía nuestros deliciosos del pomposo cardenal que salY es que junto a las rosas de paisajes y nuestras bellezas inta entre las caobas, del tur en tanto, que trapo de los escritores de su po mensas. que ya en lo dramático pial entre los ébanos, de los ca, que, imitadores serviles de las ni siquiera utilizaban la historia errartes fragmentos irídeos de las. sólo de cuando en cuando, inodas exóticas, convertian el nacional, fecunda en asuntos trá.
mariposas, del graznar de los ronco, imponente y fugaz, teponaxtli de los poetas del tiemgicos. sino que escribían dramas tordos glotones que maculan con se oye el lejano bramido po de Mocteuzoma en el laud de llorones por el estilo de los que sus negras casacas de raso la de los tumbos de la mar. 3)
los trovadores provenzales. 1) hacían humilde escolta las verde felpa de los maizales, y las flores de Altamirano trascen grandes obras del romanticismo sobre todo, del trovar del zerCon este tesoro emocional, con dían a genuina esencia y mostra francés y en lo épico la reacción zontle, cuya dolida querella paesta riqueza de impresiones hon ban auténticos primores. Esencia hispanizante, preparada con tanrece el sollozo interminable de ia das, radicales, inolvidables, se inun poco áspera quizás para el ol ta fuerza y talento por Alemán, raza irredenta, de donde el protegró a la civilización aquel mo fato atrofiado de aquellas gentes obligaba a los cultores del verso cedia. sintió descender nasta zalbete, vagabundo de los monque ni siquiera pedían a los tena que no se ocuparan de las fisu anima los perfumes del guates, que quizás sintió alguna vez, deros líricos de Paris o de Lon guras epónimas de nuestra gesta yacán que se corona con su al disparar sus venablos contra dres sus perfumes originales, si libertaria porque se hubieran guirnalda de nieve. de las orlas torcaces querellosas o contra no que se surtían en las perfu creído manchados si glorificaban quídeas frágiles como reinas de el gavilán rapaz, el ansia de flemerias literarias de Espronceda, al padre de la Patria, acusado de leyenda que desde sus tronos archar, como sus ancestros, el coel Duque de Rivas y de Zorrilla. ladrón y asesino. según expreborescentes asisten a la eterna razón fulgurante de los luceros.
Desdeñosos de lo autóctono, sin siones del propio Altamirano. 1)
Con este cúmulo de visiones di fiesta primaveral de los trópicos, haberse atrevido, como decia Al Esta situación de imitación de las maravillas olorosas que rectas, recibidas desde que sus tamirano, a dar el grito de Do de insinceridad de la poesia me.
celdillas cerebrales comenzaron a lores en materia literaria y redecoran las cercas del bajial. o xicana, hacia lanzar a Altamiravibrar con la percepción de lo cibiendo de la exmetrópoli prede las piñas que se agrietan de 70 estas justas y satíricas admoconsciente, se convirtió en gen ceptos comerciales, industriales, niciones: tan maduras y dejan correr por te de razón aquel indómito ha agrícolas y literarios con el mis.
sus heridas el dulce humor que. Qué viene a hacer a Méxihitarte de las selvas, que llevaba es delicia de racionales y do bru.
mo tomor y reverencia con que co la leyenda caballersca de Eusobre la faz broncinea, además recibían nuestros abuelos las an tos.
ropa?
Cada país tiene su poe.
del firme sello racial, la clara luz tiguas reales cédulas en que los sía especial, y esta poesía refleLa pulpa purpúrea del mamey de los elegidos.
déspotas nombraban virreye3, presle ofrendó sus dulcedumbres a ja el color local, el lenguaje, las todo aquel raudal de belleza cribian fiestas o daban la noticia costumbres que le son propios.
igual de la ocre y meliflua de que se había derramado en su interesante del embarazo de la ¿Cómo traer a México los castilos carmíneos mangos cimarro.
ser durante su existencia parteis reina. 2) rastreaban lo extran llos feudales que se elevan en las nes; la caña sus azúcares Sucuta, toda aquella simiente arroja jero con sumisión perjudicial palentos; los bananos su carne frerocas y se pierden entre las nieda en los surcos de su intelecto ra las letras vernáculas y de alli blas; cómo evocar los recuerdos gante; el cafeto, la brasa de sus superior pero rudo, se desbordó que ante Flor del alba. Los de hazañas que no se conocen, granos.
en cuanto halló un cauce propi. Naranjos. Las Amapolas. Ai porque apenas se conoce su hisY a la par que en esos regalos toria; cómo vestir a un caporai de su tierra proficua hundia los (1) Altamirano: Las amapolas. 1) Altamirano: Carta a una poetisa. la armadura de acero bruñido, y dientes de lobezno, captaba en su (9) Altamirano: Al Apovac. 2) Altamirano: De la poesía épica a (3) Altamirano: Las amapolas.
dar a un indio vendedor de guaespíritu la música inefable del la poesia lírica en 1870.
jolores el aspecto de un escude.
rio, el ave y el viento. cuando ro. todo lánguido desmaya a la Se me dirá: pero para eso sirurente hora de la siesta, cuando ve la imaginación que inventa, el mazacuate dormita y el jaABOGADO y NOTARIO Es cierto, replicare; guar se aletarga en su cubil, OFICINA: 50 varas al Oeste de la Tesorería pero así salen las invenciones, las cuando piden sombra a los mande la Junta de Caridad.
adivinaciones. Los caballeros hagueros los floripondios tostados. Teléfono 4184. Apartado 338 cuando (1) Altamirano: Obras citadas.
OCTAVIO JIMENEZ que adivina. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica