REPERTORIO AMERICANO 43 Poesías de Jorge Carrera Andrade Envio del autor El Havre (Francia. julio de 1935.
SUMA El molino de viento, el tambor y la rosa.
El acordeón, el cubo de agua y el espantajo.
La escalera de las gallinas y el sombrero sin sombra.
El muro donde el sol pega su cartel blanco.
con que se enlazan las cosas en la cósmica escala.
Guías el sueño del hombre en los olores y las músicas.
Siembras, mueves y presides los más invisibles crecimientos, Profesora de amor, indicadora de la Carta Marítima del cielo.
CARTEL ELECTORAL DEL VERDE La pala que voltea volúmenes idénticos y los pájaros de color que maduran sobre las ramas.
El aire que vive su sueño en la cristalería y el bastón que se enrosca en la silla de paja.
Verde marino, almirante de los verdes.
Verde terrestre, camarada de los labradores, innumerable anticipo de la felicidad de todos, cielo infinito del ganado que pasta frescas eternidades.
Las lechugas que van al río en orden escolar.
Las caperuzas subterráneas de los rábanos.
La regadera, el nido y los hongos de la madera: Cifras verdes, sumandos animados.
PROFESORA DEL MUNDO Luz submarina del bosquecillo donde plantas, insectos y pájaros viven consumiéndose en el amor callado de un dios verde.
Olor verde de la carnosa cabuya que en su marmita vegetal elabora un profundo licor hecho de lluvia y sombra.
Tú explicas la geografía de las nubes aliada de las ventanas y de los estanques, la campana que cuenta despacio sus onzas de oro, esos jardines que viajan en el viento, el mar que tiende sus azules redes para su eterna cacería de palomas: el mundo todo y su armadura transparente.
Mesa tropical donde suda con su penacho verde la cabeza tatuada de la piña.
Arbustos de jorobas verdes parientes pobres de las colinas.
Verde música de los insectos que cosen sin cesar el paño grueso de la grama, los zancudos que habitan en los violines y el redoblar del opaco tamborcillo verde de la rana.
Tu cuerpo es un regalo de la tierra.
Perteneces a la república de los pájaros, las frutas y las plantas y los cielos desnudos y virginales que se acuestan en las montañas.
Tú descifras al hombre la clave fresca del río, el secreto púdico de las manzanas, la ternura de la rama que mece su fruto como un hijo, el movimiento cómplice de las rutas que esconden una promesa nueva en cada recodo.
La verde cólera del cactus y la paciencia de los árboles que recogen en su red verde una pesca milagrosa de pájaros.
Todo el verde aplacador del mundo ahogándose en el mar, trepando las montañas hasta el cielo y corriendo en el río escuela de desnudezy en la vaca nostálgica del nto.
Tú enseñas los recónditos números Aire para besarte Del próximo libro de poesía Luz DEL NUEVO PAISAJE. Envío del autor. Quito, Ecuador, 1935 Aire para besarte, anillados los besos, flores amortecidas.
Tu garganta recién nacida, herida en la luz.
Manos.
Tu garganta, cansada en el medio camino de las manos.
Hoy, presentimiento en presentimiento, lloverá tinta clara.
La mirada dolida, la luz arañando tu luz.
La voz, sin poder dominar la pereza del color desmayado. la palabra, que se queda, que se tropieza, que se anilla a los besos. la palabra, apagada, que no arde, como los fósforos mojados. la tristeza, suave, creciendo como una caricia sobre las palmas de las manos. el agua, estremecida en las piscinas desiertas, soñando con el sol ausente, soñando con tu cuerpo ausente, soñando con tu luz ausente, diluídos los besos en la luz, en las olas dañinas de la luz del domingo, estremecida con el aire frío, el aire frío, el frío aire aire para besarte, frío aire para besartehoy.
Aire para besarte, hoy.
Aire para besarte, aire para anillarse en tus cabellos, Para alargarse en tus cabellos, para extenderse en tus cabellos, ondulados en dirección a la carrera del viento.
Aire para besarte, hoy que esta luz de domingo nos duele en los huesos.
Hoy, cuando la hierba tiene el color triste de la equimosis de una herida.
Hoy, cuando las flores palidecen y el aire aire para besarte se encoge y se alarga en la gimnasia del suspiro.
Hoy, cuando duele la mirada crecida sobre el presentimiento.
Aire para besarte, hoy, recién llegada la carta nacida lejos, a una hora cansada.
Hoy, aire aire para besarte. aire dolido, aire dañino, aire que duele al entrar en el pecho.
Alejandro Carrión Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica