ImperialismLiberalismWorld War

80 REPERTORIO AMERICANO ye aur algo así como un estado, un régimen, un genio maléfico ubicado en el marco secular de la Europa. En América constituye un contrasentido de su vida, su origen, su predestinación.
De aquí que cuando la entrañable ansiedai pacifista que engendró el horror de la última guerra mundial; cuando la imaginación vislumbraba como una realidad cercana el establecimiento de una Anfictionía emancipadora de los pueblos para la Paz, no concebia el inflamado augur, que serían los cien mil hijos de San Luis quienes habían de restaurarla en la libertad y en la justicia, sino, por el contrario, los cien hijos de Bolívar. Por eso no prosperan entre nosotros las teorizantes de la guerra, como no sean los delictuosos intrusos representantes del imperialismo extranjero de ciertas compañías o los agentes de las usinas de armamentos.
He dicho cómo el dolor, el sacrificio y la injusticia de la guerra han encumbrado la imagen doliente del heroismo paraguayo. Ha seguido durante los tres años de la lucha inenarrable, paso a pasc, ese calvario el mundo.
Dios lo quiere, gritaban, en su em briaguez divina, los cruzados cuando avanzaban hacia Jerusalem. Ante los grandes heroísmos me viene sierripre ese grito inflamado. La Patria lo quiere. gritaba el pueblo paraguayo escaso en cantidad, pobre en recursos, desarnado casi, y avanzaba con la misma divina embriaguez, galvanizado, él también, por un ideal excelso.
Lo hemos visto desesperadamente confundido con su propia naturaleza. He aquí el secreto de su victoria. Se transformó en una selva ese pueblo humilde y inagnífico y cada soldado se hubier dicho un árbol gigante frente al vendaval de fuego. Fué así como pudio consolidarse la integridad de la selva.
Selva humana tal yo he visto al símbolo propio de ese pueblo irrumpiendo del seno de sus mitos indígenas. Dialogaron con ellos todos los caballeros de la aventura, antes y después de los Ayolas y los Martínez de Irala, ebrios del misterio de la espesura virgen, señores del boscaje que marcara la dimensión de su destino; frenéticos de la ardua trayecotria de sus llanuras y esteros y riachos; de sus ríos y quebrachales y praderas.
Arboles humanos de ese boscaje de Guarán para el fruto, para la madera y para la sombra, las virtudes primarias de que habla la Escritura. Han florecido a su sombra, como lianas, las enhiestas pasiones de la raza. De la luna y el rocío y el viento les llegaba el aroma de la fábula: las lagunas con su lecho de perlas y los peñones de plata de sus ríos y los pigmeos y las amazons. Del fondo de la sonora selva de sus mitos se forjó el heroísmo guaraní. El del soldado, el de la majer y el del niño.
El heroísmo de las madres tal así como un ñanduti, telaraña infinita de martirio. Sus negros ojos, señores de la llanura ya se han secado. No fueron ellas las mujeres de Esparta que después de la batalla de Leuctres, según la narración de Plutarco, recorrían los templos en acción de gracias, porque sus hijos habían muerto por la patria.
Es otro el sentimiento de las madres cristianas. El dolor acogió en su regazo diving a las madres paraguayas para exaltar y santificar su vida. La fe les mostrará la senda de la resignación ante el hogar sin padres y el espectáculo de los niños a quienes la angustia descorre. en la edad de la esperanza, un horizonte de sangre y pesadilla. La piedad les señalará el camino del perdón; la caridad y el amor el rumbo de la misericordia. entonces se incorporará la madre paraguaya para decir a sus hijos que son todos los sobrevivientes de la tragedia, lo que la madre del suicida dija a los suyos: Venced a vuestro dolor viviendo soberanamente la vida que vuestros hermanos no han podido vivir. para los combatientes que no fueron lns preferidos de muerte, soldados, oficiales y jefes, para ellos otra frase del glorioso mariscal de Francia que ya he nombrado, el héroe contemporaneo de mi devoción: Volveré, a un hogar que deje feliz en un domingo de verano para no encontrar más a mi hijo y juntarme con mi hija viuda, con sus huerfanitos que jamás conocerán a su padre. Me aproximo al ocaso de mi vida, fiel servidor que espera descansar en la paz del Señor. Como yo hay miles de ancianos que han perdido todo lo que anaban sus hijos y sus esperanzas. Pero no tenemos derecho de compadecernos de nosotros mismos. Nuestra Patria es lo único que importa Después habremos de llorar.
El mecate Por JOSE CARNER De El Sol. Madrid Parece evidente que muchas de las antiguas epopeyas y hazañas fueron obra de analfabetos. Pero todo cambia, y hoy precisa desconfiar de pasiones ignorantes; y. ay. casi sólo en ellas abunda el rátigo de nuestro carro. Pasión de servir, pasión de ser los mejores, pasión de vencer el desierto que cunde, pasión de abnegarse por los venideros, ansia gloriosa de crear: éste sí que es patriotismo republicano, aunque, lo reconozco, de difícil perseverancia.
Una catástrofe o un golpe como esos que solicitan los elementos extremos de anibos lados no sería abreviación de trámites, sino recaída, Pronúncianse en España palabras tomadas del vocabulario político extranjero; aun los que se tienen por más tradicionalistas dan en el achaque de cubrir con algo que quiere ser idea la mercadería del crudo temperamentalismo. Pero hasta que se consiga la habilitación de nuestro pueblo por medidas de justicia y de cultura, todo adoptado neologismo que se proponga ponernos a tono con algo europeo tendrá que sufrir aquí notable rebaja, como el liberalismo de los generales y el tradicionalismo de los agrestes en el siglo xix. Consigan todos comer y leer, y no tardaremos en salir del que yo llamo período del mecate.
En cierto país hispanamericano, mecuerda hecha en aquel país con la fibra de la espinosa cabuya o pita. Tal vez en aquel delicioso edén se ha dado el caso de que el usufructuario del Poder tirase demasiado del mecate, y en tal caso, los del otro cabo habrán querido dar unos tirones a su vez y para su lado; y a lo mejor (todo ello es suposición, a los fines de mi apólogo. a lo primero se habrá llamado tiranía, y a lo segundo, revolución, o bien demagogia a lo primera y pacificación a lo segundo.
Hubo en aquel país uno de esos cam bios de alternativas que cambian tan poco, por ser escasa la realidad política objetiva. Uno de los dos partidos o banderías, en la apremiante necesidad de aumentar el número de sus combatientes, recomendó a las autoridades de los distritos de su obediencia que fomentasen la inscripción de voluntarios para la causa incomparable. El resultado fué desigual, con tendencia a mayor solicitud por los nobles idealesquién lo pensara entre la población más remisa a la higiene y a la que más estorbaba lo negro. No se conservan daTaller ELECTRICO MECANICO de OSCAR THOMPSON EL BUFALO 50 vs. al Sur de la Cantina El Cometa. San José Ordene sus trabajos a esta Reparación de Cocinas y Transformadores ZAPATERIA cate es 25 varas al norte de la Botica La Dolorosa donde será bien atendido.
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