REPERTORIO AMERICANO 215 Decoración de jícaras y hua cales Envío del autor. Texto y maderas. San José, Costa Rica, abril de 1934 El jícaro es un arbusto que crece preferentemente en las regiones cálidas de nuestro país; su fruta es empleada por el pueblo para hacer pequeñas vasijas de uso doméstico, a las que dan forma de canastillas, huacales y jícaras. En Puntarenas puede uno adquirir tales objetos por unos pocos céntimos; todos son decorados con gran sentido de belleza, dentro de una ejecución de artistas primitivos que realizan de dos maneras: policromando o labrando.
Jícaras y huacales policromados Las jícaras policromadas se usan solamente como adorno, porque las tintas empleadas no son fijas; son hechas en Faja que muestra el desarrollo de la decoración esgrafiada (parte) de una jícara ejecutada por Agustina de Morales dan huacales con dibujos policromos muy primitivos, parecidos a los que ejecutan los niños, y en los cuales los temas son flores, mariposas y barcos.
Jícaras y huacales labrados Decoración esgrafiada en un huacal, por Agustina de Morales. Puntarenas)
su mayor parte por los reos del presidio de San Lucas.
Puede dividirse la jícara en cuanto a la distribución orden del ornamento en tres secciones. La de la boca, ribeteada por una línea ancha de un solo color, o bien por un feston de colores alternos.
En la zona más ancha ejecutan la decoración principal que puede ser interpretaciones de grabados de revistas, vapores, pájaros de raro plumaje, mariposas con cuerpo de mujer, ramilletes de flores en los que se realiza el recuerdo de las que vieron cuando eran hombres libres. La sección inferior o base es con frecuencia una figura geométrica de cuatro puntas o múltiplo de cuatro, descrita en un círculo.
y muy semejante a las estrellas empleadas en la decoración de las carretas.
En el mercado de Puntarenas abunLas jícaras, huacales y canastillas en sus decoraciones profusas han sido esgrafiadas con un cuchillo de forma muy particular, que es hecho con una lima vieja de acero. Las figuras se realizan en el primer plano, de un color que varía del verde jade al café oscuro; el fondo es amarillo paja, color que ofrece la corteza del fruto. El trabajo manual se facilita más cuando el fruto es cocido previamente; así los motivos pueden ser dibujados con lápiz.
Al igual que los policromados puede hacerse tres zonas de decoración. En la primera hallamos una faja ancha, o dos angostas en medio de las cuales aparecen grecas sencillas. La sección media, cuando la jícara es alargada, puede subaividirse en dos o más; sobre ella van los principales temas decorativos que los constituyen algunos pocos ejemplares de la flora y de la fauna tropical, realizados con mucha originalidad. Los animales, dentro de una común y sugestivı tendencia caricaturesca, conservan bastante de su carácter. En el fondo se dibuja una margarita de pétalos ondulantes o bien hojas anchas, seis u ocho, más o menos deformadas; puede también estar adornado con figuras geométricas en forma de rosetas inscri.
tas en un círculo o en dos concéntricos.
En estas jícaras y huacales, que no son de tan vistosa ornamentación como las de México, ni tan delicadas como los calabazos de Ayacucho, el sentido de composición, equilibrio de las masas y la armoniosa distribución del decorado, son insuperables.
Gilbert Laporte Soto (Del libro en preparación: Las Artes Plásticas en Costa Rica)
Jicara labrada procedente de Orotina. Provincia de Puntarenas. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica