130 REPERTORIO AMERICANO no parte.
les y fidia; su muerte, una crueldad. Si de sagacísimo, más allá del bien y del mal. tra raza; fuente a la par de nuestros sapasionadamente se calcula, puede su Dado lo angustioso de la situación con males y de nuestras venturas y que ponerse que aquél fué un acto de pro un puñado de aventureros, en un país tiene en el arte sus dos expresiones infunda sagacidad política de parte de Pi desconocido y ante un Gobierno de fuer mortales: en los deliquios, llenos de sozarro. Parece haber descubiertointuíza. cuántos conquistadores hubieran brehumana sensatez, de Don Quijote y do sería mejor decir que muerto el em vacilado?
en el cuadro de el Greco, que repreperador desaparecería la resistencia. En si a tanto no alcanzó la penetra senta el entierro del conde de Orgaz, efecto, así ocurrió. Así era la psicolo ción de Pizarro, siempre quedará erguida en el que, como en una redoma prodigía del indígena. Pueblos acostumbrados en medio de la Historia, y más alta aun giosa, se mezclan con absurda naturaa la obediencia y el fetichismo monár que la crueldad y la perfidia, la desco lidad el cielo con la tierra.
quicos, carecieron de la iniciativa que munal audacia del conquistador.
Aquel año de 1535, el milagro real o tienen pueblos educados en régimen de Pero no disculpemos como abogados la realidad fabulosa era la hazaña del libertad, en dond el factor humano lo que tal vez no podemos, por carencia emperador en las costas berberiscas.
cuenta por sí.
de datos fidedignos, explicar como psi Una tropilla da aventureros bajo su Si tal descubrió o supuso Pizarro, obro cólogos.
mando augusto había desembarcado en Túnez, había tomado a pecho descubierto la Goleta y había abatido el poLima.
der casi mítico de aquel Barbarroja, que aun hoy pasa como un titán, rapaz y (Viene de la página anterior)
ensangrentado, por los sueños de nuesen los que tienen la cabeza blanca y ya en este paisaje, tan propicio al delirio, tros niños. Diez mil cautivos recobratienen prisa por llegar a ninguna no se despertaron una sola mañana, duron la libertad y la esperanza perdidas: Además, los graves sujetos te rante dos siglos, sin que desde unos un rey perseguido se alzó de nuevo, de nían mucho que hablar y no querían, mundos remotos que se llamaban Flanla mano de Carlos, en su trono; el essin duda, que antes que la conversación des, Berbería, Italia, Alemania o Amé píritu cristiano se reconforto con la huse les acabasa el camino.
rica, dejasen de llegar noticias de tal millación del infiel, y unos laureles más Habían oído misa en la Catedral, y magnitud que, sin duda, parecerían mila se unieron a los que ceñían ya la frente en los corrillos del claustro, donde se gros y quimeras una y otra vez, hasta de aquel hombre, envejecido por la trereunían canónigos y nobles, mercaderes que su repetición habituó a las almas menda melancolía que da la gloria exy soldados, ávidos de mentiras y veribéricas a considerarlas como cosas rea cesiva y prematura. Pero, como dice dades, habían sabido, por ese hombre verídicas. Ejércitos inmensos un historiador extranjero y entusiasta, de todos los tiempos y de todos los lu que se rendían, flotas deshechas, princi la generosidad de la empresa, su maggares que lo sabe todo, que acababan pes aprisionados, naciones conquistadas, nificencia y su triunfo fueron mucho de llegar a la Corte las últimas nuevas mundos nuevos y fabulosos que abrían mayor que las consecuencias útiles para de las Indias remotas. nuevas de tal sobre la metrópoli caudales de oro y de España. Así fueron casi siempre nuesimportancia que los otros sucesos que joyas, de plantas milagrosas, de anima tras hazañas. En suma, una quijotada mantenían la pasión en los pechos y en les inverosímiles, y sobre todo ello, un más. Pero estas quijotadas eran para el las lenguas quedaron, de momento, misterio infinito que se hacía prodigio pueblo español el pan del alma, que obscurecidos.
samente historia al lado de las historias compensaba. y con cuánta largueza!
Por entonces, el alma hispánica estacotidianas. todo esto, que sería un la escasez del pan de sus campos sin ba henchida del fervor que produjo la sueño para los súbditos de un país opubrazos y sin lluvia.
conquista de Túnez por Carlos Ges lento y guerrero, sucedía en un reino en plena explosión de las luminata fabulosa de leyenda. Quienes no hasobrio, de ciudades y aldeas raras y es rias del milagro africano estalla otro, yan leído la historia de España en los cuetas, hincadas en las pedrizas de una transmitido por las carabelas recién ansiglos xv y xvi a la sombra de los oli meseta áspera, en la que la tierra se cladas en el río manso de Sevilla. Un vos toledanos no se pueden dar cuenta riega con sudor y el pan, bendito por mundo nuevo, quizá el más maravilloso de lo que fué nuestra raza y de por qué que es casi sangre, más que se come se de los del Nuevo Mundo, se acababa de lo fué; de sus virtudes y de sus defeccomulga.
incorporar a la historia humana. Había Sólo así se comprende que el espauna tierra más tierra remota de ritos, unas y otros comparables en su alñol, al cabo de unas cuantas generacio quezas inauditas. Se llamaba el Perú, tura cimera y en la sombría profundidad. Si de aigunos pueblos ha podido nes de esta disociación prodigiosa, en cuyo nombre se incorporaría para siemdecirse, como de algunos hombres, que tre el ascetismo corporal y las orgías pre, como sinónimo de la opulencia, a no tuvieron defectos ni virtudes, este de ensueño del alma, acabase por no sa la ideología del peninsular. El hombre juicio para mí, el más grave que pueber distinguir la realidad del milagro. enterado de todo había referido, en la Confusión sublime y trágica, que forma penumbra fresca del claustro, los prode aplicarse a los hijos de Dios no es, la clave verdadera del alma y de nues digios de esta conquista, que la distanciertamente, imputable a nuestra raza.
Grandes, excelsas fueron las cualidades colectivas del español de entonces y, como ellas, grandes las fallas de su genio. Cada cual nos juzgará desde sus In angello cum libello Kempis. preferencias, por una u otra las dos dimensiones. Lo que nadie podrá achaEn un rinconcito, con un librito, carnos sin ser injusto es que el perfil de nuestra historia haya sido plano y sin relieve, sin esos dientes y muescas un buen cigarro y una copa de en los que se engranan eficazmente las otras grandes ruedas de la vida de la civilización para mover entre todas al mundo.
Yo he soñado muchas veces, con un libro en la mano, frente a la silueta insuave delicioso sin igual comparable de la Ciudad Imperial, erguida sobre una peña y rodeada de una PABRICA NACIONAL DE LICORES San José, Costa Rica llanura que se pierde a lo lejos como e! he pensado en que unos hombres que vivían, como nosotros ahora, Anis Imperial mar. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica