Capitalism

REPERTORIO AMERICANO La parroquia blanca Colaboración. Madera del autor. San José, Costa Rica, novbre. 1935 Nopales en jardines que eran feligreses.
De fe tenían espinas: la cruz de los reveses.
Parroquia blanca, blanca.
Si es virgen el entierro: oveja que se arranca y doblan con cencerro.
La torre calado era de la labranza pura; blanda fué la cantera, la fe mucho más dura.
La columna: cohete, en solución de nave. vuelo hacia el trinquete mi fe se volvió ave.
Transparentan vitrales el alma de los santos, la luz se hacía canales: iris, del santo. santo.
La palma fué a la frente, blanca señal de cruz. oh corazón viviente el de la mano de Jesús. Max Jiménez Tilov MM TE Viajes y y Lecturas Por ELENA TORRES Envio de la autora. México, Junio, 1935, Tal es el título del libro de Mario Sancho cuya lectura he terminado, libro hermoso para ser puesto en las manos de la gente joven que concurre a las escuelas de segunda enseñanza.
Los escritores de Costa Rica, tienen el decir fácil y la actitud natural, no hay en ellos soberbia y se mueven ampliamente expresando su sentir sin afectación.
Con facilidad se consigue por medio de las lecturas amenas y variadas que la gente joven se interese, con interés vivo, en los atisbos provechosos que dan los conocimientos de las manifestaciones diversas de la cultura y de la civilización humana: Historia, Ciencia Aplicada, Arte, sociedades de toda índole, viajes, hombres de calidad diversa: la vida humana en suma.
Siguiendo las impresiones de viajes y lecturas de un hombre culto, observador y de mentalidad tan ágil como la de Mario Sancho, se siente el ánimo alegre y dispuesto a pensar que sin quererlo él, ha escrito una obra de Humanidades, para iniciar a la juventud en el sentido moderno de los conocimientos que necesitan dar las escuelas de enseñanza media.
Libro escrito sin pretensiones eruditas, fluido y breve y tan erudito y sencillo que llegan sus capítulos a hacernos meditar sobre lo que hemos leído y a recordar con fuerza actual los lugares por dónde hemos pasado y las lecturas de hace tiempo que ya teníamos olvidadas. En la gente joven, este libro pondrá el anhelo de leer las obras de los hombres que han pensado, las biografías de los hombres que han vivido y de recorrer los caminos que han cruzado los hombres generación tras generación, las fábricas donde trabajan multitudes y las quietas campiñas donde el hombre puede meditar y amar la tierra, donde las églogas de sentido milenario cantan la escena campesina permanentemente. Mario Sancho todo lo humaniza y todo lo presenta vivificado.
Inicia su volumen con un capitulo que se llama: Aristocratismo de Renán. Desde el punto de vista del Humanismo Escolástico, los críticos pueden decir que son lecturas superficiales y que es locura mezclada de ignorancia pensar que la juventud puede por medio de estas lecturas acercarse al estudio de la sociedad humana con el sentido de culturas y civilizaciones que le dan contenido.
Mario Sancho, hombre de cultura sólida, impregna sus capítulos de un conocimiento profundo que ponen al joven en actitud de esfuerzo por conocer las joyas literarias que consagran la sabiduría de todos los tiempos.
Las fábricas modernas que dan testimonio de las aplicaciones mecánicas. Los medios de comunicación y de transporte que constituyen una forma de disfrutar de la vida que desconocieron nuestros antepasados.
El joven de hoy necesita estímulos distintos de aquellos de quietud de que disfrutaron los que pudieron gustar el sabor intelectual de la imaginación desarrollada a través de las lecturas en lenguas muertas. Cuando la búsqueda en los dichos antiguos no era interrumpida por el vuelo rápido de un avión que camina con rumbo cierto por el espacio y en el cual se prende la fantasía, haciendo trabajar las cabecitas juveniles en ese sentido.
Las lenguas muertas, los raudales de sabiduría de los sabios de la antigüedad deben ser el alimento de los maestros de esta juventud que necesita conocerlos despojados del polvo de los tiempos, profundos y permanentes: con la permanencia de la Verdad inmutable, ante la ola humana amenazante, que en el momento supremo tendrá que volver los ojos hacia ella.
Renan es la figura más fuerte del pensamiento francés de su época y cómo palpita el hombre que fué en este breve capítulo!
Lo sentimos atormentado por la desilusión, con su distinción espiritual tan clara a través de toda su vida. Comprendemos las contradicciones que produjeron en su ánimo los acontecimientos imprevistos por su inteligencia.
Lo vemos expiando su pecado de pensar que la vida humana pueden enmarcarse al capricho de un hombre y de ignorar las posibilidades de sabiduría y estupidez, de pasión e indiferencia, de amor y de odio, de sinceridad y de engaño. Nació creyente y en esa gama perdió la fe. Su racionalismo lo traicionó, pero no lo hizo descender a la vulgaridad.
Tal es la verdad con que aparece Renán hombre, ilusionado, equivocado en su fe tan grande que pudo ser más fecunda si en vez de dedicarla a un producto de la vida, a la Ciencia, la hubiera puesto en la primera.
Sigue Un moralista francés del tiempo de la Revolución y en él nos presenta a Joseph Joubert; se siente uno ante un preciosismo humano de quien los demagogos dirían que es un Fruto del Capitalismo. para mí es el tipo perfecto del rentista que disfruta de un capital que no sabe cómo fué formado y cuyos beneficios le permiten dedicarse a cosas baladies. Pero lo veo a través de la lectura con la realidad con que se los presentan las gentes cultas sin ocupación fija, si Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica