114 REPERTORIO AMERICANO un mercaderes y codiciosos, sino en tierras de libertad para humanidades ansiosas de mejorar su vida y no tan sólo de hacer negocios más o menos luciativos, o de cxplotar nuestros recursos naturales; para gentes que vengan a construir sinceramente la patria de la nueva cultura, del hombre nuevo, que funda su prestigio y su decoro en vivir según las imperecederas normas de la justicia, la libertad, la belleza y la verdad.
didos, los países que no apoyan ui pie en la tradición, que no consuitan :1 testimonio autorizado de los mayores que más supieron de los negocios de sus pueblos, y los amaron, y por mejorarlos se desvelaron. El Monumento nos enseña lo que vale para una nación el espíritu previsoi y vigilante de su Primer Magistrado y de cuán incalculabies son los males de un pueblo que miia con indiferencia su suerte. Como también: nos dice quc no debemos desesperar nunca, porque en las horas tenebrosas e inciertas los pueblos tienen el gobernante oportuno que les hacía falta.
Este Monumento rememora sucesos que le dan a Costa Rica, a Centro América, un sentido internacional en el Continente; que dicen cómo en días inividables los nuestros hablaron en su historia de pueblos pequeños y se crcaron la conciencia de un cargo que cumplir en los destinos de nuestra Amériса. Porque ci buen suceso de la iucha contra el plan siniestro de Walker y ác los mercaderes a él asociados, si es que fué el de convertir a Centro América en una agencia de esclavos negros. en cierto modo desvió la iniquidad, que al extenderse, habría degradado a nuestra América, destinada por la Historia a empresas superiores de cultura.
No se hizo la América para traficantes de esclavos.
Como se ve, no están desligados los sucesos históricos, que los pueblos chicos influyen a su vez en la suerte de los mayores. Sintamos, por lo mismo, la conciencia de que en estas tierras se han decidido y se decidirán acontecimientos de la Historia que tienen esonancias continentales. Así es la patria cuando se la comprende de veras, un estado de alma, de cultura, un estado de conciencia superior, conciencia de que se tiene una función y un valor, de que como hombres y como pueblos, hemos venido a este mundo a hacer algo que valga la pena. No en balde se dan patria los hombres, que se la dan para crear y crecer.
Se habla de uma conciencia nacional: pues bien, nada más difícil de adquirir que eso, que es mucho más que los meros instintos territoriales de un pueblo. Afortunados los países que en los fastos de sus progenitores, los nuevos hallan qué admirar e imitar. De tal admiración consciente les brota de las entrañas como un manantial de fuerzas espirituales fecundas que los hace verse más altos. En cambio, qué estéril y qué triste es la vida de los pueblos que padecen incuria, que ignoran io que valieron sus precursores, que apenas si se dan cuenta de la indiferencia que va apagando en ellos sus ideales y entusiasmos. Se esculpie.
ron en bronce las hazañas de los héroes, para declararnos una vez por todas que el pretérito debe conocerse y amarse, porque expresa una tradición que nos vincula con la Patria que hicieron los egregios finados de la familia; para declararnos que hay que oír la voz de los proceres, voz de la Historia, que guía a estas patrias por caminos mejores y más claros: que marchan sin brújula, y andan como a tientas, y están como perEnseña el Monumento que las leyes morales se cumplen inexorablemente y que no deben ser ultrajados los pueblos chicos por ser chicos; que tarnbién los poderosos se tambalean cuando fundan sus relaciones con los demás en el atropello y la injusticia. anticipándose en medio siglo a la reciente guerra europea, proclama que los pueblos pequeños, si son dignos, si no son serviles, si son ilustrados y laboriosos, también tienen derecho a ser libres como los grandes, y que si hay un coraje sagrado es el de los pueblos que se yerguen como un solo hombre en defensa de sus nás caras libertades. Por eso ved, sentid vosotros, oh jóvenes, como un soplo de tempestad que agita las figuras del Monumento: Es el ademán como de fuerzas de la Naturaleza de pueblos nuevos en marcha, que aun empuñan la lanza porque todavía aletean en la sombra los genios del Mal y de la Perdición: que ya no brilla la codicia conquistadora en la punta de las bayonetas sino en el disco de las áureas monedas. Si es sumamente grave que aventureros extraños se atrevan a comprar la patria, lo sería mucho más, e ignominioso, que hijos del país de bruces se la vendieran.
Conmoveos, pues, con esa resolución que se les ve a las esculturas de vencer y de ser libres; se yerguen a paso de victoria, antes y hoy, y mañana tam bién. Jóvenes estudiantes. si lo que aguardan estos sacros bronces y los sucesos que rememoran, es el cantor inspirado, que ios materiales del poema inédito y las proporciones homéricas de los héroes y de las hazañas, ahí están ante vuestro amor y curiosidad!
los enemigos malos de la Patria, contra los exteriores que la amenazaron día, y pueden amenazarla, pero también contra los internos que la amenazan a todas noras. La Costa Rica de nuestros padres expulsó del suelo materno al filibustero calculista e inescrupuloso, pero la de nuestros días tiene que sacarse del alma la concupiscencia, la codicia del oro en muchos ciudadanos adquirido por medios fáciles o ilícitos; la pasión del lujo, y la frivolidad en muchas ciudadanas. las cuantiosas deudas públicas y privadas, de lo que son secuela; la indiferencia por lo propio, la pereza, el alcoholismo, las enfermedades sociales y las discordias civiles, enemigos más terribles e implacables que los aventureros extraños: imponerse como io está haciendo la madre España la disciplina creadora, constructora, del trabajo, del ahorro y del estudio, hasta hacerse digna de los progenitores en aspiraciones y realizaciones.
Es simbólico el Monumento y habla de batallas que soldados de Costa Rica, a toda hora pronta al sacrificio y al servicio, dieron por la libertad y la justicia; y habla de sucesos que aleccionan a un pueblo para que empuñe la lanza cuando las empresas libertadoras y justicieras lo requieran no más; y habla también de cómo los muertos ilustres cuyas hazañas rememora no están muertos, sino que han de revivir core sus enseñanzas y ejemplos, en la conciencia de sus conciudadanos: como guías en las nuevas batallas, que son las que ganemos nosotros por la nueva cultura, en su nombre y en el de la Patria Que si en la guerra memorable Costa Rica iba a la vanguardia, en la paz vaya también, por la sensatez, por el espíritu previsor, liberal y progresi ta de sus hombres y mujeres dirigertes.
El Monumento es simbólico y en ello, su valor espiritual permanente. Dice de la actitud vigilante y defensiva contra Es un símbolo el Monumento y en él se yerguen altivas e indignadas las patrias luchadoras de ayer, escuipidas en forma de mujeres para enseñaros, oh señoritas. tantas señoritas como aquí veo. que vosotras sois la Patria misma, que haréis sana y fuerte en los niños venideros, y formaréis honrada y pulcra, si ese es vuestro ideal y resclución inquebrantables, si para ello en verdad os han educado. Jurad al pic del Monumento Nacional, con la conciencia clara de que sois las mantenedoras y salvadoras de la Patria, de que ésta so redime si a vosotras se redime, de que a ella se ofende si a vosotras se ofende, de que la envilecen los que os envilczcan: jurad que de vuestros regazos saldrá la Patria nueva, sencilla, sin 05 tentaciones, estudiosa, laboriosa y pre visora, preocupada cordialmente de sus sementeras y de sus niños. Que al fin de cuentas, jóvenes estudiantes, al corazón, a las entrañas mismas de la Patria con las mujeres se llega, y sin ellas, al trastorno, la disolución y la muerte. García Monge OCTAVIO JIMENEZ Abogado y Notario OFICINA: 50 varas Oeste de la Tesorería de la lunta de Caridad.
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