EDITOR: García Monge REPERTORIO AMERICANO 11. 190 Representante en Hispanoamérica: Alfredo Piñeyro Téllez EXTERIOR. El semestre, 50 (El año, 00 o. am.
Giro bancario sobre Nueva York.
Correos: Letra Suscrición mensual: 00 SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA Desde que Garrison fundó su Liberator no hubo paz en la Unión: cómo crecen las ideas en la tierra. José Marti.
Cancionero. Antología de ocios poéticos. Hai Kals, coplas. cantares, epigramas, humoradas Arequipa. Perú.
Alberto Guillén Envío de la autora. San José, Costa Rica. Febrero del 1935. Es un libro folklórico con grandes aciertos de símiles e ideas originales: hai lais deli.
cados y sutiles, coplas populares estilizadas, cantares de un hondo sentido vital, epigramas detonantes como un cohete de luces multicolores, hunioradas amargas en que hay siempre un bello pensamiento que nos seduce.
Alberto Guillén en sus hai kais vuelve a hacer tamborilear el espejo y la nube, el gato y el viento, en una especie de leitmotiv alucinante, como en algunos de sus otros libros.
Su egoencia a veces fanfarrona, a veces sincera que como un felino salta a trechos en sus versos, es una consecuencia de su propio valer, de la afirmación rotunda del yo, y pareciera que su autolatría, casi sientpre sarcástica y burlona, tuviera el propósito de exacerbar las almas mordidas de envidia.
Este último libro de Guillén tan nutrido de pensamientos alados y hondos, finos y profundos, de ironías y desnudeces crueles.
resume la fuerza de su espíritu protéico y amargado por todas las durezas de la vida.
Pero enseguida vuelve a la risa maligna, a la despreocupación desenfadada, a la sanfacon encantadora. es que su carcajada punzante revienta de la rebeldía de su corazón primaveral, de la fuerza de su juventud.
Más tarde, mucho más tarde, vendrán los años temperantes y toda esa egoencia arrogante y candorosa a un tiempo, será reemplazada por el armónico equilibrio de los cuarenta.
Sus hai kais, lo mismo que sus paradojas, sus parábolas y sus cantares tienen tal don de síntesis, que sólo es comparable a la brevedad de una gota de agua que capta un universo en su transparencia divina. se nos antoja que en este constante sintetismo maravilloso, no superado hasta ahora por otro, estriba una de las mayores fuerzas espirituales de Guillén.
Para regalo de los lectores del Repertorio Americano, entresacamos al azar algunos nai kais de su último libro Cancionero editado en Arequipa la rebelde, en Arequipa, que al pie de Mistí y bajo su cielo esplendoroso está hoy la única posibilidad del alma revolucionaria que ha de cambiar el porvenir peruano ALBERTO GAN RAV PRO A Garnia in ecto, esto cracran Blanca Milanés El hai kais es un pensamiento que ensaya plumas como un pájaro en el viento.
Hai kais El ternerito alegre, con el hociquito húmedo, es un niño que deletrea el verde.
El hai kai es nube que fué agua y nieve que ahora sube.
Soy polvo, soy tierra, el lirio es perfume de tierra, de tierra.
El alma vuela, el hombre se va, el mármol queda.
Cree labrar una ilusión el corazón carpintero y lo que labra es un cajón.
Lo que dice la arena. Siempre duele la huella.
Como un desfiladero tu perfume me llevó a tu lecho.
La calavera es lisa, no tiene ni el pelo de la ocasión jque tuvo en la vida.
Yo mismo amaestro los cuervos que me devoran las entrañas: son los recuerdos.
El hai kai es una idea que se apoya en música y luego vuela. brincaste del auto como una mariposa musical de la garganta de un sapo.
El mar la escupe a la tierra, porque se imagina que ella lo encierra. Hay voluptuosidad mayor que la de sentirse más grande que un gran dolor. Uno no ve los sapos hasta que saltan bajo los pies como pisapapeles elásticos.
Yo sé que tu sonrisa es la cuna de un niño que vendrá algún día.
El viento les toma la medida a las mujeres con la seda de sus trajes y muselinas.
Bajo el ramaje de un sauce va a asesinar la noche al celaje.
La mañana es una muchacha linda y un poco cosquivana.
Me lavo pensamientos nocturnos en la tina del dia porque están mugrientos.
Una barca sobre la frente del mar es una idea que pasa.
Un viento ginetea un monte como si fuera un gaucho que montara al trote.
Un gorrión, como un chico en su silabario le repite a un árbol su lección.
Pongo el oído en mi vida: caminan muertos sin ruido.
Soy tierra que piensa sore la tierra.
En el vientre de mi madre germinaban ya mis canciones y asi no quieren que cante.
Como una ala manca me latía en el pecho y me dolía un alma La luna es una hilandera que no hace fortuna.
Las estatuas usan hojas de parra, las mujeres palabras.
Una hormiga trepa a un árbol, ya ves que todos pueden subir a lo alto. veces me encuentro el cielo en un charco, y me consuelo.
Asesinos de flores: dos críticos, los gusanos, los leñadores.
Arqueaba el lomo el viento buscando el polen de algún beso lento.
Mi sangre golpea en mi vida contra el acantilado de mis sienes como río en avenida.
Venía de ti contento, me saltó al cuello el gato remordimiento, Alberto Guillén Arequipa, Perú Imprenta «LA TRIBUNA. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica