EDITOR: REPERTORIO AMERICANO García Monge Representante en Hispanoamérica: Alfredo Piñeyro Téllez Correos: Letra Suscrición mensual: 62 00 SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA Desde que Garrison fundó su Liberator no hubo paz en la Unión: cómo crecen las ideas en la tierra. José Marii.
EXTERIOR. El semestre, 50 (El so, 86. 00 am.
Giro bancario sobre Nueva York.«che tu vedrai le genti dolorose, hanno perduto il ben dello inteileto.
La soledad desdeñosa DANTE. Inferno, I! Por JORGE ZALAMEA De El Tiempo. Bogotá Sobre las medidas exactas de los huesos que aposentaran la más ardida inteligencia de varón que hubo nunca, un habilísimo decorador de estas tierras, ha reconstruído la que él reputa verídica efigie del Dante Allighieri. Sobre armazón tan científica, el hombre del desdén y del silencio se nos ha convertido, por desgracia, en remilgado señor sirio o en acicalado beduino que compensara la rudeza de sus mocedades pasando su madurez florida en las blanduras de cualquier decadente Alejandría Viendo tan estupenda transformación, lograda por arte de números y medidas, nos ha parecido legítimo oponer lo imaginario a lo exacto, lo fantasioso a lo científico, afotrando con palabras el cráneo del poeta, por ver si de ellas se desprende aquella imagen que construyera en nuestra intimidad con sus cantos.
De su mascarilla, esa sí fiel, recordamos la frente: farallón cercado de silencio; la nariz, tajante proa; los labios ceñidos, apenas lo bastante dispares para que el belfo traduzca ese desdén sobrehumano que mantuvo erguido al florentino ante la pena, el exilio, la soledad tremenda y consentida; ante la propia ira que hubiese agostado irreparablemente a cualquier alma que hubiese sido, como la suya, templada en frío por la conciencia de su irremediable soberanía. Acaso se vió nunca frente en que cupiese mayor orgullo, roca humana que resistiese mejor los vendavales del mundo. nariz que delatase más ciertamente el poderío del entendimiento, la ardentía del corazón, la templanza de la voluntad. belfo tan decidor como el suyo, cincelado repliegue de carne apenas sonrosada en que se expresa el espantable desdén del hombre que se ha nutrido de sí mismo en soledad?
Esos tres fragmentos de su apariencia perecedera, se bastan y sobran para recrearnos en la devota imaginación la figura del vate que, en la orazion picciola de Ulises, dictara la sentencia en que su propia vida hallaría dignidad incomparable. CANOSSA Dante Considerate la vostra semenza: fatti non foste a viver come bruti, ma per seguir virtude e conoscenza.
Según por el Giotto Recordando al Dr. Viene de la página 84)
ludarme y a invitarme a pasar a su casa. Jamás olvidaré a la noble compañera del Doctor, doña María Valle, y a sus hijos: Armando, graduado hoy en las universidades de Los Angeles de California. Desde hoy. me decía Doctor Rodríguez, trabajará Ud. conmigo en esta oficina, que es la suya. Pero disentíaun detalle: yo me empeñaba, como era lógico, en compartir con él los negocios que se presentaran desde aquel día en adelante, y el Doctor, sincero, desinteresado, abnegado, me obligó, puedo decirlo, a llevar a medias todos los negocios de su oficina sin distinción ninguna. De ese modo, era yo también abogado de la mejor clientela rivense al día siguiente de haber llegado a la Capital del Departamento de Imprenta «LA TRIBUNA.
Rivas. de esta labor, a la cual iba familiarizándome al calor del espíritu bondadoso del Doctor Rodríguez, sólo me arrancó con dolor, debo confesarlo, el llamado del amigo Castro Quesada y del Doctor Giustiniani para cumplir otros deberes en la ciudad de Managua.
Todavía hubo otros gestos que me dieron la medida del hombre que representa a Honduras en la República Argentina. Pocas veces nuestros Gobiernos tienen acierto en las elecciones de sus representantes en el exterior: pero de esta vez el Gobierno de Honduras que preside el Doctor y General Tiburcio Carías, merece la más cálida felicitación por haber escogido a un hombre, que es hombre en toda la extensión de la palabra no hago más que hacer justicia Alvarez Hurtado rricense en aquel país. Pero yo tengo que recordar al excelente amigo a quien en especial he querido referirme en este artículo, el Doctor Manuel Federico Rodríguez, hoy Ministro de su patria, Honduras, en la lejana república del Sur, la tria de Sarmiento, de Mitre.
de Avellaneda, de Hernández y de José Ingenieros No sólo el Doctor Rodríguez me proporcionó los medios de establecer en las cercanías de la ciudad de Rivas el campamento de San Esteban para alojar unos cincuenta o sesenta costarricenses que esperábamos el momento de regresar a la tierruca, sino que nunca pidió ni quiso recibir remuneración ninguna. Pero hay un gesto que por sí solo lo dibuja de cuerpo entero: el siguiente día de mi llegada a Rivas, el Doctor Rodríguez llegó a samos en San José, Costa Rica, 24 de diciembre de 1934. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica