REPERTORIO AMERICANO 25 La literatura de Manuel Rojas Por RAUL SILVA CASTRO De El Mercurio Santiago de Chile, Diciembre 1933.
Geo Cuando en 1926, Manuel Rojas y la piel desgarrada le ciegan. Se dió a luz su primer libro de cuendisparan tiros. Los carabineros, tos, Hombres del Sur. se le cocogidos de sorpresa, huyen, y los nocía como poeta por algunos veraventureros quedan dueños del sos publicados en La Pluma y campo. Presentados los contraen Los Diez. Había formado parbandistas como seres dotados de te también del grupo de Selva Liextraña simpatía y el viejo Florica y dejó la tierra de sus paridor, padre de uno de ellos, codres, Chile, para vivir en Buenos mo hombre emprendedor y ahoAires, su ciudad natal. Fué allí rrativo al modo de la hormiga, y donde se formó como cuentista. Es envueltos los cuidadores del paso conocido ya el hecho de que su cordillerano en una celada hábilprimer cuento fué escrito para un mente dispuesta, fluye del cuento certamen, cuando el autor, angusuna conclusión francamente inmotiado por la falta de trabajo, busral. De otro tipo es la inmoralicaba con inquietud alguna fuente dad en La suerte de Cucho Vial.
de subsistencia. Triunfó. Foco Ya no tenemos aquí contrabandismás tarde, se le publicaba con totas sino un par de hacendados de dos los honores del caso un cuenbuen pasar, ricos más bien, que to en Caras y Caretas. El homen una noche de juego llevan hasbre de los ojos azules. titulado ta el tapete a una de las mujeres después Leyendas de la Patagode Etchepare, que tenia dos. Vial, nia en Hombres del Sur. La su contendor, la gana, y al dia adaptación del poeta a la prosa, siguiente la recibe como una joya fué tan fácil y tan convincente, o una res de matadero. Pero la que su ación transparece a tramujer no es un ser indiferente a vés de ella. En realidad, había esta partida sui géneris. Si acepta nacido para narrador, aunque sus irse con Vial, es porque ella así versos no son en absoluto desdelo quiere, y cuando Etchepare sale ñables. Los ha reunido, como se a cortarles el camino, arrepentisabe, en Tonada del transeúnte do de su locura, y pretende hay aparentemente no ha vuelto a cerla regresar, la mujer se niehacerlos. Ancló su inquietud en ga a seguirle y acompaña a Vial, el cuento y en la novela. este Bocaza, una especie de escudero último género pertenecen Lande estos señores de horca y cuchichas en la bahía y La ciudad llo, subraya el asombro que todos de los Césares. novela fantástica deben sentir ante semejantes heque vió la luz como folletín en El chos, al modo que el coro griego Mercurio y cuya edición en libro en las tragedias clásicas. Se comse prepara actualmente. De sus Manuel Rojas prende fácilmente que a estos cuentos más recientes, el autor ha cuentos amorales, que parecen hecho un nuevo libro, Travemoverse en una atmósfera en que sía (1. que acaba de aparecer te. ambos cuentos se les dará cado a esperarle, trata de hacer las nociones de bien y de mal esen pulcro volumen.
cabida en los libros de lecturas in resistencia y sólo cuando ve que tán trastrocadas, no les cabrá la Travesía es un conjunto de fantiles, porque su gracia sana, está dominado por la fuerza, acu suerte que hemos predicho para nueve relatos, de los cuales todos sin sombra de amargura, su sim de subconscientemente a aquella El león y el hombre y El fanson realistas menos dos: El hom bolismo en el caso del primero y explicación que nadie imagina. La tasma del patio bre de la rosa y El león y el su realismo en el del segundo, les conclusión es desoladora, y recuer Hay en el libro de Manuel Rohombre. ambos tomados del fol hacen fácilmente asimilables por da aquella copla que asegura el jas, muchos temas literarios que klore chileno, y simbólico el se la mente del niño. En cambio, triunfo de los buenos, cuando son sería prolijo estudiar y que nos ligundo. Este libro, como casi to hay muestras de amoralismo en más que los malos. por lo me mitaremos a señalar con leves indos los que se componen de cuen otros relatos del mismo libro. nos más fuertes, sería el caso de dicaciones para quienquiera setos, no tiene la unidad de inven Bandidos en los caminos. que glosar ante este cuento. Gente guir la investigación. Los estución y de inspiración que es de lo abre, muestra al autor en la tan desaforada y pícara como dios de costumbres que han perseable encontrar en la obra lite especialidad que le cuenta ya co aquélla actúa en El rancho en la mitido al autor llegar a dar en raria para caracterizar al autor mo un joven maestro: la vida de montaña. novela de contrabanbreves rasgos la atmósfera de los que la ha escrito en cuanto a su los bandidos, las trágicas peripe distas que contiene bellos frag sitios en que se mueven sus perorientación moral y desde el pun cias de las encrucijadas y los asal mentos descriptivos de la natura sonajes, se adivinan profundos y to de vista del arte literario. Hay tos, que le dan ocasión favorable leza cordillerana, y especialmente denuncian en él una mirada claen él dos espléndidos relatos a los para pintar seres muy nacionales, da con sobrio toque la impresión rividente que ya había sido puescuales es fácil augurar, sin pre sobrios en la expresión de sus sendel viento que en las cumbres ta de relieve en sus series antetender de profeta, una dilatada re timientos y llenos de esa nobleza arrasa la nieve y alisa el panora riores (2. Hemos señalado los sonancia Me refiero a El león de procedimientos que la leyenda ma desierto. En El rancho un cuentos en los cuales se mueven y el hombre. cuento simbólico en atribuye fácilmente al bandido, padre ayuda las expediciones de bandidos y contrabandistas; no que resplandece la gracia del más porque en España nunca han fal contrabando de su hijo, y burla dejemos de anotar que el viejo puro humorismo, y a El fantas tado bandidos de esta especie. En la vigilancia de los carabineros Floridor y su hijo Davicito y el ma del patio. burla de los relatos Bandidos en los caminos un con el fácil expediente de trans Negro Isidoro. El rancho en la de aparecidos, así como El Qui hombre cuya casa es asaltada, en formar su rancho en salón de bai montaña. son hombres de una jote lo es de los libros de caba trega dinero a los asaltantes en le y a su hija en vedette de tan pieza, llenos de simpatía, cuyos llerías, y que recuerda otro cuen vista de que éstos no han hecho rústico escenario. Hay allí una to del mismo autor, El coloco daño a su mujer. La verdad es trágica escena en que el Negro lo (publicado en El delincuen que el dueño de casa, que llega Isidoro, uno de los contrabandis. 2) Sobre todo en El bonete maulino de Hombres del Sur. admiracuando el asalto ya ha sido come tas, se rompe la cara contra las ble relato que muestra la soldadura (1) Un volumen de 191 páginas, 1934.
tido y los bandidos se han dedi piedras de la montaña y la sangre de las razas nuevas americanas. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica