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28 REPERTORIO AMERICANO cera.
y el abuelo, quien había sido un noble guerrero, adivinó prestamente las intenciones del viejo narrador y ordenó al padre que procurara expulsarlo de la mejor manera para no provocar su encjo que podría redundar en perjuicio del niño. El padre caviló mucho durante casi toda la noche y lo único que concibió como más oportuno fué ordenar que fuera cortado el árbol. De este modo, el niño no tendría pretexto alguno para ir al jardín. Admitió el padre de Yuan que su progenitor tenía razón, pues e!
espíritu pacífico no debe cultivarse en el corazón de los hombres intencionalmente. Es una tarea que debe dejarse a los dioses: que elijan ellos a quienes no deben apasionarse por las batallas, para servir dignamente a la sabiduría.
Yuan ignoraba lo que sus familiares habían hecho y temprano de la mañana próxima fué al jardín atraído por las narraciones del anciano amigo de Yu. Pero el anciano no estaba allí y el cerezo vacía tendido sobre el suelo. El niño se puso a llorar tristemente.
Esperó por largo espacio y notando que el anciano no venía, volvió a su casa. Tampoco vino el anciano a la otra mañana, ni a la terEntonces se convenció con gran dolor que el anciano no retornaría. ΕΙ niño se enfermó de tristeza y el padre preocupado por este hecho fué a la montaña a consultar su caso con un ermita: ño entendido en los libros antiguos. El ermitaño le dijo. Has hecho mal Lung. El árbol vivi: del alma de ese anciano y al cortailo has hecho imposible que su alma se manifieste. Has arrebatado a tu hijo la protección y la amistad de ese hombre.
Cuando regresó a su casa, el niño había cerrado los ojos para siempre.
Todo; los de la casa de Lung se cormovieron, menos el abuelo quien dijo serenamente. Ei niño había nacido más para cantar que para pelear.
El padre sendbró un nuevo cerezo en el mismo lugar en donde florecía el an.
tiguo para perpetuar la memoria dulce del niño Yuan.
Libros y Autores guardó rápidamente en su seno. mientras tanto Fu Leng continuaba furioso. Lo Nun. Lo Nun. Llamaba a gritos. Llegaron los criados y al ver a su señor, creyeron que habría enloquecido. Fu Leng corrió al jardín en busca de la joven dama, pero no encontró sino su cuerpo inanimado. Lo Nun había muerto víctima de su ilusión.
Oh! Lu Ima, mejor que ser presa de la fantasía, aprende humildemente a comprender la realidad de la vida. Cuando tu marido muestre algún enojo, por grande que sea, calla con el silencio de las bellas peonías de tu jardín.
YUAN Este pequeño cuento fué suprimido de los textos escolares por tendencioso.
Cuando el pequeño Yuan, hijo de Lung, como la flor que comienza a perfumar, pudo apreciar el sentido de las palabras y sus padres ya podían hacerse entender fácilmente y despertar su curiosidad con canciones e historias infantiles, se fué al jardín y se sentó al pie de un bello cerezo que allí había. ΕΙ esclavo Yu le preguntó. Por qué te sientas al pie del viejo cerezo. Vengo, dijo el niño candidamente a escuchar las palabras de las cosas del jardín.
El esclavo Yu se sonrió de la ingenuidad del niño y aquella misma noche enfermó gravemente y sus ojos ya no pudieron gustar de la suave luz de la nueva aurora. Yu murió o contento de haber sorprendido la curiosidad del niño que era una forma de iniciarse en la sabiduría de la vida o en castigo por haberse burlado de su puerilidad. Pero en verdad, Yu no era del todo torpe, y no deja de ser una felicidad libertar el espírita en la muerte.
Al día siguiente el niño fué al jardín como de costumbre. Cerca del árbol a cuya amable sombra él se sentaba con el objeto de oír las finísimas palabras de las cosas, advirtió la presencia de un anciano quien, sentado sobre la yerba parecía esperar algo. Yuan. dijo dirigiéndose al niño. Sé que tu esclavo Yu ha muerto y que tu lamentas sinceramente su ausencia, pues él te entretenía con la narración de los antiguos héroes. Como yo también amaba a Yu, para conservar su recuerdo en tu corazón agradecido, vengo a continuar su grata tarea de contarte viejas historias, algunas de las cuales yo conozco aunque no tan bien como Yu ni podré decirlas en las mismas dulces palabras suyas.
Entonces el anciano contó al niño la historia del príncipe que cuando hería con su lanza de plata la sangre de sus víctimas se convertía en flores rosadas. Otra mañana contó la historia de la princesa Mi Nola la cual gustaba fie las batallas (y quien, por haber ordenado la muerte de un grupo de valerosos jóvenes enemigos de semejante a la llama encendida de una hoguera, por lo que se la conoce con el reinado, quedó convertida en piedra roja nombre de la princesa de fuego. El niño dijo a sus padres lo que le sucedía (Registro semanal, extractos y referencias de los libros y folletos que se reciben de los autores y de las Casas editoras. Los libros de autores costarricenses que de la Cordillera. Quito. 1934. Prólogo de en estos días han llegado a nuestras manos: Isaac Barrera.
Con el autor: Tulcan. Ecuador.
Principios de Ciencia Constitucional, por Elias Leiva Quirós. San José, Costa Rica. Imp. Gutenberg.
En las ediciones «Imán. de Buenos Aires: Bajo el sol de América (Novela. por Abrahan Myerson: Crítica de la teoría Emmanuel Thompson. Barcelona. 1932.
sexual de Freud. Introducción de Ricardo Fernández Guardia: La Guerra Yung de la Liga y La Invasión de Quijano.
Max Nettlau: Esbozo de Historia de Imp. Nacional. San José Costa Rica. 1934. las Utopías. Trad del alemán por Abad Isaac Felipe Azofeifa: La posición actual de Santillán.
de los estudios literarios y linguísticos y nuestra enseñanza del castellano.
Imp. Tormo. 1934.
Por el Departamento del Trabajo, MéxiAquileo Echeverría: Crónicas y Cuenco. 1934: tos míos. Imp. La Tribuna. 1934.
La obra social del Presidente Rodríguez.
Cortesía de los autores: corazones atravesados de distanCortesía de don Emilio Portes Gil, Secia. Por Humberto Mata.
cretario de Relaciones de México: Con el autor: Cuenca, Ecuador. La lucha entre el poder civil y el Alberti: Carlos Marx y la acción clero. México. 1934.
del proletariado. Buenos Aires. 1934.
Francisco Piñol: El castillo de naipes.
Otros libros Radiografia del Tío Sam. Prólogo de Antoу folletos: nio Royo Villanova. Librería Araluce. BarceEnrique Anderson Imbert: Vigilia. Novela lona.
Buenos Aires. 1934.
Domingo Castillo: Memorias de MaCon el autor: Paso 227. Dpto.
no Lobo. Guayaquil. 1934.
Buenos Aires. Rep. Argentina.
Con el autor: Guayaquil. Ecuador Félix Pelayo: Romances del villorrio y Romances federales. 1932 y 1934, Sergio Núñez: Novelas del páramo y respectivamente. Viau y Zona. Buenos Aires.
Con el autor: Cangallo 1757. Depto.
26. Buenos Aires. Rep. Argentina.
Marta Brunet: la segunda edición de Montaña adentro, novela corta chilena que hemos releido con tanto gusto. Editorial ABOGADO Nascimento. Santiago de Chile. 1934.
Con la autora: Casilla 2192. SantiaSAN JOSE, COSTA RICA Andrés Lorulot: El duelo de los sexos.
OFICINA: 75 vs. Oeste Botica Francesa Trad. del francés, por Armando Panizza, En las Ediciones «Imán. Buenos Aires.
TELEFONOS: Octubre de 1934.
OFICINA No. 3726. HABITACION No. 3138 Extractos y otras referencias de estas obras se darán en ediciones próximas ALBERTAZZI AVENDANO go de Chile.
su Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica