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REPERTORIO AMERICANO 317 Proceso y juicio de la República Española Por VILLALOBOS DOMINGUEZ Envio del autor. Universidad de Buenos Aires. Abril de 1935 Han transucrrido cuatro años desde el advenimiento de la república en España. hecho de muy notable importancia en la historia de la civilización y conviene pasar revista crítica a su proceso, resultados obtenidos y situación actual y prospectiva del nuevo regimen.
Debe reconocerse ante todo gran trascendencia, en cuanto jalón de avance de la civilización universal, a la forma tan elegante con que el pueblo de una importante nación europea supo cambiar la base de sus instituciones políticas, transfiriéndolas categóricamente a su exclusiva soberanía; y si consideramos que para realizar cambios de régimen (y tantas veces para simple cambio de gobernantes) ha sido necesario por regla general atravesar períodos de cruentas luchas, es admirable signo de progreso cultural que el paso de la monarquía a la república haya podido ser efectuado en España por la sencilla vía de idirse el pueblo a emplear para el objeto el pacífico y expeditivo instrumento del sufragio. Poco después se produjo en Alemania, por el mismo pacífico procedimiento, un sustancial cambio de las instituciones, al optar el pueblo por el régimen y attrezzo fascista, aun cuando en este caso la mudanza haya sido regresiva, dado que tenía por objeto expreso (a trueque de retóricas promesas de próspero engrandecimiento) hacer el pueblo renuncia de sus derechos para ejercer el propio gobierno, con lo cual dicho se está que no ha llegado a la madurez de merecerlos.
de acuerdo a su escuela, era adverso por igual a las instituciones monárquica y republicana: instituciones igualmente burguesas. según ella, igualmente repudiables o igualmente tolerables mientras no se las pudiera destruir.
Así es que aquellos por un motivo y éstos por otro ni los propagandistas republicanos ni los socialistas estuvieron en capacidad de crear opinión republicana. Menos podrían tampoco haberla creado los sindicalistas y anarquistas, esencialmente apolíticos. que por su parte reunían huestes muy numerosas.
Fueron, pues, Alfonso XIII y Primo de Rivera quienes, por efecto reactivo, convirtieron en republicana la opinión general del país y, siguiendo esa rriente, también el Partido Socialista se hizo republicano, poniéndose sus jefes de acuerdo con los del republicanismo para encauzar la opinión que de tal modo había se desarrollado.
COur Panoramia ideológico. Sumados a los mencionados elementos dirigentes algunos intelectuales de diversas profesiones que hasta entonces habían practicado, y hasta algunos predicado, la despreocupación política, y otros desprendidos del monarquismo, establecieron el gobierno provisional y convocaron a elecciones constituyentes; resultando compuesta la Asamblea, como era de esperar, por gran proporción de socialistas, otra gran proporción de republicanos que podemos designar con la convenida aunque imprecisa etiqueta de izquierdistas y minorías de espíritu conservador o reaccionario.
Dejando aparte las últimas por su exigüidad, la Asamblea (constituyente fué asi una asamblea izquierdista. Si esta palabra quiere decir algo, signifiquemos con ella que predondinaba el número de los que, dentro y a favor del régimen republicano, aspiraban a modificar las leyes en el sentido de abatir privilegios de vario género, proper diendo a la igualación de todos los cudadanos en derechos, deberes y oportunidades.
En cuanto al orden económico, los socialistas tenían sus conocidas miras hacia la socialización de los que llaman medios de producción y cambio. a realizarse por método político gradual y no al modo convulsivo que es profesaco por los comunistas para encaminarse al mismo objetivo. Así pues, la tendencia que significaban los socialistas en el orden económico era la de derechismo colectivista: procurar implanta alguna parte de los propósitos comunistas del marxismo. su vez los republicanos, desde el punto de vista de lo económico, podemos considerar que se dividían en tres matices: los que querían hacer algo de socialismo (algo menos que los socialistas. los que tal vez se resistirían a seguir las propuestas de los socialistas si supieran qué otra cosa hacer y, en tercer lugar, los más reacios a secundar la obra socializante.
Los socialistas tenían una doctrina económica definida, cualquiera que sea su valor; pero los republicanos más o menos izquierdistas, aun cuando muy deseosos de realizar reformas económicas, carecían de doctrina económica propia o que de algún modo pudiera caracterizarles o guiarles para realizarlas. En la cuestión de la tierra, por ejemplo, todos los elementos izquierdistas estaban contestes en que era indispensable realizar una reforma agraria bien que los dirigentes de los diversos grupos políticos no mostraban tener idea clara y convicción sobre la indole y caracteres que habrían de guiarla. Sólo sabían unánimes que ella era indispensable y que no convenía realizarla a!
modo ruso. Ni menos mostraron comprender que la cuestión agraria es casi exclusivamente una cuestión de régimen territorial y que, por otra parte, la tierra agraria constituye tan sólo una mitad del problema, puesto que también la tierra urbana forma parte integrante del mismo.
Los republicanos conservadores, como se comprende, procuraban no alterar sensiblemente las normas económicas vigentes. No afectar, sobre todo, a los principios establecidos sobre la propiedad; lo que equivale a no querer cambiar nada, por ser el concepto sobre la propiedad la clave de todo sistema económico.
En lo político, los republicanos más conservadores estaban propensos a esCansancio mental Neurastenia Surmenage Fatiga general son las dolencias que se curan rápidamente con Antecedentes inmediatos. La llegada de España a la república sólo en pequeño grado ha sido obra directa de los hombres, bastante escasos, que mantuvieron la convicción y la propaganda del republicanismo. Fué más que todo una espontánea reacción del ambiente general contra los desmanes dictatoriales de la Monarquía, pues los elementos republicanos preexistentes no habían logrado excitar suficiente eco en la opinión. Bastaría, a ni parecer, para explicarse que no lo encontraran, considerar que presentaban el republicanismo tan sólo como una cuestión de forma política, sin acompañarla de un concepto definido de renovación económica como promesa de efectiva mejora en las condiciones de vida. el pueblo español ya no estaba tan atrasado ni tampoco suficientemente adelantado como para poner su atención y voiuntad al servicio de planes meramente formales.
Esa latente exigencia de reformas económicas había en cambio motivado el desarrollo del Partido Socialista, único que había conseguido vasta adhesión y organización consistente. Pero el Partido Socialista nunca fué ni pudo ser formador de republicanos por cuanto, KINOCOLA el medicamento del cual dice el distinguido Doctor Peña Murrieta, que presta grandes servicios a tratamientos dirigidos severa y científicamente Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica