45 REPERTORIO AMERICANO Puerto Rico e hizo amistad con varios pensión del gobierno insular, que le percirujanos del ejército, quienes vinieron mitió vivir sus últimos días decorosaa la isla con las tropas y permanecieron mente. Murió el 21 de junio de 1917, para estudiar las enfermedades tropica pobre, sin haber nunca recibido del eleles. Entre estos distinguidos médicos mento intelectual de Puerto Rico el rese encontraba el doctor Bailey Ash conocimiento y la admiración que una ford, con quien el doctor Stahl tuvo vida de propio sacrificio, noblemente una duradera amistad. Ashford, con dedicada a la ciencia, debió haber insvarios colegas puertorriqueños, se dedipirado.
có extensamente al estudio de la inci El doctor Agustín Stahl ha sido el nariasis, llegando algún tiempo después único hijo nativo de Puerto Rico que ha alcanzado verdadera eminencia coa la conclusión de que la enfermedad era causada por el ankilostoma, teoría mo científico. Fué incuestionablemente anunciada por vez primera en 1902 anuna verdadera personalidad científica.
te la Asociación Médica de Puerto RiSu vida y sus trabajos debieran servir co y decididamente acuerpada por Stahl.
como inspiración a los jóvenes ambicioStahl trabajó sin descanso en la camsos y estudiosos de Puerto Rico. Todo se resume en unas pocas palabras de paña contra la anemia, sin haber busdon Manuel Fernández Juncos en su úlcado nunca remuneración oficial. En tima edición de su Antología Puerto1903 el encabezó la campaña contra la rriqueña. Abre él su estudio de Stahl tuberculosis, escribiendo para la prencon la siguiente frase, que pueden muy sa insular y visitando todos los lugares bien servir para cerrar yo mis propias de la isla. Era tan diligente, desintenotas: resado y humano como médico, como Su vida fué un bello ejemplo de enincansable y observador como natura tusiasmo científico, llevado hasta el punlista científico.
to del propio sacrificio y completa abDurante los últimos años de su vida, negación.
el doctor Stahl recibió una modesta Costa Rica, marzo de 1934.
puntilla de encaje inglés de inolvidable geometría.
Doña Anita seguía el proceso de mi inquietud. Veía mis cuadernos, de letra menudita y equilibrada; mis cuentas, siempre prefectas; mi absurda puntilla de encaje inglés; y mis discursos, mis inacabales discursos a las niñas para cenvencerlas de cualquier travesura ideada para llevarla a cabo al salir de la escuela. Sin embargo, doña Anita quería mi bien. Por su consejos, aprendí a peinarme escrupulosamente. lar gos días de luchar con mis pelitos rizados, rebeldes, que se negaban a dejai en limpio una raya! Por fin, conseguimos la paz yo y mi cabeza; acudí al colegio lo que se dice bien peinada, hasca con ciertos adornos en la frente y a los lados de las mejillas.
La voz de doña Anita fué la prinera que dijo palabras de fe en mí. Quiero que seas maestra. Voy a proponerte para una pensión en Málaga. Allí estudiarás, y aprobarás si aprendes. Que sí aprenderás, hija, si no eres mala y te dejas el juego que tanto tiempo te lleva.
Y, no; no pudo ser aquello porque Del Cuaderno de la Infancia mis padres se opusieron a separarse da su traviesa niña.
Por CARMEN CONDE DE OLIVER ¿Seguirá doña Anita al frente de sus cientos de niñas mezcladas? Viejeciila, Envío de la autora. Murcia, España con su pelo blanco y su voz suave, ccLAS MAESTRAS Vino doña Manolita a sustituir a do ceante de palabras graciosas. cómo va ña Carmen. Todas las niñas hablaban a sospechar que yo la recuerdo y la II mal de ella, de sus castigos, de su gequiero como si aun me tomara los liuinio. Era aquel un colegio enorme, en tes de Africa?
Doña Anita el que habíamos trescientas niñas: españolas, judías, inglesas, francesas y poDoña Anita Pedrosa, descendiente lacas. Cada una reaccionaba con arreglo quizá del Pedrosa enamorado de Mariaa lo que se traía de sus generaciones LAS CASAS na Pineda, era guapa y buena, leal, con II antepasadas, dormiditas dentro de su ternuras que reinvindicaban su apellisangre, y que en algunos casos eran Calle do. Era alta, con los cabellos blancos y una inolvidable expresión llena de aleirías, enojosamente azules grises de ojos y de ademán, y otras veces. ay, co ¡Humilde casa, pequeñísima casa con gría.
Su escuela, otra nave grande esquimo mi caso. exaltaban el rojo vehevecinos moros ricos! Allí vivía Javiva, ngente hasta el Gurugú.
al lado vivía Freja; y en frente vivía na a la calle Gran Capitán, también teLuna, la hebrea que daba de mamar a nía maestras auxiliares. Primero doña El mismo día que llegó doña Manosu niño sentada en el portal de su casa. Carmen, una muchachilla amable, cuilita, de las trescientas alumnas escogió el pecho grandote, blanco, pesado de dadosa y calladita.
una: a mí. Me escogió para castigarme, alimento entre los labios rosaditos del Yo me acercaba a doña Anita: y me dejó sin comer. Fueron a buscarniño con sus ojazos de niño Jesús de. Me permite usted ir a beber agua? me de mi casa, y negó mi perdón; tenía pueblo español. Allí vino Sultana. mi Si; vé.
yo que pedírselo. y como no quería perra querida, recién nacidita, con sus Entonces me iba a doña Carmen: pedírselo. Qué cosa nefanda haría diminutas manchas y su elocuente rabo. Me permite usted ir a beber agua? yo para merecer la vigilia imprevista? inquietísimo.
Doña Carmen, sabe Dios por qué ra Pocos días después, comenzamos a Fátima, Ambar: los dos, negros rezones poderosas me negaba el permiso. ser buenas amigas. Bajo pretexto de lucientes, densos, con insolente blancu No. Siéntate.
que tenía que vigilarme para impedir ra de dientes risueños. Pozo del patio, Pero yo me reía triunfadora: que alborotara, me sentó a su lado en al que bajaban los moros que lo lim Doña Anita me dijo que sí! una plataforma bastante alta. Allí apren piaban; y en la Pascua del Carnero, Los ojos de doña Carmen relampa día hacer primores: una espléndida junto al pozo, degollación y ríos de sangueaban. Sí. eh. Pues no vas!
Claro; se lo contaba a doña Anita y Le ofrece Vestidos de Casimir de primera clase yo me quedaba sin ir al cuarto a beber agua. Ni una vez conseguí esta jugada! 1. 25 2. 50 10. 00 (En el cuarto, grandote y limpio, estaba la tinaja de donde sacábamos el ABONOS SEMANALES MENSUALES agua de beber. Allí jugábamos a los SASTRERIA DE y al contado. Precio y trabajo que no admiten cromos y nos peleábamos. Daba tanto competencia. Acabamos de recibir un surtido de casimires en estilos modernos. Atendido por su gusto pelearse en aquel ambiente fresco, propietario que es lo más competente en el ramo.
consuelo del ardor de la clase sobre la Teléfono 3283. Frente al Siglo Nuevo que caía tamaño sol africano. LA COLOMBIANA GOMEZ Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica