REPERTORIO AMERICANO 327 Visita a Chopin lenas.
nuונג Fuimos al Callao, a hacer una visita a Federico Chopin, Con nosotros venía Emilio Castelar, mi compañero inseparable de estos meses, que un día estába.
mos revisando sus cartas nos dijo con su habitual vehemencia. Yo amo con pasión las melodías de Chopin, de este Murillo de la música. Un joven rubio, de ojos azules, de largas melenas, expresando en su rostro la tristeza resignada de un mártir, tocaba el piano. Era un piano de Varsovia y tenía las voces apropiadas a las plañidera música que el joven tocaba, más con el pensamiento que con los dedos. En aquellas dulces melodías crei ver pasar el alma del malogrado Chopin, cuando en la Cartuja de Mallorca, ebrio de amor y consumido por la tisis, componía las dulces melodías que le inspiraban en las noches de luna los bosques de Valldemosa, donde se enlanzan el olivo con el limonero y la encina con ia palmera; donde la brisa del mar, perfumada por los tomillos de la montaña y los mirtos del valle, convida a vivir; donde sentía el poeta lirico las tristezas de la muerte en medio de las fiestas de la vida y desahogaba sus tristezas en los quejidos dulces de la música.
Castelar amaba a estos mártiICs rubios, de ojos celestes, que, esparcidos por el mundo entero, llevaban a todas partes los gérmenes de una religión hoy bastante desdeñada, de la religión de la libertad. que dio sentido al siglo xix, cuyos dogmas se filtraron en todas las manifestaciones del arte y de la vida, cuya expresión más exacta fue el Romanticismo. La libertad y el amor: he aquí los dos grandes temas de la gran sinfonía ronántica, adm. rablemente entrelazados y exaltados hasta lo frenético en la obra del genial polaco. Temas asimismo fundamentales en la pelicula El último vals de Chopin. donde una bien urdida cadena anecdótica los recoge y subraya bajo el excelente dirección de Geza von Bolvary.
No nos sorprendió encontrar junto a Chopin otros febriles sacerdotes de la entonces nueva fe. Victor Hugo, Balzac, Alfredo de Musest, Liszt, Jorge Sólo que Jorge Sand runca fue amiga de pertenecer al coro y en seguida reclama c) puesto de primera actriz en la pelicula y en la vida de Chopin.
Destronando, naturalmente, a una rival, arrancando del corazón ardiente de Federico. son frases de la época la imagen adorada de la ausente Gladkouska. Chopin, que, empujado por sus amigos revolucionarios, salió de Poca nos apunta Castelar que seguida se prenden a nuestra vida emocional, envolviendo la inPor BENJAMIN JARNÉS feliz razón en un húmedo velo. De Diario de Madrid Nos trasladamos a otro mundo, donde un director astuto se comlonia para no ser fusilado como bia de suscitar la más franca place en jugar, ya no con nuesmártir de la libertad, caen en simpatía.
tros juicios, sino con nuestros Faris en los brazos asesinos de Soio faltaba hallar un perfecto prejuicios. con todo lo que la vehemente escritora, que aca engranaje de figuras y hechos. entrañable, inconsciente vive ban también por convertirlo u. desfile ordenado de fragmenen nosotros con anterioridad a en martir del amor. Jorge Sand tos biográficos, auténticos o apó toda conciencia, a toda opinión.
tanza un artículo proclamando crifos y sumergir unas y otros en El director se hace cómplice genio a Chopin. Comienza el glo la atmósfera dada y consabi irresponsable en muchas escenas vioso reinado del gran mús. co.
da, que podia provocar sencillade una partitura.
También su etapa de más hondas Bente un piano. unos ojos Schubert y Chopin, eternos peinquietudes. Los dos grandes de abismo. unas frenéticas me ripatéticos en algún Olimpo inactemas répito lo zarandean, lo cesible, se detendrán estos dias arrastran violentamente. ¡Gran celestina la música! Co frente a frente y mirándose con tren su obra de vehen:encias de o su principal misión es sacar la aqlzura que les otorgan sus licadas, de encantadores arrebaa las almas de quicio misióa biógrafos, se dirán: tos.
que Chopin cumple con la máxi Amigo mio, todavía nos quieValores que pasan, en gran parren, El público nos desea más te, a la película. La música de ma urgencia estos films saben habrá que nunca.
Oye: qué cuentan habrá con ello que Chopin lo envuelve todo en finas Gcurrido allá abajo para que brumas, tal como las de Schubert siempre a favor suyo una legión nuestras partituras hayan sufrilo envolvian todo en un film rede almas maravillosamente desdo el cruel martirio mecánico de ciente, por todos conocido. La di quiciadas ya a temperaturas muy los films?
rección contaba enorme ayuda subidas, que han de pasar por la Sucedió esto: una nueva escon un nimbo. con una at película como se cruza por pecie de sagaces eruditos enconmósfera previa, ya aplaudida, ya nimbus. por una densa nube tró que nuestra obra estaba aún previamente sancionada. La direc acribillada de centellicas ardienViva, que podía convertirse en ción tenía a mano, además, unas tes.
arsenal de emociones alın Vifiguras cuya sola aparición ha Dulces quejidos de la músivas. Tal vez nosotros acertamos con la verdadera relojería de lo entrañable humano. Tal vez sea imposible cambiar esa relojería; y, claro es, siempre que las gentes tropiezan de nuevo con nuestros resortes tropiezan consigo mismas. es eso lo que el público desea: tropezarse consigo mismo.
Está encuadrado en una época no muy de su gusto, y quiere que lo saquen de quicio, que lo sumerjan en otro siglo más a miable. Otras veces se intentó son las dolencias que se se sigue intentando pero no curan rápidamente con con éxito halagueño. No faltan reconstrucciones de todo orden, desde aquellos Ben Hur y Quo vadis. Pero ciertas épocas no podían conseguir plenamente sacar de quicio al público. Deel medicamento del cual dice masiada carroceria histórica. Qué diferente nuestro aparato de el distinguido Doctor Peña relojería sentimental! Lo maneja Murriefa, que cualquier adolescente, Nuestras partituras son pilas eternas de electricidad inagotable. Inagota presta grandes servicios a trable por ser, al mismo tiempo, ditamientos dirigidos severa y vina y humana.
La gran época romántica es, científicamente en efecto, un almacén de exce.
lentes resortes emotivos. Son utilizados con suma destreza en El últimb vals de Chopin. pero. no deben temer que esta delicada emoción romántica Be abarate?
Temblamos ante la idea de un romanticismo biográfico musical ABOGADO y NOTARIO en serie, donde se manosean las OFICINA: 50 varas al Oeste de la Tesorería demás figuras de aquel movide la Junta de Caridad.
miento artístico y vital, tan oporTeléfono 4184. Apartado 338 tunamente hoy repulido, resucitado.
se Cansancio mental Neurastenia Surmenage Fatiga general DURANNANIN Saz KINOCOLA AZALES MANANANANA Sand.
OCTAVIO JIMENEZ Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica