AntifascismCapitalismCommunismFascismHitlerImperialismMarxMarxism

REPERTORIO AMERICANO 207 ce: guiado por ella hasta que el dolor de su pueblo acosado por la explotación de adentro y de afuera le dijo que había que plantear la lucha en campo distinto.
Dirá el comunista que aquí se cumplió también el vaticinio marxista. Lo cierto es que para el mundo comunista John Strachey y Juan Marinello son dos fuerzas grandes. Strachey se le echa encima en los Estados Unidos el aparato brutal y corrompido de un yanqui enriquecido con periódicos a precio siempre de las empresas, de los gobiernos, de los individuos. Marinello lo encarcelan otros yanquis que no emprendieron en periódicos, sino que buscaron la inversión que los pusiera en el dominio de Cuba. Marinello estaba al frente de un diario con ideas definidas y cuando el imperialismo yanqui siente que son hondas las punzadas que le hace, mueve contra él la cárcel.
Casos iguales en países diferentes. Lo que organiza el capital para dar estructura a un Estado imperialista es defendido en todas partes. El fascismo es una de las defensas eficaces de las conquistas de las organizaciones capitalistas. En los Estados Unidos es fácil para Hearst imponer su propaganda fajista precisamente porque el fajismo es el método que más sirve al capitalismo para defender lo que tiene. Strachey di El método fajista implica esencialmente el empeño de crear un movimiento de masas para la protección del monopolio capitalista. Se engaña y se amenaza. Contra la palabra de Strachey anti fascista es fácil para la plutocracia yanqui encarnada en Hearst mover la iniquidad de la legislación de los inmigrantes. Contra la palabra de Marinello anti imperialista puede la misma plutocracia desencadenar el caporalismo. Es decir, puede ampararse a una forma o método fajista. El caporalismo también fajismo. Veamos a Cuba bajo el gobierno del caporal. los Estados Unidos convienen regímenes vetustos.
Le dan recursos para amparar sus conquistas y extenderlas más. ahora a figurarnos un John Strachey no como lo desfigura la cadena de papel periódico de Hearst, sino como es: el escritor fuerte y claro que sacrifica su comodidad y viene a hacerle frente a una lucha social en el país más dominado por una plutocracia cerrada y hostilizadora. Hay que buscar lo escrito por Strachey y leerlo. Renovar, traer fuerza combativa. Mucho precisa la lucha cuando la amenaza es la imposición en todas las actividades públicas del hombre fuerte, es decir, del hombre que el fajismo acapara y presenta como ejecutor predestinado de sus métodos.
Francisco Henriquez y.
paña fajista por delante y para desarrollarla organiza lo que llama Asociación Juvenil de Hombres pájaros de los Estados Unidos. que es una organización de muchachos cuyas bases son el nacionalismo y el odio de raza. también organiza una cuadrilla de espías para que en las Universidades yanquis tomen nota de los profesores con ideas socialistas. como John Strachey recorre ciudades yanquis dando conferencias antifascistas, Hearst echa sus espías y si es Universidad la que ha abierto sus puertas para oír la palabra del inglés inconforme y censurador, ocurre algo digno de relatarse. En Berkeley, asiento de la Universidad de California, algunos miembros de la misma acogieron a John Strachey y pusieron a disposición suya un salón. El día de la conferencia no hubo uno solo de esos miembros que se presentara como era de ritual a acompañar a Strachey en la plataforma. Solo tuvo que presentarse y solo tuvo que continuar hasta el final cuando dijo a sus oyentes que la conferencia había terminado La propaganda fajista infunde pánico en todo lo que sea funcionario yanqui. El espionaje de Hearst mata en la Universidad el espíritu de deliberación.
John Strachey es acusado por Hearst y demás enemigos pagados, de comunista. Pero el contrato para la propaganda fajista celebrado con Hitler impone a Hearst la persecución del comunismo.
Si hubiera podido pactar con Rusia para la propaganda comunista, John Strachey no tendría encima con ese celo implacable a las autoridades de inmigración.
Cualquier día cercano dirá el cable que John Strachey fué reconcentrado y expulsado de los Estados Unidos por su propaganda comunista realizada no sólo por medio de sus libros, sino de sus conferencias pronunciadas en distintas partes de aquella nación. Ya sabemos entonces quién es el que expulsa al escritor honrado cuya conciencia no vive en la inmundicia. Porque el caso de Strachey es para presentarse a la reflexión de estos pueblos adormilados. Tiene deshago económico. Su cultura universitaria es completa. Su capacidad como escritor es de las mejores. Podía marcar el paso y ser hombre sin odios. Alcan zaría fama. Pero la llamada que la comodidad le hace no es para su naturaleza inconforme. Los comunistas que lo presentan con satisfacción, usan palabras de Marx para explicar la conver ara ellos, cuando la lucha de clases se acerca a su hora decisiva, las mentes mejor dotadas de la clase burguesa trascienden los intereses de su propia clase y pasan al campo de los trabajadores. Pensando en John Strachey casi justificamos la afirmación comunista. Pensamos también en un cubano vigoroso. Pensamos en Juan Marinello, encarcelado hoy por el caporalismo de Cuba. En Marinello hay el mismo poder creador que el lector de Strachey encuentra en sus obras. Marinello es también, comp Strachey, un hombre de cultura universitaria. sin embargo, la disciplina no lo encadenó. Estuvo (Viene de la página 200)
de pueblo en pueblo disertando, esporiendo sus ideas sobre la reconstrucción de la nacionalidad. Su fórmula es: la devolución pura y simple de la libertad.
su voz no halia eco; la censura todo lo estorba; las agencias de noticias ocultan el caso de Santo Domingo, unas porque son norteamericanas, otras porque, siendo europeas, la Guerra es lo único que les preocupa.
Pero la campaña del doctor Henríquez y sus secuaces será insistente: poco a poco, la América española irá conociendo el caso, irá conociendo sus problemas. El idioma español es la única arma.
En Cuba, en México, en Santo Domingo se reunen fondos para sostener la campaña. El doctor Henríquez va a Europa, en 1919, a presentar el caso de Santo Domingo ante la representación de naciones reunida en Versalles. Europa. fingiendo respeto a las decisiones arbitrarias de Wilson, rehusa enterarse.
Bajo la dirección del doctor Henriquez, comisiones dominicanas se dirigen sistemáticamente a Washington explicando una y otra vez los derechos de Santo Domingo, demostrando las arbitrariedades y los abusos de la invasión. se dirigen también a los pueblos liermanos: hasta don Federico Henríquez y Carvajal, con setenta y dos años, recorre la América del Sur. América responde. Hay hechos memorables en 1919, la Argentina envía a Santo Domingo la fragata Sarmiento, con orden de saludar al pueblo dominicano y de prescindir ostensiblemente de los invaLa visita de los cadetes produce delirio.
En 1921. al bajar de la presidencia Woodrow Wilson, los Estados Unidos se ablandan. En Santo Domingo se conciben esperanzas. Se permite hablar.
Llamado al país, el doctor Henríquez va En 1922, los Estados Unidos retiran sus tropas de Santo Domingo. Los gobiernos dominicanos podrán actuar con mayor libertad que en los años anteriores a la invasión. El doctor Henriquez regresa a su residencia de Santiago de Cuba, donde pasará nueve años.
De 1931 a 1933 vuelve a salir, a representar diplomáticamente al país en llaití y en Francia. Retorna, finalmente, a Santiago de Cuba, donde ha muerto el de febrero En su juventud, el doctor Henriquez cultivó las letras. Hasta hizo versos Pero bien pronto su pluma se puso al servicio de sus ideas patrióticas: deben señalarse, en los ochenta, la campaña pedagógica de El Maestro; en 1900, bajo las firmas Cayacoa Cotubanamá, los artículos en que explicaba al pueblo los problemas que afrontaba el gobierno de que formaba parte y cuyo principal orientador era él; de 1917 a 1922, su campaña, en artículos, comunicaciones y discursos, sobre los derechos de Santo Domingo. Fué orador de razonamiento sólido, de palabra sobria y severa, pero entusiasta. En 1905, Américo Lugo, lo llamaba el dominicano más ilustrado. De su existencia puede afirmarse lo que dice Bernard Shaw: Esta es 12. verdadera alegría de la vida; servir a un propósito que reconocemos como superior; haber dado de sí todo lo que se es capaz de dar antes de ser arrojado al montón de los desechos sión suya cores Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica