REPERTORIO AMERICANO 163 Quiere Ud. buena Cerveza. Tome aquéllas más suaves. Pero no estaba el ya decadente patriciado para dejarse vencer por razones eugénicas. Nodrizas esclavas de cualquier procedencia amamantaban a los hijos de sus amos.
Designio providencial que cuando una revolución está latente en lo profundo de la vida no haya vínculo que no se desate para abrirle paso.
Revoluciones tales, antes de ser visibles a los ojos de todos, se mueven seres gigantescos en las entrañas recónditas de la sociedad; de suerte que los tejidos sociales, tal como ocurre con los de la madre en el fenómeno de la maternidad, se vuelven laxos donde cumple que así sea. Ya era algo ciertamente, y acaso mucho también, en la Roma convulsa de la revolución naciente, que los niños quiritarios mamasen del pecho de las esclavas, para que en lo secreto de la sangre patricia prendiera también el germen de la disconformidad de los de abajo.
Niño que tal leche había mamado ya podía entender la palabra de Moisés.
No hay nada más agradable ni más delicioso.
Es un producto Traube acerca del hebreo corrían. Era un afán de novedad. Sólo sabemos que ya la mujer estaba en su puesto maternal, en aquellas vísperas del mayor alumbramiento de los tiempos.
Propagandista incansable (Renan. Histoire du Peuple Israel. Liv. X, cap. IV. y habilísimo además en el arte de ganarse exenciones, el judío quedándose al margen de los deberes romanos, empleaba todo su tiempo en el proselitismo; un cierto género de proselitismo dirigido no tanto a captarse adeptos cuanto a restárselos a Roma. Qué hacer contra ese judío? No era defensa válida inventar fábulas absurdas contra él: fábulas y patrañas que no le alejaban sino que, antes bien, atraíanle la atención de las gentes, de tal manera lén. Para qué? Decían que para sostén del culto. allí estaban, en todos y en cada uno de los barrios de Roma, mientras maduraban los tiempos, aprovechando de la mejor manera el derecho de asamblea que aun regía. Allí estaban, pues, haciendo juntas y conciliábulos; haciendo acaso conciliábulos de iniciación. Allí estaban, viviendo en el seno de su propio derecho civil, ya que no también porque obstaba el derecho público de su propio derecho penal.
En todo caso, despreciaban sin disimulo las leyes romanas y sólo tenían por vigente el derecho de Moisés.
Mujeres romanas, de todas las condiciones sociales, sentían como una rara atracción, e iban hacia el judío o le dejaban venir hacia ellas. Era su culto lo que las atraía. Eran las leyendas que el pagano ¿qué hacía? Teniendo ojos, no ver; teniendo oídos, no oír; sordo y ciego como por la mano de Dios.
Pasaba de largo, y decía consejas. No se sabe bien a quién adoran: si a Baco o a una cabeza de asno. Más parece esto último. tienen ritos secretos. Sí. Dicen que todos los años sacrifican a un griego. Entonces, una superstición oriental como tantas. Una pobre superstición oriental. pasaban.
que no cesaba de crecer un mundo allu Dos poesías de William Blake Traducción directa del inglés. Envio del traductor. San José de Costa Rica, 1933.
CANCIONES DE INOCENCIA Modulando iba canciones en mi gaita cuando vi un infante en una nube que sonriendo dijo así: El murciélago triste que en la noche aletea ha nacido en la mente de algún hombre sin fe, y la negra lechuza que ha gritado en la sombra es la voz descreída de un ser. Haz canciones al Cordero!
Alegre fué mi canción. Toca, gaitero, de nuevo.
Yo toqué y el sollozó.
El dolor y la dicha entrelazan sus hebras vestiduras tejiendo de nuestra Alma Inmortal; corre el hilo de seda de la humana ventura bajo el duelo de todo pesar. Deja tu gaita gozosa, canta un alegre cantar!
Yo canté la misma endecha y él se puso a sollozar.
Cada gota de llanto es un niño que nace en el seno del tiempo sin fin.
cinado mujeres, jóvenes, viejos, de toda procedencia y condición en torno a las sinagogas.
Reinach. Histoire des Israelites. es explícito. Vendidos como esclavos, recuperaban luego la libertad los hebreos a precio de oro, mediante sus admirables organizaciones. Ya libres, se iban a engrosar las juderías, a vivir en ellas de algún ligero quehacer, de alguna minúscula industria. Desde los tiempos de Pompeyo estaban allí para lo que ellos bien sabían. estaban de hecho en todas partes, consumada la Diáspora, realizando lo que ellos sabían hacer como nadie: una ardiente propaganda revolucionaria Comunidades reciamente uni.
das del Norte al Sur, del Este al Oeste, visitadas de continuo por los apóstoles del patriarca de la Palestina, daban el molde exacto de lo que mañana serían las comunidades cristianas, organizadas a su imagen y, prescindiendo de lo religioso y atendiendo sólo a lo político, con idéntico fin.
En cada barrio de Roma había el correspondiente sanedrín, de cuyo seno salían los magistrados con asiento y los viajeros. allí estaban: a la vista de todos, pero misteriosos a la vez. Tenían signos, sin duda secretos, y jactanciosas originalidades que saltaban a la vista. Poseían, no obstante parecer tan pobres, una poderosa caja común. dónde iba ese oro? Decían que a JerusaEl balido, la queja, el lamento y el grito son las ondas que baten el Celeste confin. Escribe un libro, gaitero, que todos puedan leer!
Despareció de mi vista.
Yo un caramillo fornte; y con la rústica pluma que en la fuente fuí a mojar escribí para los niños, que todos puedan gozar.
El que siempre ha dudado lo que miran sus ojos, el que nunca ha creído, que descanse en su error!
Que si el Sol y la Luna de sí mismos dudaser: matarían su fulgor.
AUGURIOS DE INOCENCIA Contemplar todo un Mundo en un grano de arena, en la flor de los campos todo un Cielo mirar, poseer lo Infinito en la mano entreabierta y en una hora lo Eterno gozar. Para aquellos que viven en cavernas de sombra Dios se muestra, es el Dios Claridad; pero a aquellos que viven en la gloria del Día la Figura del Hombre les da.
José Acuña Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica