REPERTORIO AMERICANO SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA Tomo XXX San José, Costa Rica 1935 Sábado de Marzo Núm. Año XVI No. 721 Pizarro Lima Plan de políticos; necesidad de pueblos, no Versos nuevos En la inauguración de la Novena Conferencia Sanitaria Panamericana celebrada en Buenos Aires Pido la palabra La evocación local española en La Celestina.
SUMARIO Blanco Fombona Del homenaje colombiano a Jaime Barrera Parra Gregorio Marañón Juan del Camino Notas del Week end Carlos Luis Sáenz El faro Voz y grito Solón Núñez Alfarería nicoyana.
Mater. José Pijoan Libros y autores Enrique Macaya Lahmann Camino de las horas.
Darío Samper Joaquín Quijano Mantilla Nieto Caballero Jaime Barrera Parra Max Jiménez Isaac Felipe Azofeifa Anastasio Alfaro Isaac Felipe Azofeifa Ricardo Latcham Pizarro Por BLANCO FOMBONA De El Sol. Madrid.
ra.
o PERSOAVAD No quisiéramos leer y de seguro no leeremos todo lo que se va a decir sobre Francisco Pizarro hoy, 18 de enero, cuarto centenario de la fundación de Lima. Lo que se va a decir en España y fuera de España.
Prefiramos guardar un minuto de silencio en honor del conquistador del Perú; mejor diremos consagrar un minuto de meditación a su memoria.
Grande hombre fué aquel extremeño. Grande hombre, aunque no quizá superior a otros de sus mismos compatriotas aparecidos en la hora magnífica del destino. Cuántas coincidencias para ganar el premio gordo de la Fama! Unos años antes unos después, o en otra región que el Perú, hubiera tal vez Pizarro aparecido envuelto en la nébula de los héroes anónimos.
La conjunción de una fabulosa energía personal, de aquella hora genésica y de plenitud para España hora en que las madres españolas sólo parieron héroes y la ocasión única del Nuevo Mundo recién descubierto, lo sacaron a luz. no bastó aquello. La fortuna lo acompañó, vencida por la constancia; y no le faltó el rayo de luz mental, en medio de su ignorancia supina, para superar en éxito a sus pares. Porque pares y no inferiores a él fueron Alvarado y tal vez Almagro.
Otra fortuna gozó: que Balboa, el que parecía destinado a descollar en las empresas del mar del Sur no sólo por su energía, sino también por su talento muriera pronto, y que Hernán Cortés, el otro gran conquistador, tuviera por teatro de sus empresas un país norteño, remoto.
Pero estas fortunas y otras mil que se añadan no bastan a explicar la proceridad de Pizarro ni su éxito fabuloso.
En la bandera que flota al viento y se mantiene flotando sin que el viento la arrastre hay una cosa recta y firme: el asta; en el hombre que culmina, crea y perdura también hay algo: el carácter, la personalidad.
La personalidad desborda en Pizarro.
Se le puede saludar con las palabras de Napoleón a Goethe: Vous étes un homme. Pizarro es ignorante, pérfido, avaricioso, pero es un hombre.
Es un bárbaro, pero es un hombre. No sólo un macho brutal; un hombre, con toda la complejidad inexplicable en un ser sencillo y que parece de una pieza; un hombre con toda la luminosidad espiritual que puede caber en el espíritu, aunque ese espíritu sea inculto.
Sólo dos palabras pueden explicar a Pizarro: grandeza bárbaGrandeza bárbara, pero grandeza auténtica. César Borgia es la grandeza refinada y corrompida. Pizarro, el polo opuesto.
Ambos astutos, peligrosos, sin escrúpulos. Grandeza por grandeza, nos quedamos con Pizarro.
Pizarro no es sólo hábil para destruir; también crea. Este 18 de enero, cuatro veces centenario, que conmemora la ecumenidad hispánica, es una de las fechas creadoras de Francisco Pizarro: en esa fecha funda a Lima. Lima va a ser el Madrid de la América del Sur durante el período colonial, en ese rico y fabuloso Perú conquistado por Pizarro. el Perú será tres siglos después, en manos de Abascal, de Pezuela, de La Serna y de Rodil, la fortaleza de España en América o la España del Pacífico contra los independientes. Fundador, pues, el gran conquistador extremeño de cosas de perduración; ciudades, imperios. El bárbaro fué un civilizador Bárbaro por su incultura, civilizador por su obra, Si conquistador de un grande imperio se hombrea.
Pizarro con Hernán Cortés, en cuanto fundador de ciudades se las tiene tiesas delante de Blasco de Garay, Diego de Lozada, Jiménez de Quesada y tantos otros españoles de pro que regaron de ciudades los grandes montes, las grandes llanuras y las orillas de los grandes ríos en las tres Américas.
Pizarro tiene anchas espaldas resistentes.
Se le pueden aglomerar acusaciones; las resiste todas.
La prisión de Atahualpa fué una per Lima (1535. 1935)
Por GREGORIO MARAÑÓN De Ahora. Madrid Una mañana de verano de 1535 subían hacia los Cigarrales de Toledo dos caballeros de la gran ciudad, centro de la mayor monarquía que los siglos habían conocido y que conocerían jamás.
El sol era ya duro a pesar de la hora temprana, y los dos paseantes tenían que detenerse de tiempo en tiempo para encontrar alientos nuevos a la fatiga del camino áspero y a la charla vehementísima que los entretenía. Desde el Puente de San Martín, al pie de las murallas, el camino viejo de los Cigarrales se eleva casi a pico entre rocas calcinadas, y se precisan piernas juveniles y el corazón intacto para soportar la caminata. Pero los caballeros ascendían con aquel sosiego que se advierte (Pasa a la página siguiente. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica