EDITOR: REPERTORIO AMERICANO García Monge Representante on Hispanoamérica: Alfredo Piñeyro Téllez Correos: Letra Suscrición mensual: 00 SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA Desde que Garrison fundó su Liberator no hubo paz en la Unión: cómo crecen las ideas en la tierra! José Martı.
EXTERIOR. El semestre, 50 (El año, 00 am.
Giro bancario sobre Nueva York. Camino de las horas. por Pedro Prado Envio del autor. Santiago de Chile. Enero de 1935 De su Pedro Prado sale ahora de un silencio largo. Casi diez años había permanecido al margen de toda publicación.
En este tiempo su voz se ha hecho más pura y el ritmo de sus versos acusa una perfección que linda con lo antológico.
Prado es uli poeta que ha puesto en las manifestaciones de su arte personalísimo un acento filosófico y una inquietud acendrada por los motivos eternos.
No es erótics ni sabe cantar las humanas pasiones. Busca sus temas en lo íntimo y familiar; pero desde allí sabe remontarse hacia las cumbres ideales en que las cosas adquieren otros contornos y se idealizan hasta lo abstracto.
En nuestro tiempo resulta singular caso el de un libro de sonetos por más que, en la portada, lleven el rótulo de libres. En este Camino de las Horas.
hemos gustado un manojo de poesías puras que han sido cinceladas en soledad o en intiina compañía. De ahí su emoción depurada, su novedad dentro de una forma tradicional subrayada por lo selecto dei pensamiento del autor.
Prado se ha buscado a sí mismo en estos años. Hoy linda en lo religioso, tomando este vocablo en su sentido más puro antes que en la limitación de las confesiones o normas confesionales.
Son horas pobladas de secretos rumores, de murmullos distantes y distintos en que lo tumultuoso nunca se expresa. En ellas hay una limpieza expresiva y una entotividad fervorosa que, muy de tarde en tarde, surgen en nuestra literatura.
Muy bien expresa su temperamento Prado cuando dice que es un boceto inconcluso, un alma rara siempre como sumida en la distancia.
En su filosofía de la vida aparece esta característica.
Hay como una bruma ideal en que se oculta el poeta. Allí quiere que su decirvelado, obscuro, aprenda la clara voz del pensamiento puro. Prado concreta más el estado de su mente en viñetas precisas y firmes con algo de paisaje, el justo para afirmarse en la tierra. Llaman poderosamente ia atención los sonetos Mil gorriones. Vamos con lento andar y Las mulas trepan. En ellos se mezcia en un consorcio firme perfectísimo lo real y lo ideal, lo concreto y lo abstracto de su autor, que ya había realizado páginas parecidas de una belleza honda en Alsino y en Un juez rural.
Las inquietudes de Prado son recias y se traducer en estados de ánimo como en el soneto Atento espero y en Amor es al otoño. Ahí surgen esencias de poesía de una musicalidad íntima y de acento sobrio que sólo saberi dar los grandes líricos castellanos.
Toda la poesía de Prado es profunda.
grave, idealista. Está cincelada con un Al final se concreta toda la vida y la obra de Prado en el poema ceñido que titula Pasan los años. Es como el auto de fe de una existencia el índice de una actitud futura.
El poeta pone ahora el asombro donde estaba la burla. Su imagen externa no es el reflejo de su mundo interior Dice con fervor cristiano ya no pregono todo lo que es mío. Ahora será más recogido y acrisolará sus melodías en las ascuas de lo eterno.
Pocas veces habíamos asistido a una conversión poética más notable que la que indica su reciente obra.
panteísmo primitivo sólo quedan reflejos en algunos poemas en que se funden los seres en la armonía cósmica.
Ahora el escritor se ha desnudado de todo lo externo, se ha perfeccionado en el culto del espíritu y busca sus temas en los grandes motivos del subjetivismo universal: la vieja casa de sus amores, los pájaros de Dios, los animales humildes como símbolos de la vida, las claras voces de lo interior expresadas con libres y limpios acentos.
Llega el libro de Prado como un brote melodioso de pura poesía. Aparece junto con otro en que nos ocuparemos pronto de Max Jara. Ambas voces se completan y dan en la lírica nacional una nota recia de íntimas inquietudes en que lo externo del verso se une a la profundidad de un grave misterio oculto. Este misterio es el que Prado exterioriza al decir: Si digo como ayer las mismas voces, tú crees conocer, y no conoces.
En la manifestación clara de la nueva actitud esperamos que Prado de pronto nuevas y bellas muestras de su lirismo templado por una filosofía vitalista y ferviente.
Pedro Prado deseo de perfección al estilo de la que hoy hace Jua:1 Ramón Jiménez.
Pero, Prado tiene más arquitectura en su pensamiento. No llega a la oscuridad laberíntica del español. Prado se definió asimismo como un filósofo de la emoción. No recordamos cuándo o dónde le címos esta definición, pero es la mejor que puede aplicarse a este her moso libro.
Bajo su aspecto meditador y sereno es un hombre inquieto y roído por las tormentas íntimas al estilo de las que sacudían a Pascal. Por esto lo religioso es como una fuga en su verso limpic y puro.
Ricardo Latcham GRANJA SAN ISIDRO MAX JIMÉNEZ CORONADO COSTA RICA Hijo del campeón de Kentucky, Sir Inca May, y una vaca importada, hija de la campeona de Estado de New York.
Inmune a la fiebre de garrapatas.
PRECIO: 100 (U. TRIUNE VALENTINE INKA MAY Imprenta «LA TRIBUNA Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica