CapitalismCommunismWorking Class

REPERTORIO AMERICANO 277 Quiere Ud. buena Cerveza. 99 Tome No hay nada más agradable ni más delicioso.
Es un producto Traube actitud natural ha sido realmente invertida, y uno de los principaies derechos que alegan los trabajadores es ahora el derecho al trabajo. Esto no quiere decir que los trabajadores ten gan pasión por pasar ocho horas al día en una fábrica o en una mina. Quiere decir que se ha asociado de tal modo ja idea de recibir una renta y la de trabaiar y esa asociación se ha hecho tan fija que se ha llegado al supuesto tácito de que solamente trabajando puede obtenerse una renta. Por lo tanto, en una sociedad comunista en la que ningún ciudadano deriva renta de los derechos de propiedad, no hay duda alguna de que la población en su totalidad habrá de apreciar perfectamente la necesidad de trabajar. esto es lo que quiere decir el principio de asociación voluntaria como solución del problema de trabajadores colectivos, Lo que sucede en la práctica en una sociedad comunista es simple. L: SOciedad, por medio de instituciones (consejos, comités, llámense como se quiera) que forma para el objeto, prepara una colección de reglas para la duración, condiciones y remuneración del trabajo que diferentes categorías de sus miembros deben efectuar. estas reglas se las intponen a sí mismos los miembros de la sociedad. Ven la necesidad de ir todos los días a la fábrica, a la mina o al campo, y de utilizar los medios de producción para satisfacer sus necesidades. Naturalmente, esto no quiere decir que individuos aquí y allá no vean tal necesidad: que no haya ciertos individuos que traten de gozar de los frutos sociales sin tener que hacer la labor social necesaria para su producción será ciertamente necesario hacer observar a la fuerza a tales individuos las reglas de trabajo que la sociedad ha impuesto. todos los demás miembros de la sociedad estarán en favor de tal coacción. Pues a nadie le gusta que se le eche encima la carga de la mantención del vecino por pereza de ese vecino.
De ahí que la obligación de trabajar que en una sociedad comunista se extiende a todos sus miembros, no sea en lo más mínimo una contradicción del principio de asociación voluntaria sobre la cual se basa la actividad productiva de tal sociedad. Pues la obligación se la impone el mismo individuo.
Ninguna comunidad, sin embargo, puede pasar de la noche a la mañana siquiera al período primario de transición del comunismo. En el período inicial de una dictadura de la clase trabajadora puede aún ser cierto decir que la obligación de trabajar es una convicción impuesta por los miembros cons.
cientes y reflexivos de la sociedad sobre ellos mismos, y sobre aquellos a quienes, si se dejara hacer lo que quisieran, no comprenderían la conveniencia de hacer más trabajo del que los mantuviera en las más primitivas condiciones de vida, Aun en este período, sin embargo, el trabajo ejecutado en una sociedad sin clases será de carácter mucho más voluntario que el trabajo que la compulsión de hierro, cunque invisible, del capitalismo les saCa a los traoa jadores. Y, con cada año que pasa, una proporción mayor de la Dia pasura de la categoria de perSunas a quienes hay que imponer reguiariuad y un mínimo de intensidad de trabajo, a la categoría de personas que se dan cuenta perfectamente de los beneficios universales de tal trabajo y que toman una parte consciente ellos mismos en llevarlo a cabo. Además, con cada adelanto en el plano de la técnica, el carácter del trabajo necesario cambiara: se hará menos tedioso y menos arduo, más interesante y menos cansado. La barrera entre el trabajo mental y el fisico se romperá. Esto se verificará en arte por el intercambio de personal entre las tareas manuales y las administrativas, lo cual se hace posible cuando una sociedad sin clases alcanza cierto grado de cultura, en parte por la mayor importancia que asumirá el trabajo manual que, como tanto trabajo moderno científico, es a la vez mental y manual.
Con estos cambios los elementos restantes de compulsión desaparecerán poco a poco. El proceso no será ni corto ni simple, pero la dirección es clara.
Para acelerar este proceso, el comunismo requiere, y requiere con urgencia, la mayor aplicación y extensión posible de conocimiento científico. La clase gobernante, que tiene que ir identificándose rápidamente con la sociedad en conjunto, tendrá un interés directo y personal en reducir a un mínimo la cantidad de trabajo humano necesario para un cierto nivel de vida. Puesto que bajo el comunismo no existe ya el antagonismo de condiciones opuestashombre libre y esclavo, dueño de propiedad y proletario el hombre estará por fin capacitado para dedicar todas sus energías a la subyugación de más antiguo antagonista, la naturaleEn efecto, según el comunismo a una sólo es posible cuando los sistemas sociales anteriores han levantado el nivel del poder comprensivo del hombre sobre la naturaleza hasta cierto punto, así la conservación del comunismo está cstrechamente asociada a un desarrollo continuado del conocimiento y habilidad científicos. Después de todo, no es sino natural que cuando los hombres y las mujeres que hacen el trabajo de la sociedad controlen también la sociedad, buscarán con afán todas las posibilidades de aligerar el peso del trabajo que la humanidad ha tenido que sobrellevar hasta aquí. Un rápido desarrollo científico seguirá en todas partes, como siguió en Rusia, al establecimiento del poder de la clase trabajadora. Pues no habrá ninguna clase gobernante que tema que cualquier cambio en la sociedad sea para ellos un cambio para un estado peor de cosas. Nadie temerá que se hagan esos reajustes continuos de la estructura social que el desarrollo de la técnica científica hacen necesarios.
Esto nos trae consideración más amplia. Puesto que, según la definición no hay clases en una sociedad comunista, no puede existir la fricción de clases no puede haber necesidad de esos inmensos gastos de esfuerzo SOcial que son hoy necesarios para arreglar por la fuerza las relaciones de clases enteramente antagónicas. Lo enorme de esta ganancia puede apreciarse solamente cuando nos damos cuenta de que el Estado mismo es una organización del ajuste forzoso de clases. Ningún observador honrado del Estado moderno puede posiblemente negar que es en realidad un aparato, cuyo propósito primordial consiste en sostener la actual jerarquía social. Acábese con el conflicto de clases en la única forma en que puede acabarse, o sea, con la abolición de clases, y nueve décimas partes de las actuales actividades del Estado resultarán redundantes. Lo que queda no son realmente en manera alguna actividades del Estado; son más bien funciones económicas de reguladistribución que no son parte de ningún modo del trabajo original del Estado capitalista; son funciones que ha asumido durante el período del creciente caos de producción capitalista.
Tales funciones pueden distinguirse fácilmente por el hecho de que tienen que ver esencialmente con la adminissu za. ALBERTAZZI AVENDAÑO ABOGADO ción y SAN JOSE, COSTA RICA OFICINA: 75 vs. Oeste Botica Francesa TELEFONOS: OPICINA No. 3726. HABITACION No. 3133 Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica