Imperialism

212 REPERTORIO AMERICANO OCTAVIO JIMENEZ Abogado y Notario OFICINA: 50 varas Oeste de la Tesorería de la lunta de Caridad.
Tel. 4184 Apdo. 338 en riores. menos si esas cuestiones son con los países de la América nuestra.
La confusión que las caídas estruendosas de la banca, de la industria, del comercio, trajo al yanqui no lo separaron de nuestros mercados. En cada uno de estos países hay varias organizaciones yanquis que tienen hundido un garfio de dominio en las actividades vitales.
Son el medio de comunicación que tiene el Departamento de Estado para estar informado y saber qué deben hacer para no perder su poderío económico aquí. De modo que si en los Estados Unidos fué catastrófica la crisis en determinado momento, nada influyó para que esa nación perdiera sus mercados en América. La vigilancia la tuvo siempre, y el conocimiento así, de que otras naciones llegaban a disputar.
le la presa americana. Lo que no ha podido tener el Departamento de Estado es la capacidad para imponerse a las poblaciones consumidoras con sus precios altos. como no tuvo capacidad perdió consumidores. Estos son hoy de industrias más baratas con las cuales la yanqui no puede competir libremente. como no puede situarse junto a ella y arrebatarles el consumidor americano, acude a la invención del tratado comercial. El tratado cierra la competencia y entrega al yanqui el consumidor atado como un esclavo. Los cálculos de Tomlinson son de que los Estados Unidos han perdido en Sur América cuatro quintos del volumen comercial. Sólo les queda un quinto. Brasil, Argentina y Uruguay compran principalmente a Europa. Las demás naciones han dividido su tráfico comercia)
entre Rusia y Japón. Para conquistar las cuatro quintas perdidas impone el Departamento de Estado tratados.
Es la forma rápida y segura de alzar las exportaciones. para que el tratado pase, para que la liga la acepten nuestros gobiernos, el Departamento de Estado hace gráficas y acude a estadísticas, Su nación es consumidora de artículos y productos que nosotros llevamos a sus mercados. Si no compramos mercaderías no entrarán nuestros artículos y productos a los Estados Unidos. Establecen la compensación para convencernos.
Ningún competidor, informa Torrlinson, es tan descarado, tenaz y peligroso como el competidor japonés. El ruso se ha contentado situarse de primero en Uruguay y quitó al industrial yanqui el mercado de gasolina, aceite y madera que volvía prósperas industrias de los Estados Unidos. Los camaradas en Rusia calzan sus pies con zapatos fabricados con cueros uruguayos y cubren cuerpos con lanas también uruguayas. El intercambio ha sido eficaz y de esto se duele el informador Tomlinson. Nada más ha invadido Rusia. En cambio la actividad japonesa ha sido y sigue siendo alarmante. Especialmente en los países bañados por el Pacífico el producto japonés ha caído como un segundo flujo marino. Desde Panamá hasta Tierra del Fuego, los barcos que el entristecido Tío Samuel contempla como meteoros, según el dibujo que ilustra el artículo informativo de Tomlinson, vomitan productos de la industria japonesa. Qué no trae Japón? Telas de algodón, sedas, cristalería, porcelanas, jabones, cepillos de dientes, pastas, papel, perfumes, etc. etc. El japonés no es industrial creador.
Pero recoge apresuradamente muestras de lo que el yanqui y el inglés, y el francés y el alemán traen en telas, en artículos de metal, en papelería, y lo imita y lanza al mercado iguales novedades. El mismo artículo a precios sin competencia posible. Oigamos esta observación melancólica de Tomlinson. venden esos productos los japoneses, los venden en las propias barbas de la más rígida competencia yanqui. Productos de algodón de las hilanderías de nuestra propia Nueva Inglaterra y del sur no pueden competir nunca, en precio al menos, con los de las manufacturas del lejano Oriente. lo que es más, Japón ya no compra el algodón exclusivamente de Georgia, Texas y el sur de California. Compra en cantidades enormes al Brasil, Colombia y Perú para devolvérselos luego hecho camisas, toallas, fundas y mosquiteros.
La competencia japonesa es incontrarrestable. Los Estados Unidos no podrán sacar al industrial nipón que ya empieza a invadir el campo yanqui en Sur América hasta en la llamada manufactura pesada. En los valles andinos de Chile corre el Datshuns. modelo de automóvil con que Japón espera arrebatar el mercado rotario del Sur a los Estados Unidos. con la rueda impulsada por el motor lleva el japonés a precios imposibles de igualar por el yanqui, la llanta y el neumático.
La barrera nipona es inmensa para el Departamento de Estado, que según Tomlinson, trabaja sin ruidos ni charangas en la batalla que libra para reconquistar los mercados del Sur de esta América nuestra. Japón ha protegido su mercado con tratados estilo yanqui. Aquella nación que le permitió entrar a precios bajos su mercadería; dió al Japón protección con el tratado comercial. Con lo cual se adelantó al Departamento de Estado yanqui. La tarea es difícil para el yanqui imperialista por que otro imperialismo tan formidable como el suyo está defendiendo conquistas comerciales que no le será fácil a los Estados Unidos arrancarle.
De estos fantasmas no nos habla la Unión Panamericana. El Panamerican Day, Día de las Américas, lo dedica el Consejo Directivo a ponerle música radiodifundida a los monumentos históricos de tierras americanas. Con estos nos recuerda que estamos atadas a ella, que trabaja por nosotros, por nuestra cultura, por nuestra civilización. has.
ta nos querrá hacer pensar que el nipón con su invasión comercial pretende destruirnos esa cultura y esa civilización.
Pero lo cierto es que los imperialismos tienen idénticos fines de conquista. Si el yanqui organiza fiestas tontas, como esta del 14 de Abril, es porque nos conoce y nos halaga para adormecernos más. Agradezcamos al supremo administrador de la Unión Panamericana, el señor Rowe, el rato de música y canto que nos hará llegar en este 14 de abril, pero recordémosle que conocemos la ferocidad con que en el Sur está venciendo al imperialismo yanqui, el imperialismo nipón. ALBERTAZZI AVENDAÑO ABOGADO SAN JOSE, COSTA RICA OFICINA: 75 vs. Oeste Botica Francesa TELEFONOS: OPICINA No. 3726. HABITACION No. 3138 JOHN KEITH Co. Inc.
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