332 REPERTORIO AMERICANO Poesía contemporánea Breviario lunar Por PEDRO HENRIQUEZ UREÑA De La Nación. Buenos Aires. Envío del autor La antología de Federico de Onís sores, ya no le basta la depuración: nace destinada a situación de predomi quiere crear de nuevo el mundo en la nio: por su calidad en selección y en poesía (fórmula feliz la de Huidobro: crítica, porque la publica el Centro de creacionismo. pero ha heredado del Estudios Históricos, de Madrid, cuyas modernista la excesiva fe en el arte.
ediciones llevan seguros el prestigio y La riqueza de estos cincuenta años Ja difusión permanente; porque abarca no está sólo en sus flujos y reflujos; esvastísima zona de literatura: cincuenta tá en el caudal de creación y de invenaños (1882 1932) de poesía en España ción, en el don individual de los poetas y en nuestra América (1. mayores, que desbordan como es na¡Y qué poesía! La más rica de nues tural los cauces de escuelas, tendentro idioma, fuera de la edad de oro que cias y movimientos.
va de Garcilaso a Calderón. No por ilu Onís quiere que se destaquen en su sión de cercanía la vemos grande: la antología las figuras centrales, pero va época que precedió no padecía ilusiones; situándolas dentro de los acontecimienen 1880 ningún hombre de discerni tos literarios: la iniciación del movimienmiento creía que en la lengua españo to modernista, muy romántico todavía.
la abundaran los grandes cantores: desde 1882, el año del Ismaelillo de España sólo tenía entonces dos poe Martí, hasta 1896, el año de las Protas y medio. Si padecemos ilusión, se sas profanas de Darío; el triunfo del rá en todo caso la que producen las modernismo, desde 1896 hasta 1905, el renovaciones. En cincuenta años dos año en que Darío revela hondas transrevoluciones largas y violentas agitan y trastornan la poesía; dos veces se cambian las actitudes espirituales, los temas, el vocabulario, las maneras de Envio del autor. Ilustración de Amighetti verso. Tanto aspiraron a ser totales las dos revoluciones, que ni siquiera se les dieron nombres eficaces: a la una se le ilama modernismo, a la otra se le llama vanguardia. Aspiraron sólo a representar plenamente el momento en que vivían. Instintivamente los grupos nuevos rechazan los nombres que los atarían a credos fijos: decadentismo, simbolismo, futurismo, ultraísmo, creacionismo superrealismo. Quieren sentirse libres para todo, para aprovechar todos Jos ejemplos, para tentar todos los caminos. Bien observa Onís que estos movimientos hispánicos, lejos de ser trasunto fiel de movimientos franceses, como suponen los superficiales, combinan en todo momento orientaciones diversas, tendencias que en Francia eran contradictorias, como el Parnaso y el simbolismo, y ponen en todo el acento original de España y de Amé Arroja la luna al río, rica. recógela luego en el mar.
Ninguna revolución deja de recibir De qué te vale de cien voces la herencia del régimen que cae. El moDe amor el cantar, vimiento rom;ntico, al oponerse al claSi una sola entre ellas sicismo académico del siglo xviii, no No puedes distanciar.
acertó a vencer el excesivo apego a la Frente al mar salino realidad, que lo constreñía: en España Yo canto mi cantar.
y América, singularmente, la realidad Mas sólo se lo digo pasaba en bruto a la poesía romántica quien comigo va. Pero el romántico aspiraba a librarse del exceso de realidad! El arte espeArroja la luna al río recojámola luego en el mar.
jo y escudo debía libertarlo, alejándolo de la maldad cotidiana de la vida. Sortilegio de la vida, Odebía transformarla, regenerarla, peQué fácil es te adivinar: netrándola como esencia infusa. El moAl frente un horizonte marino, dernista, para quien ya es fácil trabaY a retaguardia un pinar.
jar con materiales depurados y trans Navego en barco velero, parentes, heredó del romántico el ansia Sin remos para remar, de liberación. La torre de marfil ten.
Con viento fuerte de la costa to mi anhelo. Al poeta de vanguardia, derrotero estelar.
que repudia el repertorio de temas, de Arrojaste la luna al río, imágenes y de palabras de sus predece Yo la busco ahora en el mar.
Enrique Macaya Lahmann (1) Antología de la poesía española e hispano americana (1882 a 1932. Madrid, 1984. San José, Costa Rica, mayo de 1935.
formaciones en sus Cantos de vida y esperanza. y Lugones deslumbra a los jóvenes con sus audacias de ingenio y iantasía en Los crepúsculos del jardin. el postmodernismo. que yo prefiero llamar la disolución del modernisnto, de cuya cárcel quieren ya escapar los poetas, o con saltos hacia atrás, o con piruetas humorísticas, o con simplificaciones desesperadas, desde 1905 hasta 1914, año que no nos da ningún libro ruidoso, pero que es el año de la Guerra; el ultramodernismo: Onís lo divide bien en dos grupos, uno de transición y uno de pienitud. Por qué al de plenitud no le liama vanguardia, según es de uso, sino ultraísmo, nombre de significación limitada, histórica ya, que no resiste la aplicación a poetas como García Lorca o Pedro Salinas?
Fuera de estas líneas cronológicas, sitúa Onís, como los dos focos de nuestra órbita, a Rubén Darío y a Juan Ramón Jiménez. Rubén comienza niño como romántico, colabora en la iniciación del ndodernismo, lo lleva al triunfo, y después se va desnudando, arrojando toda la gala de sedas y cisnes, para quedarse, más allá de toda literatura, solo, desgarrado, con su intima zozobra. Juan Ramón, el poeta de la perfección inagotable, comienza adolescente en el modernismo, busca notais de luminosa limpidez, se enriquece después con todos los esplendores que sus agudos sentidos saben escoger en el mundo exterior, y por fin se eleva a cimas desnudas, donde ninguna nube intercepta aquella música que es de todas la primera. Con él, piensa Onís, queda vencido y concluso el movimiento modernista Al situar históricamente a Dario y a Jiménez como paradigmas del triunfo y de la transformación del modernismo, Onís no pretende levantarlos, declarándolos superiores, sobre todos sus contemporáneos. Al contrario: poetas como Antonio Machado, como Lugones, reciben elogios fervientes. Pero el cuerpo principal de la antología queda entre Prosas profanas. de 1896, y las Eternidades. de Juan Ramón, en 1918, el espacio máximo lo llenan los poetas que se inician en volumen entre esas dos fechas; a los anteriores y a los posteriores se les asigna espacio limitado. Sobre la vanguardia, Onís expiica su por qué: sólo ha querido incluir unas cuantas figuras representativas, jóvenes, pero ya con obra rotunda, como Guillén y Alberti, Neruda y Borges. La poesía de vanguardia está todavía en su verano; tiempo habrá después para hacer elección entre su muchedumbre siempre renovada. Pero la época de formación del movimiento modernista, que empieza a parecernos pasado distante, exige ya atención rigurosa de historiador: las inclusiones y las omisiones de esta antología pueden adquirir carácter de sanción definitiva para muchos lectores que no disponen de fuentes directas de información. Por eso, en edición nueva no deberán faltar poetas significativos como Gastón Deligne y Juana Borrero. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica