364 REPERTORIO AMERICANO Estampas Vuel van los ratones (Un cuento de Quevedo)
Por JUAN DEL CAMINO Colaboración. Costa Rica y junio de 1935.
en del gato que ha de conterse al menudo ratón. Porque ratones son lo que ve y persigue en las épocas de elecciones el orador ocasional que toma partido y lucha por su candidato. Para acabar con ellos, con los roedores que no deshacen una nación, da poder al gato que sí daña a esa nación en sus partes fundamentales.
La daña porque es hombre de lucha menuda nada más. Sabe que el bobo se deslumbra con facilidad. por eso tiene las astucias del gato que salta certero y enfurecido contra el animalillo que pone sus dientes sobre mendrugos En cambio deja pasar sin protestas de ninguna clase aquellas cuestiones horribles que acaban con una nación De ella vive precisamente la casta que lo vio gato y le dió mando.
El gato sirve por instinto fatal para limpiar menudencias. Mientras tanto, ha de quedar intocado el inmenso daño ocasionado a la vida independiente de un país por la entrega de todos sus recursos y riquezas. La habilidad o la chatura del elogiador político consiste en no mencionar jamás los problemas verdaderos de su nación. El gobernante nuevo lo pide para la cosa de poca monta, para aquello que tiene una importancia insignificante mientras al mismo tiempo existen cuestiones que sí hieren de muerte a un país.
Es por eso que el conferenciante de las épocas eleccionarias no debenios tomarlo sin preguntarle antes cómo ha tratado Su candidato los problemas grandes de su país. En detalles es fácil aparentar carácter y virtudes. Pero si no hubo también el mismo ceño de ira cuando una compañía extranjera se apoderó del contrato que la hizo dueña de las rutas aéreas, o de inmensas regiones de tierras laborables, o de la electricidad, o lde los ferrocarriles, no hay derecho para presentar como tipo de gobernante de nueva factura al candidato que sólo tuvo aprobación para esas atrocidades.
Es en la lucha contra las organizaciones poderosas que absorben los recursos de una nación en donde adquiere el hombre de gobierno o el simple ciudadano, merecimientos nacionales.
Aquí tienen su diente puesto los que hacen en cada país de la política un negocio personal. En el latifundio para la compañía voraz, en la electricidad para el monstruo continental, las rutas aéreas para la cetrería impe.
rialista, hay envueltos miles de complicidades que lexigen del hombre re.
solución y franqueza. Si deja que esas agencias esclavizadoras se impongan, ya sea cruzándose de brazos, ya sea empujándolas con su ayuda, no puede ser lo que quieren que sea los conſerenciantes de las épocas eleccionarias.
Pensamos, desde luego, en los conferenciantes de jerarquía alta, pues los hay de grado plebeyo que nada saben de esas diferencias de problemas, ni tienen por qué saberlo. Esos de jerarquía alta son los que piden gobernante de tipo nuevo, esto es, gato que acabe con los ratones, obedeciendo a aquellas gentes que consideran beneficiosa toda entrega a las organizaciones rapaces extranjeras. Beneficiosa ya sea porque de ella deriven directamente granjerías, o ya sea por que ella les permita la explotación en grande o el medro Estos conferenciantes repiten a cada paso que van de buena fe y en ello han empeñado su honor, pero que si llegan a equivocarse habrá que abonárseles que en el error no hubo maldad. Es decir, no son los que una vez que el gato cansado de matar ratones saque la carne de la olla, sean sus condenadores. Al gato lo condenarán los otros, los bobos inducidos por el conferenciante y el plebeyo que no tenía por qué ni para qué saber de problemas de orden superior cuando proclamó al gobernante nuevo. Serán estos los que al sentir los atropellos del gato, no contra el contenido de las ollas, que esto es manjar que no prueban ellos, sino contra la libertad y la seguridad, griten desesperadamente. Vuelvan los ratones. El Vuelvan los ratones es la justificación del yerro cometido por los hombres cuando acuden a una elección inducidos por el engaño. No meditaron y entregaron su discernimiento al conferenciante y orador que agotando el lenguaje superlativo presentó al espanta ratones como gobernante de tipo nuevo.
De tipo nuevo, no hay que olvidarlo, para ese conferenciante nada más.
La factura es detestable, Se olvidan El afán del hombre metido en campañas electorales es presentarse como renovador Está cansado de los sistemas de gobierno. No han producido más que fracasos. Es necesario el cambio.
Clama por otro tipo de gobernante que renovará y limpiará instituciones y hombres. Lo actual tiene que desaparecer. dice el que va haciendo de palabra una campaña eleccionaria que en su candidato están patentes todas las capacidades renovadoras. Elijamos a este dechado de mantario.
Ya nos cansa el desorden, la ociosidad, el merodeo. Debe venir la limpia.
No es afán de gente menuda solamente. Los menudos lo reciben de los grandes y se trasmite así el credo renovador. Por ese credo agotan el lenguaje superlativo. Quién no los ha oído y los sigue oyendo? La maravillosa trasmisión de la onda sonora hace posible enterarse de las campañas electorales de muchos países y la unidad es perfecta. Elocuencia desatada por todas partes pidiendo al votante la elección del hombre de trabajo que habrá de transformar.
El tono uniforme del orador de épocas electorales exigiendo gobierno nuevo para el gobernante nuevo cuerda un profundo cuento que estampa Quevedo en de sus Sueños. Acuerdome del cuento del que, enfadado de que los ratones le roían papelillos y mendrugos de pan, y cortezas de queso, y los zapatos viejos, trujo gatos que le cazasen los ratones; y viendo que los gatos se comían los ratones y juntamente un día le sacaban la carne de la olla, otro se la desensartaban del asador, que ya le cogían una paloma, ya una pierna de carnero, mató los gatos y dijo: Vuelvan los ratones. Aplicad vosotros este chiste, pues, como gatazos, en lugar de limpiar la república, cazais y corréis los ladrones ratoncillos, que cortan una bolsa, agarran un pañizuelo, quitan una capa y corren un sombrero, y juntamente, os engullís el reino, robáis las haciendas y asoláis las familias.
Cuento y comentario una perfección de acierto político.
Hay en el clamor del hombre que levanta tribuna para pedir votos para su candidato nada más que el espíritu de una inconforinidad superficial. Mentira que los problemas grandes de un país preocupan de verdad a ese agitador de épocas eleccionarias. Ni siquiera sabe en la mayoría de las ocasiones que existan esos problemas. Anda preocupado por detalles. con esos detalles quiere agitar conciencias.
Para lograrlo habla del gobernante nuevo como poseedor de capacidades de orden, de trabajo, de probidad. Es decir, habla nos reuno Cansancio mental Neurastenia Surmenage Fatiga general son las dolencias que se curan rápidamente con son KINOCOLA el medicamento del cual dice el distinguido Doctor Peña Murrieta, que presta grandes servicios a tratamientos dirigidos severa y científicamente Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica