76 REPERTORIO AMERICANO de la cultura española es óptimo, por que el día de mañana (un mañana tal vez de un siglo. querámoslo o no, los dos instrumentos primordiales de cultura habrán de ser el idioma inglés (el de Inglaterra, naturalmente) y el idioma español. Eso no habrá quién lo evite. En nombre de mis oyentes le doy las más expresivas gracias por la amabilidad que ha tenido de dirigirnos la palabra esta noche. Seguramente, todos estudiarán de ahora en adelante con redoblado brio.
Por tercera vez expreso el sentimiento de mi gratitud personal y la de mi pueblo hacia cuantos se interesan por nuestra habla: a usted, señorita de Laguna: a los profesores insignes en las Universidades del Reino Unido, a los maestros laboriosos en tantas y tantas escuelas, a los alumnos que se afanan en comprender nuestro idioma, que es como sentir nuestras emociones y admitir nuestras ideas, y por encima de todo elevo mi gratitud a Su Alteza Real el príncipe de Gales, orgullo y esperanza del Imperio británico y del imperio de la lengua hispánica, el primer hispanofilo, no sólo por su jerarquía suprema, sino también por su simpatía a nuestro idioma.
Un discurso de Ramón Pérez de Ayala.
buen gusto literario de los norteamericanos. Lo natural es que estas dos no velas posteriores a Belarmino y Apolonio. sean más objetivas y dramáticas, mejores que su hermana mayor; lo contrario valdría tanto como que me hallo en decadencia prematura, cosa que me resisto a admitir. Espero que us ted, señorita, y mis radioescuchas me harán la merced de disculparme si lo que he dicho de mis obras ha sido tan genérico y vago, pues comprenderán que hallándome en mi segunda época siento repugnancia invencible a hablar de mí mismo. Bien sé que el tema de esta conversación, que yo le propuse, no le agrada y que ha hablado de sus propios libros sólo por darnos gusto; por eso es más de agradecer. Hablemos ahora de otro asunto. Por la correspondencia que re cibo sé que muchos de mis radioyentes están estudiando el español solos, sin más ayuda que la que les proporciona mi clase semanal de media hora. me dicen en sus cartas que invierten mucho entusiasmo y perseverancia en su estudio del español y de la cultura hispánica.
Soy el admirador más entusiasta de la labor de difusión hispanista que usted, señorita de Laguna, realiza a través de la Los resultados son en verdad sorprendentes. Por espíritu de justicia y para satisfacción y recom pensa de usted, pues no cabe mayor recompensa que la certidumbre en la eficacia de la propia obra, relataré aquí un caso reciente. En unas oposiciones con prueba de español entre alumnos britá nicos, el que obtuvo el número primero, por su pronunciación correctísima y su conocimiento del castellano, fué interrogado por uno de los jueces, de nacionalidad española, que dónde había aprendido nuestra lengua. el respondió. Por la radio. con la señorita de Laguna. Puede estar usted legitimamen te orgullosa, como yo me siento ahora en darle la enhorabuena y las gracias como escritor y representante de España en la Corte de Santiago. Mucho me alegro de saber que un alumno mío haya obtenido el éxito que usted acaba de referirme. Pero suyo es el mérito, y los elogios, a él son debidos, así como a todos los que estudian solos. Quiére usted expresarnos su opinión acerca del porvenir de la cultura española. Acerca de la cultura española, muy pocas palabras. Nuestra cultura no cede en nada a la de las grandes naciones cultas europeas. digo esto porque no soy amigo de establecer competencia entre distintas culturas, puesto que todas tienden al mismo fin de elevación humana, Nuestra cultura, al lado de las una desventaja que se tra duce en una ventaja.
La desventaja consiste en que es casi desconocida. La ventaja estriba en eso mismo, ya que los que comiencen a conocerla se tropezarán con algo original y sorprendente para ellos. Por otra parte, el porvenir yo comento. Por qué no? Por qué no habia de haber la cruz de primera clase de San Dimas, o sea del buen ladrón? al decir el buen ladrón no quiero dar a entender el que se arrepiente, sino el que ha sabido acumular más dinero por medios aparentemente lícitos. Bromas aparte, yo hallo, quiero hallar, notable semejanza entre el dinero que se granjea y posee y los honores y condecoraciones. El dinero se ha podido adquirir por modos diversos: por herencia, por inteligencia creativa, por perseverancia en el trabajo, por astucia, por especulación aventurada, por suerte (como en el caso de la loteria. y finalmente, para emplear un eufemismo, por sustracción directa.
En los modos de adquirir honores descubro un paralelismo perfecto. Con la herencia se corresponden las propicias condiciones sociales por razón de familia y educación; con la inteligencia creativa económica, el mérito individual sobresaliente e indiscutible (si es que entre españoles es verosimil el mérito indiscutible. con la perseverancia en el trabajo, los años de servicio; con la astucia, la intriga: con la especulación aventurada, la audacia; con la suerte, la simpatia o la amistad: con la sustracción, el favoritismo y el nepotismo politico. Si me obligaseis a clasificarme, me siento inclinado a incluirme en el grupo de los agraciados, por la suerte. Pero después del hecho consumado, posesión de dinero u honores, para mí lo importante, no tanto es el cómo se han adquirido cuanto el cómo se ha de hacer uso de ellos, y de aqui mi alusión antecedente al buen ladrón, al que por el buen uso del dinero acarreado no ya se redime, sino más bien se justifica puesto que justificación y redención vienen a ser un mismo concepto teológico.
Muchos piensan que dinero y honores sólo sirven, respectivamente, para satisfacer pla(Viene de la pág. 79)
ceres egoístas o para deslumbrar la retina del prójimo con el oropel de la vanidad propia.
Por el contrario, yo pienso que el dinero y honores constituyen una grave obligación de servicio social eminente, y por tanto, al adquirirlos, como quiera que haya sido, lo que se adquiere es una especie de servidumbre, la más delicada de las servidumbres, la responsabilidad de acreditar y guardar los valores auténticos en su más alta cotización: los materiales y económicos, por el buen uso de la riqueza, y los espirituales y políticos, por el buen uso de los honores, puesto que en el mismo punto en que hablamos de valores no concibo que nadie pueda significar con esa palabra lo que es agradable para uno solo, sino lo que es conveniente para todos. desgraciada la sociedad en que, de una parte los rectores y de otra los posidentes y los honrados, no lo entienden así!
En esta ocasión no podía por menos de esbozaros mi pensamiento. Pero queda otra mitad de mi mismo, que es la parte viva: el sentimiento. Por desdicha, el sentimiento es inefable, y cuando intenta revestirse de palabras, lo que hace vestirse de máscara. Hace más de un año, nuestro querido amigo el doctor Bethencourt me indicó que la colonia deseaba elevar al Gobierno una solicitud a fin de que se me concediese precisamente esta condecoración (1) que ahora el Gobierno, en su libérrima espontaneidad, ha tenido la largueza de otorgarme y que a tanto me oblga, señaladamente por la sobriedad y criterio de selección con que el nuevo régimen ha cedido en el discernimiento de distinciones honoríficas. Yo entonces, queridos amigos, por razones tan evidentes que deben permanecer mudas, ya que todos las conocéis, os disuadi (1) Insignias de la banda de la República, entregadas al señor Pérez de Ayala como Embajador de España, y en el Centro Espanol de Londres.
Sadi otras, tiene Teñimos en 28 colores. Además en Negro y Blanco.
Zapatillas, Carrieles, Etc. puede ud. llevarlos en el color que armonice con su vestido. Trabajamos a base del SISTEMA GADI de la casa norteamericana The Gadi Co.
TELEFONO NO. 3736 VICTOR CORDERO Cía. SAN JOSE, TES