364 REPERTORIO AMERICANO Poemas nuevos de Arévalo Martínez Colaboración, Guatemala, de 1934 BALADA DEL AMOR MADURO PARA EL ALMA DE UNA COMPANERA MIA Uno o más amores buscarán tu fondo limpio y argentino. Llegarán muy hondo.
Una dulce noche de la dulce vida, con el alma triste toda conmovida por el raro encuentro de un callado amor, estando ya viejo, yo tuve a mi vera, ceñida a mi brazo, vieja compañera que a beber me daba juvenil licor.
Copita de plata, firme y delicada, ni ahora ni nunca, no serás llenada ¡No serás llenada!
Vasito de nervios, no serás llenada.
Pero tú tras ellos, silenciosa y fria, sola de ti y de otros, quedarás vacía ¡Quedaras vacia!
Compañera mia, quedarás vacía. habrá de apurarte la boca ardiente de aquel que te ame sorbedoramente.
Una noche llena de estrellas, de halago de aromas nocturnos, del rumor de un lago que se debatia bajo de mis pies, tuve entre mis manos, de esperar urgentes, otras viejas manos suaves y calientes que ya no pudieron librarse después.
Ya tu vez amante pegarás la boca de tus bordes finos a otros labios, loca.
Pero no habrá nunca de calmarte nada.
Tras el vano espasmo, silenciosa y fría, ni ahora ni nunca no serás llenada, sola de ti y de otros, quedarás vacía. Esperamos tanto, oh hados obscuros. Unas horas antes, aun no maduros porque estos encuentros son de eternidad, el lagar el tiempo, como dos racimos verdes, nos desecha si nos reunimos.
Es la hora. Las almas no tienen edad.
cisivo LA BUENA SAMARITANA Te amaria delante de una ciudad entera y como estás enfermo sería tu enfermera. Ceñiria tu alma con mis amantes brazos; y tu cuerpo doliente que se te va en pedazos.
En crecer vivimos hasta hoy ocupados, tenemos la talla necesaria, oh hados; pero no un día antes ni un día después.
Todos los instantes dejaron sus huellas en nuestras conciencias, fragmentos de estrellas, y esperó este lago que está a nuestros pies.
Yo me daria toda, mansa, sumisa y leda.
Tú me darias sólo la parte que te queda.
Alcides Arguedas. Viene de la página 360)
justicia estuvo de parte de Chile en aquel conflicto, haya cinco millones de peruanos y tres millones de bolivianos que crean, con la misma sinceridad, que la voz de la justicia resonaba en su campo. sin embargo, el narrador inque es Arguedas, no logra de mostrar de parte de quién estaba la razón o más bien, de parte de quien estaba la injusticia. es que, en el fondo de todas las guerras, como en el fondo de todas las querellas humanas, hay siempre una parte de responsabilidad que incumbe a cada uno de los contendientes, porque en toda guerra hay una Helena que huye y que el hombre, como un viajero demente, se obstina en alcanzar. Yo creo, pues, que las palabras humanas son demasiado pequeñas para poderlas aplicar rreos acontecimientos que constituyen los grandes eslavones de la historia.
Habiendo templado su corazón en el milagro del instante que pasa y, habiendo sido visitados sus ojos por la fulgurante claridad tidad que permite la imagen radiosa del dios que se oculta en todo ser verdadero, jamás Arguedas ha temido decir la verdad, lo que él ha creído la verdad, con un lenguaje que raramente los hombres escuchan y que más raramente los hombres emplean, levantando así a su patria, un monumento que, al mismo tiempo que la obra de un historiador y de un poeta, es la obra de un moralista y de un filósofo.
LLAMA Es que amo el fuego y ese es mi secreto vivo, y como bien ardiste tus cenizas recibo a esos féTodos los inquietos, los que no han sosiego, me buscan. Conocen mi signo de fuego.
Yo lamo sus almas con llama de amor, los tuesto en mi brasa deliciosa, y luego los hago que vuelvan al propio dolor.
Ya he recibido a otro hombre deshecho, acostumbrada a que mis manos ávidas jamás encuentren nada.
cuotidiano entrever Pero ya no pueden olvidarme. Lejos de mi llama viva, buscan sus reflejos, con ansia infinita sin tregua de arder.
Salen en cenizas, y al verse tan viejos se sienten quemados por una mujer.
Desechos de hombres, saldos, sólo recibo.
Ardida este extraño negocio consumé con la vida.
Mas qué saldos y qué hombres de llama!
Ellos y yo sabremos solamente que lazo nos unió.
Volvieron más tristes, más solos que antes a frias alcobas y frias amantes, que ahora desdeñan con ruda altivez; pero yo rechazo sus brazos distantes porque sólo pueden quemarse una vez.
TENTACION Maldicen entonces de mi. Yo les digo que fué un don mi fuego, que no me prodigo, que me les dí en gracia de su condición de ser inflamables, y luego prosigo buscando otras almas dignas de mi dón.
No se llama Lucia. Se llama Tentación!
La veo cada dia con pérfida ocasión. Lo que por ella haria!
Se llama Tentación. ellos me adivinan! Porque yo soy llama, porque yo devoro, y aquel que me ama se pierde y se quema. lo saben ya!
Mas, corren a mi ávidos cuando los reclama mi lengua de fuego que a quemarlos va, OCTAVIO JIMENEZ Abogado y Notario OFICINA: Amo sus ojos, esos ojos de luz. Quisiera cerrárselos a besos.
Mas vano es que lo quiera.
En vano a la fragancia de esa flor pura llego.
Es vana mi constancia, vano mi oculto fuego.
50 varas Oeste de la Tesorería de la lunta de Caridad.
CAIDA Tel. 4184 Apdo. 338 Ella era humilde y suave, fina como una perla; cada una de sus gracias contribuyó a perderla; pródiga y pecadora: así la amo yo.
No se midió mil veces con la medida avara; no se vendió por rica, no se negó por cara; sencilla, humildemente, toda se regalo. MOTIVOS LITERARIOS Existen tantas cosas que me separan de ella!
Ega muchacha bella de formas voluptuosas no se llama Lucia Se llama Tentación!
La veo cada dia con perfida ocasión. Lo que por ella haria!
Se llama Tentación. la virtud de otras su culpa yo prefiero; ella no regateaba: se daba por entero; al farisaico amante rindió su corazón. Pero ay de aquel que tuvo la femenil ofrenda si la ruindad le cubre los ojos con su venda y nada entrega a cambio del generoso dón!
LA ULTIMA OBRA DE ROGELIO SOTELA Editada por la Imprenta Gutenberg, SE VENDE EN LAS LIBRERIAS Rafael Arévalo Martínez