José Carlos Mariátegui

178 REPERTORIO AMERICANO verdad, el gran enjuiciador de la desa lo nuevo que traspasaba su zona cen y recónditas y se entregaba a investi graves limitaciones. Realizó, sin duda.
tral, una postura de acogedora simpatía gaciones ingratas a sus padres penin un tipa egregio, pero no caló en el tuéque era algo más, mucho más, que la sulares. La frivolidad y el apasiona tano de su gente criolla. La preocupamarca de un espíritu tolerante y gene miento vocinglero lo acechaban en ca ción política, en el sentido más amplio, roso.
da recodo y era él la medida y el pro le poseyo siempre, pero careció de rePero si no tuvo Varona y hay que nunciamiento responsable. De Madrid sortes temperamentales para darle aprocreer que fué para él pena insoborna le venía la parrafada retórica y la criti piada encarnación. No siendo, y en esto ble. el goce de la continuada discreca gazapera y él limpia el período, anpancia revolucionaria. porque el tiemno cabe tes que nadie, de volutas ociosas y se ya polemizar, un hombre de original pensamiento filosófico sino un po se le adelantó con jugos inasimila hace una información ancha y actual y meditador doctísimo de insuperable cables. le tocó en cambio andar todos los en más de una tarea recuérdense sus días peleando con los modos irresponpacidad expresiva, debió ser, ido José estudios cervantinos, procede con he Martí, el conductor de su pueblo. No sables de su pueblo. No pudo adueñar rramientas y técnicas que años después pudo serlo. Le faltó para ello apasiose, entrado en su activa ancianidad, del se estrenan en Madrid importadas por namiento afirmativo, don de comunicanuevo sentido de lo politico, que es fiera el Pirineo.
ción entrañable y, sobre toda otra colucha clasista, quien había alimentado Estas excelencias de Varona, de muy sa, ese ojo nublado del apóstol que ressu deseo de justa convivencia en la har subido valor, son, en algún modo, sus bala sobre los detalles ingratos sin admonia de las clases. Le quedó, sí, la energía para exigir, en todos los instantes, el cumplimiento estricto y limpio Varona.
de su deseo. El mito democrático, irrea(Viene de la pagina anterior)
lizable dentro de una economía indivi hombres de sus calidades, la existencia es un previa Así, cuando el emocionado Spinoza se dualista y competitiva, tenía que sufrir ejercicio continuo del pensar. Soy un áto siente ebrio de Dios. nuestro magro viejeescandaloso fracaso en tierra colonial mo tocado de la mania razonadora. dijo de cillo, con una sutil elegancia intelectual, le Varona fué inquebrantable en la anotafiniéndose aquellos pensamientos suyos admira pero sigue abstemio.
iban Erremediablemente adscritos a una ideoción de ese fracaso Pero no había en aquella abstinencia el yen el esfuerzo logia política discordante de nuestros modos menor trazo pesimista. Por eso le era posible desesperado. de acercarnos para solventarlo al gran dra ostentar una fe de rebaños en los destinos ma de Cuba últimos del mundo. su fe, que no provenia composición isleña, la gran voz claman Lo nuestro en él era una nitidez en la del mero impulso, era asi más genuina. Tras do en el desierto moral de Cuba. Para postura que lo conjunta a Sanguily en el aquel sentirse en un caos que Raúl Roa poder cumplir este rol augusto y desopanorama de nuestros hombres, tan poblado apuntara como rasgo de uno de sus escritos lado posevó una autoridad que le venía de indecisión: Aquel erguirse en su vejez pa en el Social de las eras de guerra, arriba de su diferencia radical con la masa ra mostrar los cauces del decoro. Fue Raúl a la creencia en la lumbrarada próxima de criolla. En Varona no se dan, hay que Maestri el primero que supo señalar cómo la humanidad, que le permite decir desde la Varona y la juventud cubana no iban del revista de avance en 1930. El imperiadeclararlo, ninguna de las notas que en brazo por el mismo sendero. Un caudal de lismo ha llegado a su cúspide. El mundo se cuadran al cubano. De ahí la oportuni ideas, largamente rebasadas, nos separaba de transforma, hagámonos dignos de los tiem.
dad de un magisterio por todos acatado el. Sin embargo, cuando la prisión de José pos que alborean.
y también la limitación de una influen Carlos Mariátegui de tanta lejania política Los jóvenes de Cuba, metidos en la faena cia que pudo ser de considerable cuan lo sacaba de su recogimiento, presto a la de lograr el alboreo genuino de los tiempos tía. Aun en José Martí, tan sobre nuesprotesta, los jóvenes de Cuba comprendiamos la claridad que sólo nos vendrá con el destras cabezas, de tan egregias dotes, se que por aquel cuerpo enjuto y limpido tran perezamiento unánime de nuestra mayoriasitaba un espiritu idéntico al que alentaba tendremos que reasumir esa fe previsora y toca un calor húmedo que lo incorpora, nuestros gestos rebeldes.
atenta de Varona y lo funde a veces en el torrente Ahora que se ha marchado quedamente, Sin embargo ¿cómo conjugarla con la acdesorientado de la cubanidad. En Va lleva consigo lo que nos le oponía y nos de. titud juvenil? Porque desde siempre lo perona el trópico no asoma por ninguna ja lo nuestro. su pulcritud espiritual de culiar de las juventudes es la fe integra que parte. Es un eurodeo trasplantado y no hombre veraz. La muerte lo pone en cerca no se asiste de correctivos intelectuales. La nía, enfrentando a la juventud de Cuba, con creencia emocionada ciega por un europeo meridional, desde luego. Su propia emel problema de indagar cuáles cualidades su briaguez de ideal. El joven se siente dispamisma prosa no tiene antecedentes en yas podemos incorporarlas a nuestra pro rado sin que pueda tascársele el freno de la nuestra historia literaria y nadie. que visión especulación que tanto sosiega.
sepamos, ha sentido la tentación de in¿No estará de antemano resuelta esta disdagarle progenitores españoles. Su ex El comentario apasionado que suele haber crepancia entre la fe de Varona y la que es tensísima cultura de clásicos y moder siempre en las despedidas no ha estorbado adecuada a los cubanos jóvenes. Podrá innos le entregó una soberana limpidez y que se nefalase sagazmente lo que en Va. marse cabalmente, todavia, juventud, a esta una nítida eficacia que hasta el no corona era más privativo. Resalta en los es ultima de las generaciones isleñas? Porque nocíamos. como, sin dejar de nutrircritos devotos de estos dias aquel modo de la situación dramática del país nos ha llevaser marmoreo que no le dejó entregarse do ciertamente menesteres anti juveniles.
se de la savia tradicional castellana, se por entero, haciéndole mantener en lo recón El joven se gozu en alharaca despreoculibró de su poderosa tiranía y miró des dito rarn serenidad. Impasible, que no insenpada, y su rebeldia resulta de la pura vitade muy temprano a la Europa europea, lidad que se desborda; pero nunca es un prosible, supo quedarse siempre en discreto bahay en su estilo en su modo.
sello lance.
pósito de guiar a los procesos históricos con de universalidad y de curiosidad desPero convendria averiguar de dónde emer trayectorias previamente delineadas.
embarazada que lo distinguen y alejan ge en Varona ese cuidado de los propios sen La agonia y jubilo, a un tiempo, de la de sus contemporáneos juventud nuestra ha sido el tener que desdeamericanos timientos que exhiben también nuestros mejores hombres, señaladamente los del ilumi far las actitudes que más le corresponden Enrique José Varona es, ante todo, el nado siglo diez y nueve. Porque la frialdad para asumir una incómoda posición de recantialdeano, el antiprovinciano. Ni en insurge del escepticismo, y hay muchos mo. tores. Ser minoria que traza, en vez del grusus tanteos de adolescente, realizados dos de ser escéptico, engendradores de otros po desraizador que debía formar. Por esa en el conventual del 70, hay tantos estilos de frialdad.
prematura madurez la fe previsora de Varopalabras contagiadas de estrecha preo Aquel que ha ido a la pugna vital entu na ha de servirle para su urgida ansia de siasmado, puede quedarse en un súbito des. estructurar a Cuba.
cupación. Desde muy temprano ve las cosas con ojos magistrales y está como creimiento al descubrir las fases ominosas Con ella podrá arrojarse entre lo popular de vuelta de todas las sorpresas.
Su del mundo, su torso desgarbado. Viene en y ganarlo a esa otra fe, salvadora y caldeatonces la rotura de ilusiones y desprovisto tiene, da. de que tanto carece. Sólo asi seremos se manera por ello, reposo sin solemnidad del eje de al propio el hombre se ase, deso mejantes a aquel hombre que tuvo muerte sutileza sin lirismo. ya se lado, al pesimismo.
acercadora y en el que ahora si! tocamos sabe que el modo expresivo es siempre En Varona no fué esa pesadumbre de la sustancia plenamente nuestra el color de un espíritu. Un espíritu im vida la que le sustrae el cálido apasionapar era aquel que iba a las disciplinas miento sureño, sino su claridad de enjuicia(Fragmento de cartas y al puede, ente atra desdeñadas de sus vecinos por adustas dor. Ser escéptico es para el método, postura de nuestras mejores plumas lóvenes un una