Víctor Raúl Haya de la Torre

REPERTORIO AMERICANO SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA Tomo XXVIII San José, Costa Rica 1934 Sábado de Mayo Núm. 17 Año XV. No. 681 Don Quijote en América El concepto de la cultura Hablemos de Juan Marinello y pidamos sa libertad Del libro El Cristal Indigena (3)
Hablando de Cervantes El Libertador Presidente ¿Qué hora es El servidor moderno del Estado SUMARIO Armando Solano Versos a Pascualita Enrique Macaya Lahmann El Aprismo en el Perú Juan del Camino Augusto Arias Pornocracia y Cleptocracia Azorin Libros y Autores Ramón Rosales Canción de una noche de enero.
Cinco juicios sobre José Marti en Costa Rica José Pljoan Desafio a los quemadores de libros Andres de Piedra. Bueno Haya de la Torre Luis Alberto Sánchez Claudia Lars Wells Don Quijote en América Por ARMANDO SOLANO De Ulenspiegel. Amberes, entrega de marzo de 1934 mo dad.
y domisino la opinión cuenta Tenemos que someter al Quijote, co a todos los símbolos largamente conservados por una retórica que hoy nos inspira desconfianza, a una destilación implacable, vigilada casi con hostilidad. Vamos a ver si le queda todavía algo substancial, algo positivo, capaz de transformarse en energia y de. tan necesitada de valores, de verdades y de estímulos. Ese análisis, despreocupado de idolatría verbal y del criterio de autoridad, se hace más necesario si queremos averiguar cuál ha sido y cuál ha de ser la influencia del Quijote, co mo filosofía, en las naciones americanas de lengua española. Nunca nos satisfizo de quienes hablan del espíritu quijotesco en América, como si si el nuevo mundo hubiera estado sin habitantes cuando el conquistador llegó, y de clima fueran idénticas, o su diferenlo que es peor, como si las condiciones cia careciese de importancia. En el indio las virtudes del Quijote despiertan admiración y deseo de imitarlas. Habría sido éste el tipo de superación heroica en que el alma india encontrara su plenitud? En todo ello la pena meditar. Y tampoco es inútil ahora reEl Quijote, sin diferenciarse en su corda que los españoles las destino de otras altas creaciones del Indias en los primeros tiempos de la ingenio, ha sido objeto de innumerables aventura, sufrieron modificaciones radicales, que los convirtieron no sólo en interpretaciones, comentarios y apreextraños sino en adversarios para sus ciaciones contradictorias. En los juicios ha suscitado y que suscita, hay que compatriotas domiciliados en la Metropoli.
ver más aun del pensamiento, del instinto y de la pasión de quienes los forNo sera imposible que halláramos alcontenido del Su go de mentira o de artificio en el su eficacia poderosa está suficientemente puesto fervor de los indoamericanos por probada por el vigor con que resiste al la obra de Cervantes. quizá no sea embate de críticas inspiradas tan divertemerario suponer que la moral del QuiEl Quijote ha sido fuente jote, su enseñanza trascendental, está inagotada también de obras de vastas llamada a tener eco y resonancia más intenciones y grandiosos desarrollos. Es el Quijote un hecho histórico, un acon largos y duraderos, por ciertos aspectos, en América que en la misma Es tecimiento con el cual hay que contar: paña. Todavía más claro: si acaso en no podríamos prescindir de él como si pasado y por los motivos que se han se tratara sencillamente repetido, el Quijote tuvo corto alcance de una magnífica novela. Porque lo es en la formación de la mentalidad indo timamos como afirmación de una raamericana, es probable que su influjo za, tratamos de indagar cómo hubieran aumente a medida que nuestros países querido y cómo hubieran hecho su Qui vayan ahondando en el conocimiento de jote, el indio y el mestizo de América. Es su propio misterio.
aquél un tipo humano, un tipo univer sal, evidentemente. Pero a través del temperamento y de la genialidad de España. Si otros pueblos advierten incompatibilidades invencibles con ese carácter, en quien no dejarán de ver rasgos y actitudes dignos de alabanza y gratitud, para el ibero, don Alonso Quijano delo inalcanzable en su será siempre arquetipo completo, mocabal integripero no menos atrayente y nador. Esto no sólo en lo literario y convencional, en el fondo de la sinceridad colectiva. Hay aquí una dilatada autosugestión? Es que en las páginas del libro trasciende con fidelidad el secreto eterno del alma hispánica?
Incuestionablemente los dos fenómenos se compenetran.
Pero nos preocupa especialmente el asunto americano. Un español contemporáneo dijo tal vez pensando sólo en el aspecto exterior del Quijote, en el llamado aspecto heroico, que don Quijote se fue Puede peregrinar por América ser Mas no sería imposible que allí no se hayan dado aún de su llegada. Hay una reciedumbre de ánimo en don Quijote, y una categoría de fuertes virtudes, que nos son casi desconocidas. Quizá el afán de pelea y sean la flor de nuestro complicado perdad, esquivez al ruido vano, castidad en el pensamiento y en las obras, fortaleza en la soledad, y orgullo del propio y singular querer. eso, que está toma do de la mística española, eso, que es la recóndita esencia del alma castellana, no ha pasado sin mermas importantes a los herederos de América. Por tal razón se nos ocurre pensar que si nuestros pueblos carecen de motivos para regalarse y envanecerse con del Quijote, sí son quienes mayormen la posesión te necesitan de su ejemplo y prédica. La sensibilidad indoamericana, mucho más impresionable y delicada que la española, facilita extraordinariamente la asimilación, pues el Quijote, por sobre todo, es un libro de sensibilidad La raza que está hirviendo y depu rándose en América es al mismo tiempo vale pasados mulan, que del libro.
su de buena.
una bue