Anarchism

26 REPERTORIO AMERICANO continente es como hablar mal de la lu na. Yo, al menos, no sería capaz de ir a visitar a un hombre sonriendo, con la intención de denigrarle después. Esto mismo me impide el ir a Rusia, a donde me han invitado alguna vez. El ir allí con la cara amable y la intención aviesa de escribir mal de lo visto me repugna Entonces. usted cree que no se puede ir más allá en el estilo de lo que usted ha llegado?
Con más condiciones se puede ir más allá. Qué duda cabe? Con las condiciones mías, no. Un boxeador que tenga que luchar no puede permitirse el lujo de andar con el pelo largo, ni tener una nariz griega, ni llevar las uñas lar gas y pintadas como las cupletistas. Necesita primero conseguir la eficacia; después, si puede, alcanzar la elegancia.
Lo mismo pasa con el estilo.
Otra cosa que molesta a muchos lectores suyos es que usted da una idea pobre del amor me indica uno de los jóvenes. Sí; esa es una consecuencia de la petulancia española. Al español le indigna que se le diga que su vida amorosa es pobre, sin dramatismo; pero así es. Qué le vamos a hacer! Yo creo que el país rural que no es rico no tiene una moral libre. Solamente en los países comerciales e industriales de clima blan do es donde se destaca la personalidad de la mujer y triunfa el amor apasiona do. En nuestro hemisferio se ve que a medida que se sube al Norte en la di rección del meridiano, la mujer es más independiente y tiene más carácter. No es evidente que una de las figuras más destacadas de la literatura española es Dulcinea del Toboso, que no existe más que en la imaginación de un hombre. Es posible, pero hay que reconocer que eso va cambiando. No lo sé, pero lo dudo mucho. Supongo que el español y la española se entusiasman con la aventura romántica y peligrosa de amor en el libro, en el Los antepasados hidalgos se estre mecerían al saber en su descendiente una acción tan poco noble. Por lo menos, a mí me desagrada la idea Romanticismo. Por qué romanticismo? Un poco de probidad. Usted no se considera contradictorio. Hombre! Contradictorios todos lo somos, poco o mucho; pero no es lo mismo ser contradictorio que tener doblez Bien. Si usted tiene esa tendencia puritana que ahora manifiesta. cómo se explica esa afición suya a la vida irregular de bohemios, de anarquistas y de golfos. Pues yo creo que se explica. Yo en la juventud era un buen caldo microbiano para todos los gérmenes de la calle.
Así ha sufrido uno las fermentaciones e infecciones de la época. Esta inclinación innata a la vida desordenada y laxa era para mí un peligro. El café, el alcohol, el tabaco, el noctambulismo, las horas pasadas en conversaciones interminables me atraían. Yo, que no he podido con vivir con los políticos ni con las personas serias, me he encontrado muchas veces, al día siguiente de llegar a un pueblo, con gente desarraigada como yo a la que parecía conocer de toda la vida y que me tenían como uno de los suyos que le pasa en estos momentos. Es verdad. Para luchar contra esa tendencia descendente mía no tenía más remedio que retraerme, aislarme. Sí. Es una explicación. usted cree haber sido consecuente con sus ideas. Creo que sí. Yo he tenido cierta perseverancia y fidelidad a mis ideas. Pero ha sido usted anarquista. Nunca. De los que creen posible una sociedad paradisíaca sin Estado, sin Policía, regido por un libre acuerdo, nunca. Con más cultura filosófica hubiera sido un kantiano. En cuestiones bio lógicas y sociales me siento darwinista. en literatura ¿no piensa usted haber cambiado. Poco. La literatura es lo que más me ha preocupado, y he pensado en ella no sólo en lo que se considera su fondo, sino también en su forma, en el estilo.
Esta preocupación me ha llevado a practicar un contra estilo que no es, como creen algunos, resultado de indiferencia por la expresión, sino resultado de preocupaciones más o menos justas por ella.
Me he batido con el idioma como he podido, buscando el prescindir en lo posible tópicos y de lugares comunes de pensamiento y de forma.
teatro y en el cine más que en la vida.
En la vida aceptan con entusiasmo el amor pedestre del matrimonio, que es el amor por el sistema métrico decimal. Por qué lo dice usted?
Porque así lo he notado. He conocido en una capital de provincia una mu jer muy guapa casada con un scñor un poco viejo que afirmaba categóricamen te que la pasión existía, pero que se podía dominar siempre. Siempre. le preguntaba yo. Siempre. Entonces no hay pasión, no hay peligro. El español y la española en este asunto, como en otros muchos, quieren el trozo de hierro que sea al mismo tiempo de madera.
Erotismo, libertad y moral. Esto pasa en el teatro, no en la vida. El mudo que rompe a hablar a tiempo, el malo que se convierte en bueno, el hombre débil y flojo que de repente se yergue y demuestra que es más fuerte que el fuerte. Hay que dar algo a la fantasía. mí eso, más que la fantasía, me parece la mentira. Respecto a esta cues tión amorosa y a la discrepancia entre la teoría y la práctica, recuerdo una conversación que tuve en Behobia con una cómica joven, Amelia Muñoz, muerta prematuramente. Filmaban una novela mía, y los cómicos estaban en una fonda de Behobia. Yo fuí una tarde alliy estuve hablando largo rato con AteliMuñoz, que me dijo que no le gustaban mucho mis libros porque en ellos el amor no aparecía como iluminado con una luz gloriosa. Qué quiere usted? la decía yo. yo he escrito lo que he visto. Ella creia que el amor era y debía ser la pre ocupación constante de la humanidad.
Tenía como un pan erotismo idealista y romántico. Después, hablando de otras cosas, me contó que había hecho varios viajes a América, y en uno de ellos em barcaron tres compañías de teatro, con lo cual se divirtieron mucho, porque la mayoría de los actores eran jóvenes. Ahí en el barco se desarrollarían mu muchas pasiones, muchos amores? le dije yo Nada de eso me contesto ella Todo el mundo estuvo muy co rrecto, y cuando llegamos a América cada uno de nosotros se fue a su trabajo y se acabó. el amor. el pan erotismo idealista y romántico? estuve por pregun tarle Sí; es posible que esta glorificación del amor apasionado sea principalmente literatura. dice uno de los jóvenes que me interrogan.
Después de nuestra conversación sa limos a la calle y paseamos de noche por las calles desiertas. Practicamos el noctambulismo, rito clásico de la mocedad literaria. Vuelven a hablarme de la juventud de mi tiempo.
Al entrar en el cuarto del hotel pien so que la charla nocturna ha revuelto en mí pozos antiguos un poco oscuros de inquietud inútil. La idea de que al dia siguiente por la mañana tengo que con tinuar mi viaje me serena y me hace dormir tranquilamente.
EN BUENOS AIRES, Rep. Argentina, pue. Lo Repertorio Americano, al editor Manuel Gleizer.
Santa Fe 1983. Cansancio mental Neurastenia Surmenage Fatiga general son las dolencias que se curan rápidamente con KINOCOLA el medicamento del cual dice el distinguido Doctor Peña Murrieta, que presta grandes servicios a tratamientos dirigidos severa y científicamente