Civil WarViolence

REPERTORIO AMERICANO 235 to Fitos.
la vara Angel del Campo. Viene de la página 232)
pero ésta no.
Don Federico Gamboa, graciosas y originales que se encuentran que leyó la primera, hace grandes elo en sus escritos. De un automóvil que va gios de Micrós como novelista. muy de prisa, dirá que lleva desbocaNadie como él para darnos la impre dos todos sus caballos de fuerza. De sión de lo mexicano. todo esto sin un banquete: Después de los vinos, la caer en lo convencional, ni en lo choca animación no se generaliza tanto cuanrrero, ni en lo obsceno, que son las ca se sargentiza Afirma: En los racterísticas de nuestro llamado teatro temblores de tierra, las gentes de la ciuvernáculo Escritores nacionales como dad de México que, aterrorizadas, relos señores Gamboa, Rabasa, Portillo zan en voz alta la Letanía, comienzan a Rojas, Salado Alvarez, tienen otros mé proferir blasfemias. Especula la Justipero en sus obras se siente dema cia. en vez de Speculum Justitiae y siado la influencia de la cultura extran Ya no hay Cieio! en vez de Iannua jera. En ningún momento Micros está Coeli. Dice: En un baile es posible dominado por la preocupación del len recoger astillas de murmuración, para guaje. Este, para él, es un medio y no alimentar hogueras de celosía (Celos. un fin. Lo que sí se propone es apre De una tortuga afirma que es un sandhender fragmentos palpitantes de reali wich de animal. De un niño sin edudad nacional. lo consigue. Traza con cación, nos cuenta que Esa mañana su pluma, extrayéndolos de la multitud, ilegó al do de pecho de la mala criantipos como el asistente Margarito Gor za. De una pieza musical que toca con dillo, y los fija en el papel con pincelainfatigable insistencia un vecino, dice: das indelebles Se la aprende uno de oído y de olfato Observador puntualísimo de minu y se impregna, se mecha, se satura, se cias, propende a las descripciones larsancocha, se empapa en en la Rapsodia gas y a las enumeraciones. Dirá, por húngara de Liszt. De un traje mal heejemplo: Pues el cayado del israelita, cho: El saco, por la eslora, tiene corel báculo de oro, el tridente, el tirso y tedad de chaqueta; por la solapa, preel caduceo de los falsos dioses, el bas tenciones de dormán y por la manga intón con borlas, el de los mariscales y el tentos de sobrepelliz. Describe de este de los tambores mayores, de!
modo un sueño fantástico: Valle de Joalcalde y la vara de la justicia, la safat antes de que comience la corriper.
tiga del perrero, toda la familia de insig da; sacuden ángeles el trono; querubes nias de mando y de poder, no son otra de la Montada forman calles: cerrado cosa que los tatarabuelos del manatí, del aún el expendio de boletos; ensayo de junco, del nervio de toro, del rotén nutrompetas del Juicio Final, en escoleta; doso, del cerezo actuales. Dirá: Perumor de gentío en la entrada de prisias, votos, reniegos, tacos y otros desmera fila manes de la lengua de hacha. Dira: juzgar por las citas que hace, se. Quién no ha sido padrino de algo. puede decir que fué un admirador de don Benito Pérez Galdós (1. se ¿De un niño, de un examen, de un baño, de una bendición de perro de lanas, comprende así, porque ¿quién ha superado al grande escritor español, en la de una toma de hábito, de una riña en copia de la vida de la clase media y despoblado, de un faldero anónimo, de popular. Quién ha sido más alto y más una trajinera, de un hijo de un portero, noble pintor de costumbres, que el gede una pareja de indios, de un reo indultado. nial autor de Fortunata y Jacinta. de. La de Bringas y de Miau. Pero aunque son interminables sus enumeraciones, no fatigan porque son Toda su vida fué moderación, equiliexactas y pintorescas.
brio y coherencia. No hay acaso una Su léxico es rico: minio, acrótera, perfecta armonía entre ese falso nombre asurar, atabanado, calicatas, crestoma de Tick Tack. que tiene la brevedad tías, tamo, ferinos, sergas, clavarios, as de la oscilación de un péndulo: ese otro til, envés, tercena y muchas otras más.
Pero si bien estos vocablos son poco pseudónimo de Micros. que encierra la idea de pequeñez, y ese hombrecito conocidos, él los usa con tal discreción, que jamás obscurecen para nadie el senmenudo, esa carita de roedor, ese arte tido de lo que escribe.
de miniatura?
Desde el punto de vista de la pureza Para un fugaz ratoncillo, pensamos, del idioma, incurre en barbarismos tilas patas de una mesa deben de ser las columnas del templo de Luksor; y la picos mejicanos, hasta cuando habla por masa de un guardarropa, el Himalaya!
su cuenta y a despecho de haber servido Un ratoncillo debe de tener un concepto una cátedra de Lengua Castellana en la Escuela Nacional Preparatoria.
equivocado de las cosas vastas y una Dira apreciación muy exacta de las cosas alguna vez: disímbolos en vez de disími breves. Pues así fué Micrós. Microles; dintel en vez de umbral; entrar a en sito. el ratoncito Micrós. que de tovez de entrar en; pararse en vez de po das estas maneras le llamaban. Cuando nerse en pie; ancón en vez de rincón; en sus artículos quiere abordar un petaca en vez de baúl; abotargado en vez tema grande, se equivoca. Recordad de abotagado; bizarro en vez de extraaquella Semana Alegre en que un vievagante; violencia en vez de diligencia, prontitud y algunos más.
Son muchas las oraciones y las frases (1) Compárense La Pluma en el viento. de Galdós, y Hojas y Plumas. de Angel de Campo.
jo cañón soliloquia y llega a la conclusión de que ya no era posible en México, la guerra civil. Pero cuando el escritor reduce su campo de observación y comienza a hablar de lo minúsculo, entonces nos pasma a cada momento, con la revelación de un microcosmos.
Debe de haber sido casto, porque jamás habló de la mujer como de una fuente de deleite y un motivo de pecado y tortura pasional. No sintió a Eva.
El amor, para el, no fué el brutal escalofrio que recorre la espalda del hombre, como una chispa eléctrica, desde la nuca al sexo. Fué más bien el temblor del alma adolescente, a la leve carici.
de una pluma, de un céfiro, de un ángel; fué ia facultad de soñar; fué el júbilo inocente que da en la pubertad, el presentimiento de la vida. En una palabra, para Micrós. el amor no fué la mujer, sino la novia. No fué la realidad sino la poética ensoñación que la antecede y anuncia.
Trabajó incesantemente y mejorandose sin cesar (debe de haber escrito cerca de 500 Semanas Alegres. hasta el día 26 de enero de 1908, en que publicó su deliciosa La Calle Privada. El dia de febrero el público echó de menos el artículo de su predilección y ocho días más tarde, precisamente el domingo de febrero, El Imparcial comunicaba en primera plana, con gran retrato orlado de negro y palabras enfáticas de duelo, la muerte de su gran colaborarador, acaecida la víspera, las tres y media de la tarde; pues vanos habían sido los esfuerzos de los médicos don Ricardo Valle, don Francisco Alvarez, don Porfirio Parra, don Ricardo de la Cueva y don José Fernández del Castillo, que lo atendieron Micrós contaba a los admiradores por millares y a los amigos por docenas, pues como dice don Luis Urbina con toda exactitud: era bueno com mo el pan, afable como un cura de aldea, risueño como un colegial alegre.
Sin embarg ei tifo infundió el pavor en torno del cadáver y el grupo de quienes lo llevamos a Dolores, fue muy exiguo. Eran dos los carros fúnebres: uno de primera y otro de segunda (coches del tipo antigue, que eran más pequeños que los actuales. En aquél íbamos el Capitán de Artillería don Germán de Campo, hermano del muerto, que presidía el duelo; don Francisco Fernández del Castillo, cuñado; don Aledro Ainslie: don Manuel Sanjuan; los escritores españoles Segarra Juliá; dos tres personas más y quien estos renglones escribe. En el carro de segunda sólo iban dos mujeres del pueblo, llorando. Criadas de la casa?
Tal vez, pero se dijera que personifica ban a todo aquel mundo popular, que Micrós había pintado tantas veces con mano maestra.
La muerte de Angel de Campo a los 49 años, fué una cruel ironía de! Destino, porque un ingenio, a esa edad, apenas se apercibe para dar a las Letras su más sazonados frutos.