Carmen Lyra

REPERTORIO AMERICANO 227 Quiere Ud. buena Cerveza. Tome Selecta No hay nada más agradable ni más delicioso.
Es un producto Traube y doctor Luis Fernández, Delegado Rasgos ejemplares de Pasteur Sacados del precioso libro Les grands ecrivains scientifiques. Por GASTON LAURENT. Librairie Armand Colin. Paris. 1906. Trad. de Carmen Lyra En 1849, al pedir la mano de la Srita.
María Laurent, hija del Rector de la Universidad de Estrasburgo, donde Pasteur era entonces profeso suplente de Química en la Facultad de Ciencias: no; Vice Tesorero, Ing. Enrique Montoulieu: y Miembros de la Comisión, Dr.
Raimundo de Castro, Dr. Ricardo Gómez Murillo, doctor Carlos de la Torre, doctor Andrés Weber, doctor Angel Vieta, doctor Angel Arturo AbaIli, doctor Luis Ortega, doctor Octavio Montoro, doctor Ernesto de Aragón, doctor José Martínez Cañas, doctor Federico Grande Rossi, doctor José López del Valle, doctor Domingo Ramos, doctor Reinaldo Márquez, doctor José Barnet, doctor Roberto de la Torre, señor Andrés de Terry, señor Miguel Santiago Valencia, doctor Antonio Eligio de la Puente, doctor Luciano Martínez en. Roldán La Comisión acordó, entre otras cosas, levantar un busto a Pasteur en uno de nuestros parques públicos y pedir a las autoridades que lo denominen oficialmente con el nombre del Maestro y celebrar en la Academia de Ciencias una sesión solemne en recuerdo del genial hemiplegio, que estando en el pináculo de la gloria no dudó un sólo momento en jugarse su reputación y sosiego. ante el cuadro de la humanidad entera afligida por el tétrico fantasma de la rabia Todo homenaje al creador de la Bacteriología es pequeño en comparación a la magnitud de su obra. El gran Lister que fué a París expresamente para abrazar al Maestro, al proclamar que Pasteur había levantado el velo que cubrió durante centurias las enfermedades infecciosas y que había descubierto y demostrado su naturaleza microbiana, afirmó emocionado que: En verdad no existe en el mundo entero individuo alguno quien deban más las Ciencias Médicas. Con razón ha dicho Daremberg, profesor de Historia de la Medicina del Colegio de Francia, que: Si el siglo xvu es el siglo de Harvey y el siglo xvin es el siglo de Lavoisier, el siglo xix es el siglo de Pasteur.
Asociémonos todos al grandioso ho menaie que ha iniciado la Academia de Ciencias para celebrar solemnemente el cincuentenario de la primera inoculación antirrábica: y cooperemos cada uno, medida de nuestras fuerzas, a recordar la memoria imperecedera de aquel sabio inmaculado, humilde y sublime.
genial y filántropo, a quien pudiera aplicarse como a ninguno los versos clásicos de Ludovico Ariosto: Una chiara eloquenza che deriva Da un fonte di saper: una onestada Di cortesi atti, e leggiandra non schiva.
27 de abril de 1934.
Mi padre es curtidor en Arbois, una poblacioncita del Jura. Mis hermanas reempiazan junto a mi padre en lo que se refiere a los oficios domésticos y en el comercio.
a mi madre, a quien hemos tenido la desgracia de perder en el mes de mayo último.
Mi familia tiene una posición desahogada, pero sin fortuna. No valúo en más de cincuenta mil francos lo que poseemos; en cuanto a mi, estoy decidido desde hace tiempo a dejar integro a mis hermanas todo lo que me tocará como herencia. No tengo bienes, por lo tanto. Todo lo que poseo es una buena salud, un buen corazón y mi posición en la Universidad.
yéndose sin cesar, otras veces dibujando o Sculpiendo en madera.
No hace mucho todavia, me mostraba un dibujo mío en el cual ha hecho una cruz. Es lo único bueno en este dibujo. Tenía la pasión del saber y del estudio. Lo he visto estudiando en las gramáticas, pluma en mano, comparándolas, comentándolas, con el fin de aprender a los cuarenta y cincuenta años lo que le habían rehusado los infortunios de los primeros años. Pero los libros que amaba y buscaba sobre todo, eran los que le traían a la memoria los hechos de la gran época imperial, a la que había servido oportunamente en el campo de batalla y la que había renovado la sociedad. lo que hay de más conmovedor en sus afectos por mí, es que nunca ha estado mezclado con la ambición. Te acuerdas que decia el que me habría visto con gusto diri gir el colegio de Arbois? Es que tras mi posible adelanto veía el trabajo que me procuraria y tras este trabajo, mi salud que podría resentirse. sin embargo, tal como era, tal como lo veo hoy mejor que antes, algunos de los éxitos de mi carrera cientifica han debido enorgullecerle vivamente, colmándolo de alegría. Se trataba de su hijo, de su nombre. Era el niño a quien él había guiado y aconsejado. Ah! pobre padre mio! Soy muy dichoso al pensar que he podido ofrecerte algunas sastisfacciones. me.
nudo hablaremos del abuelo de Arbois.
En 1865, en Alais, Pasteur estudiaba la pebrina, enfermedad de los gusanos de seda. Lo llamaron entonces de Arbois, porque su padre, de 74 años, se moría. Por la noche, en Arbois, en la curtiembre de su padre, escribió esta carta a su esposa: El pobre abuelo no existe ya y lo hemos llevado esta mañana a su última morada.
Hasta el postrer instante, esperé volver a verlo, besarlo por última vez, darle el consuelo de estrechar entre sus brazos a su hijo que tanto amara; pero al llegar a la estación, noté a los primos enlutados que venian de Salins. Sólo entonces comprendi que no me quedaba más que acompañarlo al cenienterio. El dia entero he repasado en mi memoria todas las muestras de afecto de mi pobre padre. Desde hace treinta años he sido su constante preocupación. Le debo todo. Joven, me ha alejado de las malas relaciones y me ha dado el hábito del trabajo y el ejemplo de la vida más leal y mejor cumplida. Este hombre estaba. por la distinción del espiritu y del caráctermuy por encima de su posición, a juzgar las cosas como se hacen en el mundo. No se engañaba en eso: bien sabía que es el hombre quien honra su posición y no la posición la que honra al hombre. Tú no le has conocido, mi querida Maria, en la época er que mi madre y el trabajaban tan duramente para sus queridos hijos que tanto amaban, para mi sobre todo, a quien los libros, los meses del colegio, la pensión en Besancon costaban tan caro. Veo aún a mi pobre padre en los ratos que le dejaba desocupado el trabajo manual, leyendo mucho, instruEl discurso de 1883, en Dole, al cumplirse el acuerdo municipal que ordenaba colocar una placa conmemorativa en la casa en que nació Pasteur: Señores, estoy profundamente conmovido con el honor que me hace la ciudad de Dole: mas permitidme, al expresaros mi reconocimiento, rebelarme contra este exceso de gloria. Al acordarme un homenaje que no se hace sino a los muertos ilustres, usurpáis muy pronto el juicio de la posteridad. Rectificará ella vuestra decisión y no habriais debido, señor Alcalde, prevenir pruABOGACIA NOTARIADO ROGELIO SOTELA CARLOS DIAZ BARQUERO ABOGADO NOTARIO AURELIO AMADOR SANCHEZ FERNANDO MORA SALAS Oficina: Pasaje Dent. TELEFONO 3090 Casa de Habitación TEL: 2208 Apartado 255 Teléfono 8216 San José, Costa Rica