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REPERTORIO AMERICANO 249 mún. El hombre de Yorkhire, que llevaba una llama dentro. Impresionaba a los auditorios por su integridad Snowden y nobleza, por sus convicciones racionaDe El Sol. Madrid.
y Hoy se llama Felipe, vizconde SnowPOLITICOS INGLESES den, y así firma su autobiografía, cuyo 1919, desde su nacimiento en una aldea Lord de los páramos de Yorkshire, aturdida de telares, hasta el primer Gobierno laPor LUIS CALVO borista y la consecución de sus ideales, acaba de publicarse en Londres. Para el conccimiento de la política inglesa en los últimos años, para la historia intima del partido laborista y para esclarecer la fascinadora, granítica, indomable personalidad de este socialista tullido, que hoy es lord y ayer fué consumero siempre rebelde y vidrioso, pronto al ataque airado, el libro posee un interés sin par.
Snowden ha sido treinta años la fuerza más explosiva del socialismo anglosajón. El orador más encarnizado y porfiado. El político más enojado y violento. Breve el talle, enjuto de carnes, mirada fruncida, inquisidora y áspera; perfilado de rostro. Tenía un tono apocalíptico y una oratoria frígida, destemplada, razonada, apostrofada, chirriante: de látigo y de acero. Ninguno de sus congéneres ponía en el lenguaje, en la voz y el gesto un odio de clase tan consciente y tan apasionado. No conoMr. Phillip Snowden cía el arte de la persuasión ni la gracia suave de la ironía y el pacto. Brotaban sus ideas secas y socarradas de los la agente de seguros; luego obtuvo una bios avaros, y se encendecían en el aire plaza de alcabalero. los veintisiete, al contacto de su mirada centelleante. un accidente liviano le produjo la infiaSu actitud era siempre, y es aún de mación de la espina dorsal, que descuireto aitanero y de desprecio. Cuando la dó, y al poco tiempo quedaba paralítico guerra, un general belicoso se desataba de ambas piernas.
un día en denuestos contra los pacifis Lo del socialismo vino después. es tas en el Parlamento. Snowden hizo un curiosc el episodio. Snowden era un joruído de garganta.
ven radical cuando en 1893 se creó el In¿Se ríe usted?
preguntó, iracun dependent Labour Party, y los liberales do, el general.
del distrito, preocupados por el impul No gritó Snowden Me burlo.
so con que nacía el grupo socialista, Felipe Snowden cuenta en la autobio amenazando sus pingües perspectivas grabía sus andanzas de niñez y moce políticas, invitaron a Snowden a que diedad Es hijo de hilanderos. Su padre no ra una conferencia sobre socialismo en ganó nunca más de 15 chelines a la se el Club Liberal. Snowden era un mozo mana. En un telar de mano se tejía su brillante, valeroso, aunque inválido, alpropia ropa y la de sus hijos. Vivían en go descarado y muy aficionado a la lecuna choza de dos habitaciones, en Ic tura de libros y periódicos. Pero en kornshaw. Hoy, Felipe Snowden es viz realidad no sabía nada de socialismo y conde Snowden de Ickornshaw, lustre empezó a leer folletos. Leyó entonces de la aldea y creador de linaje. Se nu dos pesados volúmenes del alemán Schatrían en todo tiempo de gachas. La po ffle contra las teorías de Marx, y en su breza se afeudaba con el cartismo, con cabeza los argumentos de Schaffle se no conformismo, con el anglicanismo convertían en alegatos del socialismo.
y el radicalismo. No se conocía aún la Cuando acabó de preparar su conferendoctrina socialista. Del padre debió de cia, Snowden halló en sí mismo al eneheredar Snowden la rectitud pétrea y la migo. Se había hecho socialista, y cofranqneza agresiva. Pues cuenta el hi mo tal, inflamado de pasión, llegó a la jo que, como a la hora de la muerte ra tribuna del Club Liberal. predicó su zonaran al padre que Dios perdona siem buena nueva enfervorizado y violento.
pre a los pecadores contritos y que el Así empezó un período heroico de ladrón del Calvario ascendió al cielo apostolado por las aldeas y ciudades de replicó: Yo no sé a dónde iré. Pero todo el país. Era incansable en su perenunca he sido hombre religioso. No voy grinar, de noche y de dia, en invierno a cambiar ahora para que me salven el y en verano, por las carreteras de Inalma. No soy tan cobarde. Ya veremos glaterra, renqueante, despeado e insomlo que pasa por el otro mundo, y lo que Diez años de apostolado. Dirigía pase será bien recibido y con valor. un periódico hebdomadario que le daba Felipe Snowden era un galopín revolto ocho chelines, y por cada conferencia so, listo, infatigable. la brevedad de recibía cinco chelines. Nunca tuvo más altura correspondían una agilidad felina de treinta quince pesetas a la semana.
y una picardía de hurón. Fascinaba y Iba a pie, como misionero, caldeado el señoreaba a los chiquillos de la aldea cuerpo por una taza de té y el ánima los doce años le encargaron de ins por una fiebre redentora. Era un ideatruir a 40 muchachos. Luego se hizo lista dotado de fondo de sentido copuritanismo. Le seguían como a un santo los trabajadores. nadie, en el partido lograba votaciones tan arrolladoras. Pero no leia a Carlos Marx.
Nunca he leído escribe en su libro a Carlos Marx. He leído muchas sinopsis de sus enseñanzas, y creo que me ha bastado. Me he topado con muy pocas personas que contiesen que lo han leído y que hayan estudiado los tres volúmenes de El capital. pero el hecho de que esas pocas personas estén todavía vivas me inclina a poner en duda su confesión.
El vizconde de Snowden, ídolo un día de los trabajadores ingleses y uno de los pilotos del partido, es hoy un tránsfuga. Su crítica del laborismo individualista de todos los partidos políticos y de sus directores de ayer y de hoy está envuelta en una pura adoración inextinguible a la deidad socialista. Para él lo que ha fracasado es el laborismo y sus hombres; pero el ideal enciende aún su cerebro, como en los días de lucha y peregrinación. Cuando Lloyd George le decía que era más peligroso en la cárcel que fuera de ella.
Cuando transformaba, con Blatchford, Keir Hardie y Mac Donald, y más eficazmente que ellos, un movimiento de clase en la segunda fuerza política de la nación. Cuando tenía fama de profeta.
US el De los últimos años hablará Snowden en su próximo libro. Son los años de su transición. Más que ningún hombre, Snowden trajo la victoria nacional. conservadora, en 1931. Sus discursos de gobernante desparramaron por todo el país el convencimiento de que habría que salvar la hacienda, vencer la crisis, desterrar a los socialistas. Apostasía Sinceridad más bien. Pero. cómo no recordar al malhumorado socialista tullido, equeño y huraño, que se paseaba solo por las carreteras y ciudades, solo y sin amigos, enajenando a las multitudes, desencadenando el entusiasmo de los obreros y caldeando su palabra en el hielo de su cabeza, que hervía? La ilusión del Poder iba unida a la ilusión de subvertir pacíficamente al país arruinando con impuestos a los capitalistas.
El Poder le trajo a una realidad que ignoraba: los presupuestos ortodoxos. Los conservadores le llamaron el mir No, no porque se erguía en cancerbero del erario.
Del erario burgués. Su aspiración de nivelar el presupuesto se estrellaba con el compromiso, no de arrancar dinero a los ricos, sino de subvenir a los desocupados.
miso que quería sacudirse rudamente.
De ahí surge el Gobierno nacional y la derrota, que Snowden elaboró, del socialismo en el 31. Sin Snowden, la do rrota hubiera sido menos escandalosa.
Los hombres de Inglaterra recordarán eternamente su obra maestra de orador y su aventura de insulano montaraz en tierra extranjera. La primera Un comprone.