World War

280 REPERTORIO AMERICANO George Moore hubiese desatado la tempestad que aun alPor ALBERTO NIN FRIAS De La Nación. Buenos Aires. 29 enero, 1938.
Lover sufrimiento no por George Moore George Moore, como Wilde, irlandés de nacimiento, representa aún mejor que este último el realismo traido de Francia. No ha seguido exclusivamente ninguna escuela, pero ha sido discípulo de todas. Ya mistico, ya naturalista, no se ha detenido ante ninguna consideración política o o religiosa.
Ha sido un diletante en lo moral y viwió en bohemio, afectando ese cinismo de los héroes de Enrique Murger, cuya fe se me en colocar, por encima de todos, a la mujer y al arte. Tiene culto de sí mismo como casi todos los que han encontrado en las cosas intelectuales una nueva voluptuosidad. Abundan entre sus obras, las autobiográficas, fuertemente teñidas de poesía de piadosas mentiras y de esa satisfacción de representar un beauról. ante la imaginación azorada de los lectores. Esa modalidad le lleva a escribir en 1888 Confesions of a young man. Memoirs of my dead lite (1906) y la originalisima trilogia Hall ond Farewell. que comprende tres libres: Ave (1911. Salve (1912) y Vale (1914. Además de su belleza Jiteraria historian estos libros el movimiento estético irlandés, donde renace el espíritu místico, melancólico, supersticioso de la raza céltica.
Aparecen aqui retratos de los irlandeses más célebres con rasgos aumentados, corregidos e imaginados lógicamente por su rica vida mental. El gran poeta George Russell tiene mediante el don evocador de Moore, uca apreciación de su arte y de su personalidad que encanta tanto por la vivacidad como la profundidad con que está concebida.
Para los iniciados en todas las capillas literarias, la coteries o las cábalas de la vida arcística, esta lectura es de las más saladas, pues pone al desnudo muchas almas, resuelve más de un misterio descubre muchos secretos. La rivalidad entre los artistas, sus pasioncillas, sus envidias, sus encores rer:isos en disolverse, que penetran y corroen a la gente de letras, son la parte menos digna de la profesión de escritor, de por si noble, elevada y guiadora.
Muchos artistas de la palabra, dotados de grandes talentos, son constitucionalmente débiles e indolentes; por hábito, se entregan demasiado fácil a la dad dulce de aislarse de todo contacto con la vida y sus exigencias, apoderándose con el andar del tiempo, sólo de aquellos adornos que pueden lograrse sin una disciplina severa. Esta ornamentación sensual, comprada al precio de la pérdida de cualidades morales, no sólo degrada al hombre, sino que arrastra en su descenso a las bellas artes, a la poesía, a la novela y al teatro, rebajando de tal modo su nivel, que los hace presa del desenfadado comercialismo.
Presa. La gloria literaria, cuando ella ha sido conseguida honestamente, es la recompensa legitima del éxito merecido; ninguna adorna más bellamente la frente de las naciones, y es de todas sus coronas, la más sólida.
La vida literaria es ya algo más intimo, un compuesto de pasiones por las ideas bellas que aumentan y decrecen, de emociones que se encienden y apagan, y que en los vaivenes de su curso se revelan al temperamento y a la personalidad. Con su visión caleidoscópica nos ha querido regalar George Moore.
Estas novelas son historia contemporánea, trazada de una manera, novedosa, redor de su método se debate. Varios son los intereses del hombre; no está sólo su existencia absorbida por el instinto elemental dei amor. Menos aun en nuestros dias de trabajo febril, preocupados como estamos en apagar el incendio de miseria económica y catástrofes políticas que totalmente nos amenazan desde la gran guerra mundial.
Con sus cbras realistas: Modern (1983. que ha remozado recientemente con el título de Lewes Seymour and some women. relata las aventuras de un don Juan británico, cuyy inflamado corazón comparten dos amigas. Costean el vivir de un impúdico joven, cuyo libertinaje no está redimido por ningún acto, gesto noble. Mommer Wife. publicado en 1884, le supera en interés e intensidad. Es uno de los cuadros más cesconsoladores de la vida domestica y de la tragedia de la esposa, que es dado leer.
Aparece la vivienda de una sórdida miseria con su cortejo de males, la tuberculosis y la muerte del amor conyugal. El marido se muere lentamente, mientras el y las privaciones embotan la inteligencia de la compañera. Para rehuir este ambiente de agonía, la infeliz se enamora perdidamente de un actor ambulante que acaba por seguir. El esplendor de este nuevo amor no la sasa de la miseria y pronto recurre a un falso paraiso para acallar su cruel moral. La ginebra pródigamente escalciada la transporta a un mundo de olvido y más allá de todo remordimiento.
Entretanto su hijito, sofocado por convulsiones, la deja sola para siempre con su botella de gin.
Todo esto se ha descrito con sobriedad y veracidad impresionantes.
Es, fue a de duda, la obra de más aliento del genere realista en la literatura inEn Edith Waters. aparecido diez años más tarde, se ocupa del ambiente turfista y el del servicio doméstico. No guarda proporción cor el libro anterior, de mayor penetración psicológica y de un estilo más nítido. impulsos de Paul Bourget y de Henry James forjó Moore la novela introspectiva. De esa conversion salen sus dos obras sentimentales. Evelyn Innes (1898) y Sister Teresa. llenas de esas complicaciones mentales que guardan el secreto, las grandes pecadoras se han convertido en santas. Aunque el hecho haya acontecido a muchos años de distancia, se parece mucho Sister Teresa al caso de la desopilante artista Eva Lavalliere, en un tiempo cínica y desvergonzada, y luego enegada a una severa disciplina moral. No obstante, la situación de la protagonista de Moore es aún más embrolla da, pero permanece indecisa en lugar de salir de su cárcel voluntaria.
En seguida se convierte nuestro autor al misticismo a instancias del gran lírico irlandés LW. Yeats. Se embarca en su empresa de promover en Irlanda un rena cimiento de las bellas artes.
La isla infortunada está todavía en su adolescencia literaria, época en que el espíritu se abre más a la imaginación que al observar serenc.
Moore llevó su sentido mistico religioso a las obras de este período. Pasa a la página 285)
sular.
voluptuosiaudaz, y casi diré, innovadora en el arte de recordar los tiempos idos.
No asoina el artista para moralizarnos, tiene harto con observar sus personajes y la premura con que actúan; no reparan en otra cosa.
Considera la vida como movimiento, actitudes y cambios, al revés de Rousseau o Chateaubriand, cuyas memorias fueron los poemas de sus vidas. No esponja su alma el regocijo de sus penas, sobrellevadas mejor cuando son compartidas con los que nos admiran. Suyo no es el lamento del salmista ni el pesimismo terminal del invierno de Goethe o el desesperar del amigo de Mme. de Recamier, cuyo anhelo era explicar su inexplicable corazón.
Quienguera documentarse sobre este período de tanteos, debe leer estas memorias, donde se alian con arte el impresionismo y el realismo. Este autor que, con Arthur Symons, el Stéphane Mallarmé inglés, contribuyó a introducirnos en el momento literaric contemporáneo, fué una influencia espiritual de las más sólidas y duraderas que aun subsisten en literatura actual.
Justo es hacer notar el influjo decisivo de escritores regionalistas de Escocia e Irlanda, en las renovaciones estéticas de Inglaterra.
Nacido Moore en la verde Eirin el año 1853, hacia la edad de los treinta pasó por discípulo dei maestro de Meudon. Al aplicar Zola su teoria literaria a observar la vida humana por el agujero de la llave, desvirtuó un movimiento de por si lógico y liberal. Si no hubiera insistido tanto en las debilidades de la carne y sus turpitudes, no