126 REPERTORIO AMERICANO sas interesantes, la situación psicológica del Presidente Cabrera, la palabra se presto para bautizar el régimen intencionalmente, cabrerismo, cosa casi olebeya y ruin y oscura, en sus relaciones con los extranjeros, sobre todo con los Estados Unidos. Cabrera no disimulaba que toda su confianza tenía por fundamento la creencia de que los Estados Unidos lo mantenían en el poder, y de que caería irremediablemente cuando le faltara ese apoyo. Por eso, cuando se convenció de que los yanquis ya no eran: sus amigos y prudentemente negociaban con sus enemigos, para preparar la sucesión presidencial, el presidente exclamó iracundo: Son cosas de los conser vadores, de acuerdo con ese viejo papo del ministro americano.
tonces es que hay que ver todo lo que es esto en la realidad; mientras el Jefe vive, todos le pertenecen. Wyld Ospina, penetrante y entero en sus apreciacio nes históricas, define esta situación con agudeza acusatoria. Le interesa exhibir Presidente, que le acompañó en su obra, que medró al amparo suyo y que en el momento de las desgracias lo dejaron solo corrompiéndose en una prisión más que de sus propias dolencias, del asco que sentía por todos estos hombres quienes él dió fortuna y prestigios. El escritor cuenta estos dos hechos: Cuando su hijo Francisco Estrada Ocampo murió, el desfile cubría el perímetro de la misma avenida (la avenida. con los concurrentes alineados de ocho en fondo y trajeados de etiqueta. Alguien dijo en aquella ocasión, en for ma pública: Paco baja a la tumba en brazos de la nación entera.
El otro hecho es este: Cuando los hijos del preso se presentaron a la Asamblea pidiendo que este alto cuerpo exhortase a los tribunales de justicia a resolver, favorable desfavorablemente, len las causas criminales incoadas contra su padre, la Asamblea, no obstante que estaba integrada por gran número de antiguos cabreristas de tomo y lomo, echó a la canasta la solicitud, obedeciendo la consigna del nuevo patrón.
Todo cede en estos gobiernos de Furias y Demencias, al espectáculo de la cortesanía. Tal vez el pensamiento del gobernante se ilumina inesperadamente por una idea directriz, en este caso la Unión Centroamericana; pero la cortesanía es una dolencia que disuelve les mejores impulsos. El gobernante tiene el oficio de cuidar de su palacio. Alli está su propia tragedia. Todos le protestan devoción; todos le sirven; todos le admiran, y todos desean su muerte: Estrada Cabrera sabía que todos de seaban muerte. Un día está enfermo el Presidente, de enfermedad mortal.
Entran sus amigos y le exponen con sutiles miramientos. el problema de la sucesión presidencial. Estrada Cabrera se incorporó a medias, y con voz iracun da increpó a sus visitantes. Todavía me resta vida para enterrarlos a todos ustedes. La cortesanía lo que hace grandes a estos hombres, providenciales e inmortales. Ellos se sienten divos, como el César. El mal de los nuestros es tener que buscar sus celestiales antecesores entre las siniestras divinidades de nuestras selvas primitivas. Los otros se emparentaban con los dioses de la luz o de la victoria. Los nuestros tienen los dioses que pre siden los sangrientos sacrificios. No es Votan el Dios de ellos. Por eso el régimen de estos personajes taciturnos, sombríos altaneros, se revela más por las desgracias que por fastuas victorias.
Son incapaces de asir de las alas a la divina Victoria. Las suyas se marcan por el número de revoluciones que de belan y por el número de víctimas que envían al patíbulo, sea de una manera sumaria o sea en virtud de un cuidadoso expedienteo. Estrada Cabrera usaba los dos procedimientos y era lujoso, particularmente, en confeccionar el expediente. El podía aguardarse: podía aguardarse hasta un año, con su víctima en la prisión, antes de proceder a con sumar el sacrificio. tenía la dolorosa sensación de lo que esto significa, pues cuando a él le tocó en suerte el expediente, agitaba la opinión pública, acosaba a los tribunales para que le resolvieran pronto. Era abogado. creócomo herencia de sus procedimientosel sentido jurídico del Bajo Imperio.
Todo por leyes, nada por virtud intrínseca. Cuando desapareció Estrada Cabrera, al fin se esfumó su sombra en los abismos de la eternidad, entonces los guatemaltecos apresuraron a hacer una nueva constitución para la República. Llevados por el ardor de una vana peranza de salvación hicieron constar en ella el principio de no reforma de la constitución durante diez años. Es el inmenso error de nuestras repúblicas. Haber creado el sentido religioso de las constituciones antes de fundamentar en la conciencia y en los hábitos el sentido del gobierno humano.
Por eso dice el autor, al final de uno de sus capítulos y después de hacer el resumen de las consecuencias del des potismo, esto es más claro que autocracia: Los absolutismos estériles no tienen ni esa consagración sentimental. No sólo dejan ruinas materiales como los otros, sino el yermo moral de los espíritus, donde crecen rastreras plantas políticas, prontas a reverdecer en nuevos despotismos.
ΕΙ autor nos revela, entre otras coRepleto de anécdotas que revelan el temperamento del gobernante de pleno tipo indígena, de anécdotas descu bren las úlceras de los peores círculos de gobierno y de anécdotas expresio nes que salvan, a veces, la civilidad guatemalteca para combatir el error de los que a espaldas de una filosofía política comodidosa dicen siempre que todo pueblo tiene el gobierno que se merece, en lenguaje de historiador y de sociólogo y a veces de psicólogo perspicaz, el libro de Wyld Ospina, nos ofrece un ro documento de literatura guatemalte ca, acaso inspirado en el sano deseo de despertar el alma de la tribu hacia el sentido de la justicia y del decoro en el gobierno, mientras aparece el alba con su gloria de oro como canta Darío.
Costa Rica, agosto de 1934.
Hágase de El Autócrata. Con el Admr. del Rep.
Am. lo consigue. Precio: 00.
raPoesías inéditas es Por HERNAN ZAMORA ELIZONDO Envio for. Heredia, Costa Rica PLENITUD en lo que otros creen dolor, Fiesta de la Madre en la Escuehay en tu faz el fulgor la Normal de Costa Rica 1934 de una anunciación divina, Para ti las frescas rosas, porque en tu faz se adivina las rosas más purpurinas, que al mandato del Señor, porque tus manos preciosas más que en tu carne, germina se hacen dignas de las rosas en tu espiritu el amor.
arrancando las espinas.
Un hombre parte a la guerra, otro va a la tierra amiga, para ti, los luceros la tierra brinda una espiga bajen y tejan tu alfombra, y el hombre se da a la tierra; porque tus ojos sinceros han ganado los luceros iluminando la sombra.
uno busca las estrellas y otro las perlas del mar, Para ti la clara fuente, uno las hace bajar clara como tu presencia, y otro retorna con ellas, porque el universo siente que tu espíritu y la fuente Todos, siguiendo su anhelo.
son la misma transparencia se alejaron de sí mismos, unos hallaron abismos para ti los panales y otros hallaron un cielo.
que como tú son dulzura, porque al disipar los males Sola tú, sola creatura has prodigado panales que encuentra en si su destino.
y recogido amarguras.
Eres la luz y el camino.
eres el ala y la altura; Madre que oiste el clamor por eso cuando te augura del arcángel San Gabriel, Dios tu sagrado atributo, y que has encontrado miel en el divino minuto behen por padres