REPERTORIO AMERICANO 283 y pesado el tanto estrictamente necesario para acondicionar la cantidad de cacao que se había molido, se procedía a mano, que consistía pasar nuevamente la masa áspera, en las piedras recalentadas, añadiéndole entonces con gran cautela, la conveniente proporción de especies que Na Estéfana se encargaba de distribuir con la punta la espátula cacha de venado. Tacinta y Chepa pasaban y repasaban con vigoroso resbalar de las manos de piedra sobre la lisa superficie de los metates calientes.
Ya Félix había extendido sobre las tablas delgadas de cedro que formaban los anaqueles del arcón, las hojas tiernas de plátano pasadas rápidamente sobre el gran brasero, listas para recibir ias ringleras de aromáticos panecillos.
Na Estéfana iba recogiendo pasta remoiida, con la espátula, y con experto em puje del dedo índice sobre la lámina de acero, hacía desprenderse un chorrito de cacao que al caer sobre la hoja de plátano formaba un panecillo piramidal con punta retorcida, el que paulatinamente se iba aplastando y solidificando, casi hasta adquirir la forma de una gruesa moneda El arcón de mi casa, de recios tablones de cedro, medía no menos de una vara de profundidad, dos varas de largo y vara y media de ancho, de modo que en sus entrañas podía guardar doce tablillas en una de las cuales se aposentaban en alineadas filas no menos de novecientos panecillos, de modo que, al echar llave al armatoste, concluída la molienda, tro quedaban esperando el advenimiento de la jícara y del molinillo, al rededor de diez mil panecillos de theobroma odorata para regodear el paladar de nuestra numerosa familia durante todos los días del año y para darnos alientos y vigores y otras virtudes que el mundo científico ha descubierto en la maravillosa almendra con que se regalaban los Emperadores Aztecas, Toltecas y Mayas y sus cortesanos. era al terminar la faena del chorriado y la del almacenamiento, que yo cobraba mis bien ganados honorarios por todas mis fatigas; por las quemadas al renovar los braseros bajo las por atizar el fogón, por enchilarme los ojos con el acre humo de los tizones, por darles las primeras majadas a las es pecias en en el pesado almirez y por mil revueltas e quello para esto y para que a cada rato ocurría. Mis honorarios consistían en la libertad y exclusivo derecho de raspar las piedras sacándoles el cacao que hubiera quedado adherido.
el cual se me daba título de propietario. Empeño y maña me producían una regular pelota de la aromosa pasta, la que primorosamente mezclada con azúcar negra, llamada entre nosotros dulce de rapadura, no se desprendía de mis churrientas manos, hasta que los labios y la lengua habían agotado la última molécula.
léndres, a más de su jornal en moneda corriente, se llevaban su no menudo envoltorio de aromáticas monedas de cacao. Sólo el adusto Félix volvía a su covacha, siempre murmurando, y cuando yo lo instaba para saborear mi confic Yo no como esa cochinada manoexclamaba: siada por esa vieja lengua larga; sería como tragarme un veneno de los más mortales. mí dénmen café qu es la bebida esta tierra por la que me baliaron y no esas cuitas de lora untadas del dedo esa invencionera cara de lechuza espantada. Hombré. juntarme yo otra vez con. Miráme la sepasadas Na Estéfana, Na Na Jacinta y Chepa Memetates.
caba del año, o si antes se le olvidan las dotrinas que ha recebido en esta casa, se le va con uno de los músicos de la banda; acordate de mí que así va a suceder Yo las conozco. Cuando ya todo el cacao estuvo tostado a satisfacción de Na Estéfana, procedimos todos a la tarea de la pela, resobando de uno en uno cada grano para despojarlo de la piel retostada que fácilmente se desprendía, quedando los granos limpios y relucientes. La pelícuse aventaba, pues hubiera comunicado sabor amargo y de fermento a la pasta molida.
Ya Félix, en constante murmuración, había metido brasas encendidas debajo de las piedras de moler asentadas sobre dl ancho poyo que abarcaba dos lados de nuestra amplísima cocina. Frente a cada una de las dos piedras se situaron Na Jacinta y Chepa armadas de las respectiva entre palmas y dedos. Cojían manos de piedra que encajaban puñados del cacao tostado y lo iban desmenuzando con hábil y acertado movimiento de las manos sobre la piedra. media docena de bastaban para que el cacao se acumulara en consistencia de pasta áspera en el borde delantero de los de donde se le arranpara echarlo sobre hojas de plátano, tiernas y soasadas.
Entretanto, Na Estéfana con los anteojos calados y con la pesada mano del almirez, más reluciente que moneda de oro, procedía a pulverizar y mezclar a conciencia, los olores. es las darían al chocolate sabor y terapéutica que contrarrestara algunos malos malos efectos del cacao puro y que sublimara las virtudes de la almendra. Mientras molía y remolía los ingredientes en el sonoro almirez, chupaba acre chircagre que había ya por octava vez encendido en la humosa lumbre de la mecha del chispeante.
Yo la acosaba a preguntas, con esa natural curiosidad del niño que todo lo quiere saber y obediente al acicate de mi natural espíritu de constante observación. Pa qu és que echás vainilla. Pa que güela bonito y sepa más mejor. pa qu és la canela?
gusto y pa quitale lo jelao que hace daño y pa eso mismo son la jamaica y el clavo de olor. Es qu el cacao sin estos olores es endigesto y da agrura; otras echan chile dulce paí calor y los mejicanos echan achiote más y más cuerpo, pero yo no echo más que lo que vos ves y así es como le gusta a la niña Chanita. Hay moledoras sinvergüenzas que le arriman harina de maíz pa que rinda y así es como engañan cristianos vendiéndoles tamaños panecillos a dos manos por un real. Tampoco echo el dulce, porque prontico se fermenta y se hace cuchite y aguao como babas. Juera de que a unos les gusta con dulce y otros prefieren beber tibio qu es deviaje sin dulce.
Hechos polvo impalpable los olores cada es decir, especias quica ña. EXHALY Luz Eminente creación científica Pai color y esque pa dale De acción Curativa en Grado Supremo Enfermos de los ojos EXHALY. LUZ Meblina. Conjuntivitis Ulceraciones. Queratitis. Aparato lagrimal. Granulaciones. Inflamaciones. Enfermedades internas y externas.
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