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28 REPERTORIO AMERICANO La Delegación Anti imperialista miscuidad, habitando en barracones in Norteamericana De Bohemia. La Habana Pocos han aquilatado, entre nosotros, la verdadera significación de la visita que están haciendo los anti imperialistas yanquis. No nos referimos desde luego, a los viejos patriotas. enterne cidos aún por el recuerdo de la gene rosa colaboración. ni a los jóvenes que lamentan que estamos olvidando la gran deuda contraída con la gran nación nor teamericana, ni a los que tienen a Mr.
Sumner Welles por salvador de Cuba.
No. los muertos, aunque anden, no hay que hablarles. Hablemos a los vivos, a los que sienten en la entraña la trágica realidad criolla, a los que saben que la politica es, de ser algo, solución de cues tiones vitales y que entre estas cuestiones ninguna tan importante para Cuba como la realidad aflictiva en que la opresión yanqui la sitúa del pueblo que sienten la acción de la fuerza extranjera, a esas queremos hablar, sin más título ni merecimiento que sentir muy adentro su dolor y su ruina.
Mejor hubiera sido, desde luego, que en ciudades, poblados, ingenios y vegas, por medio de la rápida simpatía que otorga la voz viva y el trato directo, hubiéramos dicho a obreros, pequeños colonos, pequeños comerciantes, profesionales e intelectuales honrados, lo que ahora que remos decirles. Esta visita de comprobación de la triste condición del campo cubano era para nosotros un viejo empeño, un ahincado deseo. La realizare mos. Por ahora ha quedado frustrada.
Ya se sabe por qué. Cuando todo esta ba dispuesto en Santa Clara para iniciar la campaña nacional, el auténtico Ulsiceno o sus delegados, es lo mismo rodearon de terribles aparatos bélicos el local del Centro de Escogedores de San ta Clara. La Delegación Anti imperialista Norteamericana volvió a la Habana determinada a comunicar las cuantio sas masas estadounidenses por ella re presentadas, la invencible acción coer punitiva del imperialismo yan qui en Cuba. Ni siquiera ha permiti do el inicio de su labor. Las razones son sobradamente conocidas: hay duras ver dades que no quieren oirse, quiere ocultarse a las masas sufridoras verdaderos caminos de redención. La vieja pugna entre la palabra honesta y el fusil a sueldo ¿Qué hubieran visto los anti imperialistas yanquis en nuestros ingenios, en nuestras aldeas, en nuestras fábricas?
Hubieran visto, como vieron en el inge nio Tinguaro. una pobre masa dolorida y famélica viviendo en peores con diciones que las bestias, sin alimentos.
sin aseo, pupulando en tristísima pro fectos, esperando, en rencorosa y desesperada espera, el comienzo de una zafra restringida. Hubieran contemplado. de no haber por allí Ulsicenos ofic oficiosos y ejecutivos. como en las sierras orienta les el paludismo es ya un estado natural de vida, como en los bohíos se hacinan los muertos de tifus sin que en ocasiones haya quien les dé sepultura, cómo quien alza la voz contra miseria tanta y contra tan criminal dejadez gubernativa toca muy pronto la mano dura del Sar gento del PuestoHubieran visto muchas cosas los delegados yanquis.
Pero lo interesante en verdad, lo que no permitió la auténtica revolución fué el aquilatamiento sobre la realidad, de la parte que en nuestra ruina toca al capitalismo financiero de Washing ton. Que la organización capitalista es monstruosa, que dentro de ella no cabe mejorin esencial, eso, se ha hecho, por suerte. un lugar común. Que la condición colonial agrava a términos insuperables la monstruosidad, es lo que hay que precisar y repetir hasta llevarlo a todas las mentes.
Sabemos que más de un intelectual de campanillas estima exagerada la alarma imperialista que prende ya en las masas cubanas, afirmando que aunque estuvieramos a cien mil leguas de Estados Uninuestra condición económica seria muy parecida a la actual. Para estos intelectuales que no han pasado de Belascoain y San Lázaro, ni de Henry George la feudalidad que es la corpo citiva y las capas dos Del testimonio de Valle de José Cecilio del valle somentos de las Dos fomos publicados Guatemala. 1981. La ilustración es la fuente de donde fluye la riqueza: el primer bello de las sociedades políticas: el ornamento más grande de los pueblos.
de la sabiduría y derrama desde allí luces provechosas a todas las clases Hablando del escolasticismo:. el que, entreteniendo a nuestros mayores en sutilezas inútiles, les alejaba de las ciencias provechosas que aumentan los brazos de lhombre, inventando máqui nas; mejoran los instrumentos de las artes, señalan las fuentes de riqueza pú blica: descubren la de nuestro suelo, manifiestan las plantas utiles que her mosean su superficie: y abren los teso ros ocultos en el seno de la naturaleza.
Ciencias, gobierno, agricultura, indus tria y comercio: tales son los objetos a que llamamos la atención de los que puedan escribir con juicio. El que trabaje en ellos: el que se consagre a des truir errores dañosos, o sostener verdades úciles, es Amigo de la Patria; y el periódico en que se publiquen sus pen samientos tendrá justamente el mismo título Para que el hombre trabaje es nece sario que aprenda a trabajar. No hay trabajo que no exija aprendizaje. El la brador necesita las luces de los agro nomos. El artesano debe instruirse en los principios de su arte, estudiar la teo ria que lo ha formado y ejercitarse en la aplicación de sus máximas. El comerciante debe unir con los elementos del cálculo los conocimientos igual mente necesarios de la Geografía física y politica.
Para conocer las riquezas que produce o es capaz de producir la naturaleza, es necesario estudiarla: es preciso saber sus leyes y observar sus fenómenos.
Refiriendose a Fray José Antonio de Liendo y Goicoehea: Solo, en el ámbito estrecho de su celda, entregado en el silencio de la soledad a meditaciones de que sólo es capaz quien ha adquirido el hábito feliz de pensar, recorria cuanto había apren dido.
Se revocan las leyes: se mudan los sistemas legislativos: caen unos imperios, y se levantan otros: desaparece Roma, y se eleva Albion. Pero en medio de las revoluciones, sobre los escombros de los estados, y en el esplendor del poder la moral es una: y esta moral prohibe la calumnia, la ofensa y la personalidad.
Las matemáticas puras, que son siem pre el recurso del filósofo en aquellas situaciones de tormento, en que sólo puede contentar lo que es verdadera de mostración, le presentaron el método de exactitud.
El sabio es el que da al Gobierno teorías benéficas de administración, y al hombre métodos útiles de trabajo. El sabio es el ser grande, que recogiendo primero sus observaciones y experien cias de todos, sube después a la altura. cuando el sabio temiendo la opinión de la posteridad, no sea un doctor ocioso, ocupado en lecturas improductivas o abstracciones estériles, sino un hombre útil al país que habita.
Pero cansado al fin de tantas abs traciones, volvió los ojos al campo de la naturaleza, a esos jardines que deleitaban a Newton después de los trabajos complicados del cálculo.