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REPERTORIO AMERICANO 201 Estampas Se trata de los Oliverottos de Nicaragua.
Un modo ya viejo de asesinar Por JUAN DEL CAMINO Colaboración Fogliani Ta que el de que otro día aquel Oli del gobernante Fogliani. Pero gidos.
Sandino (De Bohemla. La Habana. 932)
Sandino De El Espectador. Bogota.
que El asesinato asi como acaba de practicarlo la siniestra organización yanquizada que es dueña del gobierno de Nicaragua, nos dice dice un amigo lector de Maquiavelo, tiene origenes muy antiguos. Hay que acordarse de aquel Oliverotto da Fermo sutilizando su intriga sombría que acabó con Ju y su poder, para encontrar algo parecido a lo que Sacasa y compañía hicieron con Sandino. Fermo organizó un festiv e hizo compañeros de mesa a Fogliani y los notables de la ciudad. El festín es para fraternizar y en hacerselo sentir a sus víctimas se concentra la habilidad del asesino. Toda suerte de conversaciones acerca de un futuro grandioso entretienen las horas de los invitados.
Nadie duda de verotto sera el aliado más más inteligente y resuelto del acaba la solemnidad del momento y Oliverotto conduce a la muerte a sus escoDe pronto salen del escondrijo preparado unos soldados que degüellan sin piedad dando asi satisfacción al fariseo Oliverotte. la ciudad es luego sometida al terror porque los soldados del crimen la recorren amenazantes ha ciendo cundir la desvergüenza del asesinato En Nicaragua, la tribu del mando atrae a la capital Sandino y le hace promesas, y el Oliverotto de allá lo sienta a su mesa y le habla de un futuro grande con la Guardia Nacional destruida y salvada la vida libre de la nación sometida al vasallaje del imperialismo yanqui. El festin es también ternizar y Sandino está bajo el amparo para fra la protecc. Se le agasaja y sale del del Oliverotto de la Loma de antro presidencial embaucado. El asesinato está preparado y no muy distante del sitio del festín saltan de su guarida soldados de la Guardia Nacional y quitan del escenario nicaragliense a Sandicompañeros.
No es nuevo entonces este sistema de asesinar aplicado a un grupo de hombres que se empeñó resueltamente en trabajar por redimir de miserias a su nación. Pesaron mucho en aquel medio dominado imperialismo el imperialismo no podía acogerlos no obstante haber logrado que su ción adueñada del mando pactara con su organizaellos. Pra de urgencia elim arlos y les atrajo con la astucia del del personaje de Maquiavelo y con los mismos procedimientos se les dio muerte infamante.
El suceso tiene una unidad clara y la habilidad de los Oliverottos nicaragüenses quiere que el mundo no lo vea asi.
Pero hay que decir que a Sandino y sin 11compañeros los asesinó la organización que el imperialismo yanqui ha impuesto a Nicaragua. Todo lo que esa organización considere desafecto a los planes del imperialismo está condenado a desaparecer Nicaragua es la factoría y sus sostenedores son los mismos nicaragüenses al servicio del imperialismo.
Terribles nicaragüenses por los sombríos, por lo vernales, por lo serviles con el yanqui, Llega ahora un libro revelador. Con Sandino en Nicaragua (1. de Ramón de Belauste guigoitia) que pinta a ese nicaragüense en dad que llena de pavor.
Es una trilogía siniestra. Díaz la encabeza y es el que abre el boquete paimperialismo se meta en Nicaragua. De De empleadillo de una com pañia yanqui salta al mando y desde el gobierno pide la intervención y con las milicias yanquis se impone, Chamorro lo sucede y reconoce a los Estados Uni dos derechos sobre la zona canalera nicaragüense por noventa y nueve años.
Estos descastados son horribles, pero les gana en fealdad moral el tercero, Moncada. Citamos a Belausteguigoitia. llegamos a Moncada, completa la trilogía de los hombres más funestos de Nicaragua y de Centro América toda Moncada es el tipo del aventurero dotado de talento y, sobre todo, de una audacia y de una desaprensión mites, dispuesto a todo para salvar los escalones de la fortuna. Unos conservadores, liberales otros. De todos ha hecho el imperialismo argamasa para imponer su dominio. Los ha turnado el mando y los ha hecho darle cuanto ha necesitado para convertir a Nicaragua en factoría. El conservador que sucede al liberal sabe que su compromiso el es respetar lo yanqui porción Ic mismo. De otra manera no hay mando. en su desenfreno el politicastro pacta con las mayores iniguidades. Moncada recibe órdenes del Departamento de Estado jefeado por Stimson de or ganizar la iniquidad llamada, primero constabularia y hoy Guardia Nacional.
factoría no se afianzará en Nicaragua mientras se acaben las rebeldias contra el veld imperialismo yanqui. Sandino no quiere pacificarse. Entonces Stimson levanta ese poder envilecido que se llama Guardia Nacional. lo lanza contra Sandino. Pero es necesario sustituir a Moncada porque el período presidencial termino. Allí está Sacasa, el amigo de Moncada. La Guardia Nacional hace las y tiene o que darle nueva El liberal hace En esn pequeña estampa estaba presa en las lindes del dibujo, diluida en el cobre de la piel, en el carbón de los ojos y en la noc.
turna hierba del cabello, la esencia misma de América. Sandino, encaramado sobre el Tomo vivaz de su caballo, con sus zamarros de tigre que hacían temblar a los becerros y a los hombres del gobierno, con su larga pistola, hecha para escupir contra el cielo de la bandera americana, con su macheta de pulido acero, ancho y vibrante como las hojas vegetales que se baten contra el viento, es la encarnación viva de medio siglo de historia tropical Durante muchos años, este hombre, nervio Vivo bajo el ancho sombrero, ha jugado el mis singular duelo de que haya memoria en las crónicas de la guerrilla americana, Dn la noche de Nicaragua, bajo el frio de las estrellas, que teñan de plata las montañas, fué librandose el combate, mientras las medias lunas se iban descolgando sobre los estribos de los jinetes de la revolución. La vida de Sundino, como aquella extraña cinta de El malvado conde Zharoff. es un desigual duelo a muerte entre la sombra y en el corazón de los bosques. De las dos puntas del mapa soltaron a los contendores. Eran Sandino, el general, y el Tio Sam, con sus pantalones a rayas, su barbilla diabólica y su estrellado sombrero de copa Se buscaron varias veces se encontraron. Sólo que el abuelo del cubilete llevaba para su personal holganza y dominio, ejércitos enteros de marinos recién afeitados y armados de todas armas Historicamente, su influencia en las rela(Pasa a la página siguiente)
no y inson comprende que la por el yanqui. no (1) Edición de Espasa Calpe, Madrid, 1981,