12 REPERTORIO AMERICANO sentirse una Nación. esto es cosa infinitamente más importante que las es tupideces o desmanes cometidos por cosas.
no Todavía son cosa los zaje de La Porcue que el que grita ahopasado y vejado en carubio de todo esto lo que signifique como de mostración vanidosa de capacidad previsora. Lo que me interesa es refutar con esos hechos y con esos datos incontrover tibles el error en que están los que supo nen que yo recomende la instauración de la República porque creyese que, desde luego, iban a ir preciosamente las No sólo lo creía, sino que y éste es el motivo de las anteriores recordacio nes 10 acepto en persona que presuma de alguna seriedad que pretenda juzgar las posibilidades históricas de un régimen por lo acontecido en los dos años y medio después de su natividad. es sencillamente grotesco que intenten hacer tal monárquicos defensores de un régimen extranjero, que no durante dos años y medio. sino durante dos siglos y medio ha maltraido a España en desmedro, decadencia y envilecimiento lamentables y constantes, haciéndola llegar a esta República en un estado tal de desmoralización y de falde aptitudes por parte de masas y minoria, que él ha sido, en definitiva, la causa de estos dos años y medio pesadillescos.
si han sido tales para el labrador andaluz y para el cura de aldea, no crean estos señores ra. Viva la República! los ha en un lecho de rosas. Durante ellos se me ha insultado constantemente desde las filas republicanas, y claro está, también desde las otras. Algunos sinvergüenzas, algunos insolentes y algunos sota intelectuales que y 10 otro, y que hasta ahora, por lo que fuera, no se habían resuelto a a atacarme, han aprovechado la atmósfera envenenada de esos años para morderme los zancajos. Pero hay más: los hombres republicanos han conseguido que por vez primera después de un cuarto de siglo, no tuviera yo periódico afín en que escribir. esto no significaba sólo que me hubiesen quitado la vihuela para mi canción, sino que me planteaba por añadidura los problemas más tangibles, materiales y urgentes. Me entiende el labrador andaluz a quien han deshecho su hacienda y el cura de aldea a quien han retirado su congrua?
Pues con esto termina mi argumento hominis ad hominem. Este hombre es el que grita ahora: Viva la República!
Por qué lo grita ¿Lo hará por misticismo republicano? Tampoco. En materia de politica no admito misticismo, ni siquiera admito que se sea republicano, como suele sostenido que en política no hay eso que decirse, por principios. Siempre he se llama principios. Los principios son cosas para la Geometría.
En política hay sólo circunstancias históricas, y éstas definen lo que Yo sostuve hace tres años, y sostengo hoy con mayor brio, que la única posibilidad se rehaga y triunfe es la República, porque sólo mediante ella pueden los españoles llegar a nacionalizarse, es decir, a son lo uno La necesaria. Viene de la pagina anterior)
lida en estas elecciones, a pesar de cuanto han hecho para evitarlo sus gobernantes y del ningun apego a ella de las oposiciones hoy victoriosas. Esto, precisamente esto en lo curioso del caso y sobre lo que conviene hacer meditar a propios y extraños: un ré gimen que se va consolidando a pesar de to dos los pesares, cuyos defensores son en buena parte sus mayores enemigos y cuyos enemigos tendrán que hacerse, quieran o no, sus defensores Hasta aqui no me hubieran molestado nada esas declaraciones mias. pero luego me hacen decir: España no está preparada. y esto me saca de mis casillas. Los que me conozcan un poco repararán que expresión tal, aus como mera elocución, no pertenece a mi vocabulario y tiene todo el aire de una pedanteria extranjera. Como si la vida fuese cuestión de preparación! Como si no hubiese que vivir, preparado o no!
Probablemente el informador ha malen tendido esta observación mia que me parece perogrullesca: España, como todos los demás pueblos del mundo para llegar a una etapa verdaderamente constructiva, de sinceridad y edificación, tiene que pasar por una serie de experiencias fallidas, tiene que embarcarbe en uno y otro error. Sólo al cabo de suifrir esos tártagos y engañarse a si misma varias veces respecto a su auténtico sentir, consigue afinar la punteria. Hasta para disparar certeramente un cañón suelen ser inevitables dos tiros fuera del blanco, uno más allá y otros más acá. Ahora bien, es vano, mediance razonamientos previsores, pretender ahorrar a un pueblo esas experiencias del error que, por desgracia o por ventura, necesita hacer en su propia carne y no meramente en discursos y artículos de periódico. Quien comprenda esto, que es tan fácil de comprender, caerá en la cuenta de que en politica es preciso saber esperar esperar a que la colectividad nacional llegue a la estación en que puede ya iniciarse la via ascendente y fecunda.
Esto es lo que he dicho al informador forastero y que él ha interpretado atribuyendome el decir de que España no está preparada. como si dijéramos, que no se ha examinado de segundo de latin, lo cual me pare ce una ridiculez.
Lo que, en cambio fuera interesante y hasta urgente es averiguar si ha llegado ya Espana al punto en que puede comenzar se definitiva ascensión sobre el horizonte historico se entiende, España, no el Parlamento que va a abrirse ni los Gobiernos que van a formarse, cuyo porvenir es demasiado poco enigmático.
Aunque sin referirlo al caso presente, en que la buena fe si que no ha faltado, termino haciendo notar que es verdaderamente odiosa la ligereza con que gentes de fuera llegan a España y pretenden en cinco minutos informarse sobre su secreto destino, sin respetar la singularisima peculiaridad que es siempre cada nación y sin otro ánimo que cobrar sus sueldos y emolumentos a cambio de las imprecisiones que trasmiten. No obstante mi vehemente deseo de ser cortés y hospitalario, va a ser forzoso no recibir informadores extranjeros sin tener antes toda suerte de garantia respecto a su preparación en segundo de español.
Le saluda afectuosamente su amigo, José Ortega y Gasset unos gobernantes durante la anécdota de un par de años. Ya a estas horas, en estas elecciones, aunque los electores todavía torpes, envían al Parlamento gentes en buena parte tan indeseables como las anteriores, han sentido que actuaban sobre el cuerpo nacional, han despertado a la conciencia de que se trataba de su propio destino.
no han votado por y para la Nación, sino movidas reactivamente por intereses particulares, de orden material o de orden espiritual, la propiedad o la religión para el caso da lo mismo, porque amDos intereses, aunque sean arises.
particulares, no son la Mas por ahí se empieza, es el aprendila política que termina descubriendo la Nación como el más auténtico, más concreto y más decisivo interés político, porque es el interés de todos.
Muchas veces, una de ellas en plena Dictadura, he afirmado que la República es el único régimen que automáticamente se corrige a sí mismo, y en consecuencia, no tolera su propia falsifica ción. La República, o expresa una realidad nacional. o no puede vivir.
República es, quiérase no, sinceridad histórica, y ésa es la suprema fuerza a que puede llegar un pueblo. Cuando éste la conquistado su propia sinceridad, cuando cobra esa radical conciencia de sí mismo, nada ni nadie se de poner enfrente. Las Monarquias fácilmente se convierten en máscaras que un pueblo se pone a sí mismo y no le dejan verse y sentirse y ser y a lo mejor bajo el antifaz remilgado de una Corte se van muriendo y pudriendo por dentro.
Esténse, pues, quedos los monárquicos.
Tenemos profundo derecho, qué diablo derecho! tenemos inexcusable obligación los españoles de hacer a fondo la experiencia esta experiencia es larga como todo lo que posee dimensiones históricas. Tienen que pasar muchas cosas.
que tenía que pasar era que vomitasen las llamadas izquierdas todas las neades que tenían en el vientre. Que esto haya acontecido es es ya un avance y una ganancia, no pura pérdida.
Ahora que van a practicar la misma operación con las suyas las llamadas derechas. Luego, España, si desde ahora la preparamos, tomará la via ascendente.
Como tenemos, pues, la obligación de hacer esa gran experiencia, sépanlo, estamos resueltos a defender la República Yo también Sin desplantes ni aspavientos, que detesto.
Pero conste: yo también. Yo, que apenas si cruzo la palabra con esos hombres que han go bernado estos años, algunos de los cuales me parecen no ya jabalíes, sino rinocerontes.
Pero ¿qué queríais, españoles. Qué hubiesen estado ahí esperando, armados de punta en blanco, hombres maravillosos para gobernaros? Pero ¿qué habiais hecho antes para tener esos hombres. Creéis que esas cosas se regalan.
que lograrlas no supone dolores, esfuerrepublicana. Lo primero pasará hay que hacer