322 REPERTORIO AMERICANO can de rarezas de carácter o monomanías de sabios.
Entre las rarezas de Santiago Ramón y Cajal se ha destacado frecuentemente una modestia extraordinaria y un retraimiento exagerado para cuanto significase vanagloria o atisbo alguno de réclame. Una vez que le Cajal.
propósito de abandonar para siempre mis ambiciones artísticas, dorado ensueño de mi juventud, y lanzarme osadamente al palenque internacional de la investigación biológica. Mi fuerza fué el sentimiento patriótico; mi norte, el ennoblecimiento de la toga universitaria; mi ideal, aumentar el caudal de ideas españolas circulantes por el mundo, granjeando respeto y simpatías para nuestra ciencia, colaborando, en fin, en la grandiosa empresa de descubrir la Naturaleza, que es tanto como descubrirnos a nosotros mismos.
Eso hizo, en efecto, como ninguno, y eso, conforme a la divisa heráldica, es vivir de tal suerte, que vivo queda en la muerte.
Todo en Española honor de la Sociedad Los honores que recibió siguen pregonando la excelencia de su obra. Era el histólogo, doctor honoris causa por las Universidades de Wersburgo, de Cambridge y de París. Académico de la y de la de Medicina, de la de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, de Madrid; académico honorario de la de Ciencias de Budapest; miembro de Española de Física y Química, ex presidente de la Sociedad Española de Historia Natural, Foreing member of the Royal Society of London. miembro correspondiente del Instituto de Francia, agraciado con el mio Faurelle por la Sociedad de Antropologia de Paris, premiado por la Real Academia de Ciencias de Berlín cor la medalla de Helmohtz, miembro correspondiente de las Sociedades Físicoquímicas de Wurzburgo, de Ciencias Médicas de Lisboa y de la de Medicina de Berlín; agraciado con el bel y con la medalla Echegaray, miembro de Corporaciones científicas de las primeras naciones de Europa y América, doctor en leyes honoris causa por la Universidad de Clark (Worcester. comendador de la Legión de Honor y de la orden alemana por el Mérito.
catedrático jubilado de Histología de la Universidad Central, presidente de la Junta de Ampliación de Estudios In vestigaciones Científicas. estos honores y títulos hay que añadir muchos más.
En cuanto a sus libros y monografías del sabio cerca de trescicntos. el mundo del saber los ha consagrado en todos los idiomas de Europa.
En este instante acerbo en que asistimos a la pérdida por Españia del más grande de sus hijos, cómo recapitular ni aun ordenar juicios ni memorias?
El llanto turba el discernimiento y sólo de la abundancia del corazón escribe la ha ido con Cajal. qué haz de luces, y de energias, y de ejemplos! No es hora de decirlo en la forma adecuada.
Harto apesadumbrados los españoles por las preocupaciones de una dramática actualidad, dificil mente se darian cuenta al exponerla en su severa simplicidad de la obra magnifica que este hombre ha cumplido.
Dejémonos, pues, de la técnica y de la ciencia Estos valores universales requieren para su apreciación mesurada para que de esta misma mesura surgiera, en este caso, la admiración y el estupor un cierto sosie.
go de la mente colectiva de la nación. Dejémonos de la técnica y de la ciencia. Era ésta en Cajal el resultado natural esto es, simple, sencillo de una secreta actividad movida por la fe. Como los grandes rios que fecundan las tierras lejanas brotan en lo alto de las sierras, en manantiales recatados y perennes, y luego se nutren de to das las nieves y de todas las liuvias que caen sobre el suelo sediento de la Patria, asíla empresa gigante de Cajal fluye, enriquecida luego por las aportaciones de un innienso trabajo propio y ajeno, desde el recóndito seno de su personaildad humana, animada por un impulso inextinguible, que en sus fuentes más hondas nacía del rencor contra una historia inmerecida por su país, del encono contra un mito de incapacidad que nabía que destruir con un gesto creador.
Es la grandeza de ese gesto lo que conmueve nuestro ánimo. Para comprenderlo, claro está, hay que conocer la magnitud del propósito, la pobreza de los medios, las dificultades del ambiente, el obstáculo de la indiferencia, la hostilidad de los extraños, la solidez de los resultados, el tardio acatamiento del mundo entero a este esfuerzo mag.
nánimo coronado por el éxito. Pero el conocimiento de todos estos factores positivos y negativos del triunfo científico de Cajal no nos da todavía la medida de aquel impulso primario, del impetu contenido de aquella voluntad asentada frenéticamente sobre un amor entrañable, con aquella forma especifica del querer que es peculiar de algunos espiritus próceres.
Este fué Cajai. Este ha sido por encima de todo Sus desdeñosas rebeldias contra la mediocridad cuando participaba en la guerra de Cuba; su esquiva soledad de trabajador silencioso más tarde, en las Universidades de Zaragoza, de Barcelona, de Madrid sus raptus polémicos, ardorosos y lanci.
nantes flechas a veces, a veces martillosu persistencia en los temas escogidos hasta demenuzarlos, desentrañarlos, desintegrarlos, hasta llegar a la esencia de las cosas; todo esto y mucho más no fué otra cosa sino un propósito inquebrantable de imponer el nombre de España en el mundo con una obra merecedora del asentimiento universal.
Este amor de España es su grandeza.
Sépanlo así los españoles en esta hora en que parecen desgarrarse tantas cosas y en que Se abre quizá el cauce fecundo para une renovada vida nacional. Sépanlo y sientan todos, en la dolorosa emoción de haberlo perdido, la resonancia intima de la suprema virtud de este ejemplo.
Gustavo Pittaluga (Viene de la página anterior)
sus horas de dolor, en la gloria universale indiscutida de su grande hombre. Cada vez que la pasión la fatalidad nos ponía en trance de angustia o de depresión recordabamos que había nacido entre nosotros ien la misma tierra del guerrillero y del politico! un hombre que paseaba por el mundo su cabeza serena bajo una gloria abrumadora, sin rencor de nadie, sin envidia de nadie, sin que nadie se atreviese, dentro ni fuera de la Patria, a poner un acento de critica a la magnitud de su obra.
torno suyo han sido alabanzas y glorificaciones, y ya no queda nada por decir.
Pero basta con decir que muerto para que sobre toda la literatura. Ya no tenemos a Cajal Su obra, es cierto, será eterna.
Mas nos era necesaria su presencia viva para que los españoles nos diésemos cuenta de que entre nosotros podia alentar, vivir y crear un hombre vaciado en los moldes universales.
Nuestra historia está cargada de gloriosos recuerdos, que cada vez nos obligan más y más. Necesitamos también un presente vitro y robusto para seguir adelante con tanta carga sobre los hombros. esto ha sido para nosotros Cajal: no el grande hombre cuya historia desfila, entre mil más por el panteón de los recuerdos insignes, sino un conductor que nos hablaba y los enseñaba directamente, obligándonos a creer en hoy y a mirar al futuro con fervorosa esperanza No sabrán nunca las gentes, que han oido tantas veces la glorificación de este nombre, lo que realmente representa en la hora actual de Españía. Su actividad cientifica se dedicó a un sector muy particular de la biologia. Fueron pocos relativamente los quo le leyeron Las promociones de estudiantes pasaban por su lado cuando, apenas entrados en las aulas, les faltaba la gravedad necesaria para entenderle. Sus discípulos directos fueron unas cuantas docenas a lo largo de su vida de obstinada labor. Y, sin embargo, puede afirmarse que a la sombra de este formidable creador se han formado las generaciones actuales del alma española, incluso aquellas que nada tuvieron que ver con la biologia. Como la luz del dia, iluminaba a todos la de su genio, a los próxintos y a los lejanos, sin que nadie tuviera que preguntar de dónde venía.
La gran preocupación de Cajal fué crear la España científica; preocupación de raiz paralela a las de Costa, pero infinitamente más eficaz, porque el gran maestro de to.
dos no sólo predicó y con qué elocuencia!
sino que nos dió el ejemplo del trabajo tenaz y diario, del derroche de las horas por lograr un hallazgo que no valdría al día siguiente ni dinero ni aplausos, sino pura satisfacción de haber visto la cara a la Verdad.
grande o pequeña.
El primer destello de la gloria de Cajal sirvió de alivio a España en su hora de mayor dolor en el pasado siglo, cuando perdimos nuestras últimas colonias. Ahora se extingue, quizá cuando la necesitamos con una urgencia parecida. Pero nos deja su ejemplo de serenidad, de ciesinterés, de patriotismo, de orgullo de nuestra historia y de conciencia de la responsabilidad de continuarla. La patria escribia no es sólo espacio, sino tiempo; no sólo hogar y terruño, sino pasado y porvenir. Qué consuelo si su muerte tuviera la vir.
tud de infundir esta heroica medicina en el alma borrascosa de los españoles de hoy! Marañón premio Nópluma.
Más que quitarle la vida, ha otorgado Dios a Cajal la muerte, en cuanto la muerte es resurrección y vida imperecedera. Cajal le han sido atribuídas multitud de rarezas. Se ha dicho que todos los sabios se distinguen de los demás mortales, no sólo por su ciencia, sino también por lo que los profanos califiEs difícil decir el dolor que siente un español ante la muerte de Cajal sin que las palabras más conmovidas no parezcan lugares comunes. Hace casi medio siglo que España tenia la costumbre de recostarse, en