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REPERTORIO AMERICANO SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA San losé, Costa Rica 1934 Sábado 25 de Agosto Tomo XXIX Núm. Año XVI. No. 696 Carlos Marx y la acción del proletariado (1)
César Borgia y el nacionalsocialismo Una página memorable Madame Curie El hombre en Wells.
La autobiografia de Wells SUMARIO Albert! mi turpial El Estado es una necesidad y no una dramaturgia Maquiavelo El autocrata Poesias inéditas.
Ogier Preteceille Libros y autores Luis Calvo Lorenzo Riber, sobre una epistola de Horacio Magon Juan del Camino Romulo Tovar Hernán Zamora Elizondo Pedro Mourlane Michelena Carlos Marx y la acción del proletariado Por ALBERTI De Cursos y Conferencias, excelente revista del Colegio Libre de Estudios Superiores. Buenos Aires MARX Cuando Marx abandonó el 17 de marzo de 1843 el cargo de principal redactor de la Gaceta Renana. hubiera sido imposible adivinar la significación que su nombre alcanzaría en el transcurso del tierr po. Quiso mantener en la redacción de la Gaceta la honestidad intelectual que ya era su norma y que no abandonó jamás en su lerga vida de estudioso, y esta actitud apresuró su alejamiento.
Su posición en la Gaceta Rena na se tornó muy pronto incómoda. Fundada por la burguesía renana, que quería tener su propio periódico, la acechaba sin descanso la censura, que poco atenuaba la disposición de sus fundadores a transigir con sus dictados. El impulso lo daban los redactores, en tre los cuales figuraba Marx, y esto es lo tido a la censura. El censor adno pasaba inadver mira grandemente a este brillante e inteligente publicista que elude ábilmente la censura, pero continúa denunciándole, ahora no a la redacción sino al de accionistas que subvencionan el periódico. Marx no modera sus opiniones es sometida a doble ceases ra. Durante este período de agonía, en capilla ya, tenemos doble censura eshombre honorable, está bajo la censura de von Gerlach, presidente del gobierno del Rin, un mentecato sin más virtud que la pasiva. Una vez com puesto el periódico hay que presentarlo a la rariz policíaca para que lo huela, y si ventea en él algo que no parezca cristiano el periódico no sale a la calle.
Comienzan los accionistas por inquieinsisten ante Marx me sea para más prudente a fin de evitar cuestiones desagradables. Marx prueba que toda tentativa de moderación no conducirá nada, que el gobierno no reducirá su intransigencia. Finalmente entrega su renuncia, casi satisfecho de la ocasión que se le presenta para abandonar el trabajo periodístico, en el cual es tan riores no le permitían dar el me nor juicio sobre el contenido de esas tendencias francesas, pero al mismo tiempo protestaba contra la ignorancia que permitía resolver cuestiones de tal trascendencia sin ninguna seriedad.
Moisés Hess parece ser el primero que vió en el comunismo el desarrollo lógico de la filosofía hegeliana y el que en 1842 inició a Engels en él. Pero ni Moisés Hess ni Carlos Grün comprendieron acer tadamente el socialismo francés, por cuanto para ellos no era la expresión literaria de una lucha económica de clases, sino una especu lación ideológica sobre la naturale za humana. Más que a su verdadero contenido, se asieron a las artificiosas construcciones sociales del utopismo, pero no se detuvieron a considerar su crítica implacable de la sociedad burguesa, tan celebrada más tarde por Engels en lo que respecta a Se interesaron mucho más por los errores filosóficos de Proudhon que por sus investigaciones económicas. Años después Carlos Grün trató de iniciar a Proudhon en los misterios de la filoso fía hegeliana, lo que hizo decir a Marx. que también discutió largamente con Proudhón) que Grün tenía sobre el la ventaja de no entender nada de lo que enseñaba La preparación de Marx y el ambiente en que se había formado lo libraban de caer en los extravíos de Grün y de Hess. Nunca fué utopista. Tempranamente se habían insinuado en él los vestigios de su orientación futura y no pasaron muchos años sin que se confirmara la promesa En unas no tas de colegial sobre la elección de profesión, manifestaba que los jóvenes no puederminan sus condiciones de naciescogerla libremente porque la miento ambiente en el cual van creciendo, los cuales influyen, en un sen tido general, sobre su misma concepción del mundo. si bien no se debe atri Fourie a grupo y la Gaceta difícil eludir el riesgo de la improvisa ción, y vuelve a su gabinete de trabajo.
Con la renuncia de Marx, el censor informó a Berlín que podía tolerar sin miedo alguno la aparición del periódico, lo que significa un gran elogio para Marx; pero ni siquiera así pudo subsistir la Gaceta mucho tiempo.
De los trabajos de Marx en la Gace ta se destacan, según el mismo lo ha dicho, los que dedicó a la situación de los campesinos de Mosela y a los debates sobre el librecambio y la protección, que lo llevaron a ocuparse de cuestiones económicas. Pero lo más significativo de esa época para el pensamiento de Marx que nosotros estudiamos, es su primer contacto con el comunismo. Algo de es to había rozado la Gaceta, aunque débilmente, al hacerse eco, por mediación de Moisés Hess también redactor principal del socialismo y del comunismo franceses. En esta ocasión Marx intervino en la polémica que se suscitó con un periódico reaccionario, pero hubo de confesar, con la probidad científica que lo caracterizaba, que sus estudios anteobediencia tarse que incipiente y