REPERTORIO AMERICANO 263 fué, con gen desed de simpatias, no trepida en su impulsadas Escuela joven de ilustre rama Escuela cando a va bien se puede reconocer en nuestro la selva del linaje próspero. De la tran de la necesidad de establecer una So compatriota un ascendiente poderoso en quilidad de su carisma volvió los ojos ciedad Patriótica que se llamaría la Es ios trabajos del prócer colombiano. Es hacia el mundo de Colonia, menesteroso cuela de la Concordia. Había, en antes, pejo era un hombre de cuarenta y dos de amplitudes nuevas la cultivado igual idea, sin darla forma de años y el joven Nariño estaba en viaje, tileza de sus dos estaturas, la del cuerpo avance, pero el Marqués la despertó apenas, hacia el primer meridiano de los y la del ánima, uno de los continuadofrente al paisaje de Santa Fe, al ordetreintas, loado por Fernando Gonza res más eficaces de las ideas del anun narse los recuerdos de la Patria, la aquilez en agridulces páginas. Nariño com ciador. Está en primera línea en sa cudida de 1809 y el reconocimiento de jatando su destino; premura del indige que se volvía denso de conciencia. La na desterrado y afán del noble criollo sus compañeros le unge con la elección conversación se mantendría en los meque se volvería cuando quisiese a su lar para Presidente de la Junta de Gobierjores límites de un intercambio que se de la iquisición y el lauro germinante.
no de Quito tiende en firmes paralelas y que, somEspejo quería la concordia porque ca En 1789 el Marqués de Selva Alegre si siempre la echó de menos. Concordia avanzar. al lado de Espejo llega a la formada a imagen de sus adelantados ciudad de Santa Fe de Boy de Nariño, Zea. Cuántas de las ideas gotá, por sus negocios particulares.
sueños no podría conseguir en el lustro para el cual le había señalado la vida que preocupaban a Nariño no serían aciEncuéntrase con Espejo y el calor de cateadas e por el doctor sus antiguas correspondencias alcanza Crearía la discordia, destruiría para de Santa Cruz Francisco Javier Eurofundizaban en la nayor vivacidad lejos de la Patria construir, pero no le aguardaba el reque y Espejo? Ambos debió acoger de modo tan distinto ai conocimiento de su obra. La de idea de la transformación francesa. No Toy al indio creador ia Concordia contó, en definitiva, sólo se trataría de una amistad de peripato, revoltoso. advenimien con sus dos socios fundadores: Espejo pero es es de creerse creerse que la plática de Es y el Marqués de Selva Alegre. En otro to, aplacaríase la oscura nostalgia de pejo removió en el joven colombiano los Espejo, quien llegó casi a creer que la tiempo alcanzará realidad el deseo de anhelos que frutecieron después en el Patria, lejos de aceptar sus oficios le mundo grancolombino. Narino tradujo, despedía de su amable sero y proscriciales establecimientos del Rey. Cierto en 1792, la Declaración de los derechos bía que con su rumbo adivinador, la desviapara siempre como arrepentida de haberio producido.
del hombre, tres años antes de que nues: rá hacia la concordia revolucionaria, tro indio cayera, sin sospecharlo, en el Entonces, del mismo fondo de la que guiándola por sendero de las Primi duro regazo carcelero, para salir, casi ja se levanta, por reacción, un empeño cias, mas no de conseguir la organizz desfalleciente, hacia el pobre lecho que el ferviente de proselitismo y Espejo y ción viva de promesa con la cual fandebía recibir su cuerpo para la disten Marqués plantean el organismo de la taseara a la diestra de su amigo el Mar ción sin latido. Entre los libros libertade la Concordia para que acerqués, en las veladas de Bogotá.
rios que se alineaban, como en escua a los quiteños, invitara a su seno Los quiteños creyeron ver en el inge dra de vanguardia, en estantería del los hijos de la Nueva Granada. Pare nio desaforado del doctor Espejo el inPrecursor colombiano, se halló un ejen cenos esta una anticipación precisa de dice de la discordia. Mas, de acercarse plar del Discurso de Espejo dirigido a la Anfictionía bolivariana. No sería en a su conexo sentimiento se apercibirían los quiteños, invitándoles a formar la tonces el plano del Istmo la sede de la de que aun en los módulos de su actiEscuela de la Concordia.
presagiada concordia, sino la quebradi ud displicente había madera concor za e historiada ciudad de Quito, cuyo dante. Haríase, por lo mismo, con su cielo, captador de varios horizontes, es cónclave formal Una sola luz de fraternidades ciertas guiador apoyo, el para cubierta de la fortaleza clarea en la vida de Espejo: el Marqués la cultura y la liberación de Quito. Asi y sorpresa del Marqués op demandose de Selva Alegre, don Juan Pío Montúfar.
lo creyó el Así florece el famoso discurso de Esbullir incesante.
Por lo para la No hay línea de asperezas diferenciales en el convivio de estos dos personajes.
pejo que ha de guardarse en la más ca venialidad de sus intemperancias, el iñosa antología de Quito y el Marqués, de su ideal último debía de ser Espejo aparecido por el desdeñado catrapeso con afecto mecénico, lo saca de las prenllejón del indigenismo y el Marqués. sas, en vestidura de propagación. Granaceptado como de validez incontrastable. All estaban el Espejo reflejador y azuleado de genealogías, dorado de he de alegría la del indio visionador de la el Marqués de Selva Alegre. Aquel, el ráldicas, escoltado de pergaminos. Pero posteridad, al ver esos pliegos impreesa selva alegre llega hacia esa otra discordante descontento o acedado, bussos. Ya viajarían, en letra de molde, selva que se dijera oscura no obstante cando el sustentáculo de la concordia la curiosidad despejadora del zapador algunas de sus páginas, con distinta for en ágil columna de nobleza despierta.
tuna de la de aquellas que pasaron has ert la por sobre la convexidad marina, en buscará con impaciencia el fla que rrer de su pluma el elogio entrañable del manuscrito trabajoso, destinado eso sí o recomponer. Pe Marqués, ese joven más ilustre por sus la perpetuidad de ro su identificación con el bien de la los archivos y a la virtudes patrióticas que por el esplen curiosidad de las revisiones.
ciudad nativa le fué lealmente concordor de su cuna. Menor que él con más pórea. Había en su operoso camino es de una decena de años, estuvo a su laEspejo se dirigía a la Muy Ilustre y pacio para sedar. Sólo el oído del Mar co, lo expresa él mismo, desde su niñez, Muy Leal Ciudad de Quito, represenqués recogería de difusa, de su in honrándole con su amistad. El tada por su Cabildo, Justicia y Regicomprendida profundidad, esa palabra ustentaba, sin vanidad, la fisonomía de miento, hablando a los quiteños acerca que debió de asombrar al currutaco su aristocracia: rostro enmarcado por cuando salía de sus labios desdeñosos con su forma de buida discordia, pero hasta los hombros; frente limpia y quie EN La Habana consigue el Repertorio con «Cultural Libreria Cervantes. Av.
con raíz concordante.
ta sin los surcos pronunciados de la de Italia 62. Augusto Arias contracción dolorosa severa; ojos tranquilos. claros, expresivos, leales; nariz de línea franca; mentón ligeramente redondeado.
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Para el retrato físico el anímico. ci Marques fué noble de veras. Su volunZapatillas, Carrieles, Etc. tad de oyente se inclinó al rumor lento puede ud. llevarlos en el color que armonice con su de las semillas aborígenes y en la tievestido. Trabajamos a base del SISTEMA GADI Tra removida por Espejo dejó caer más tarde, el sudor fructífero de su sangre de la casa norteamericana The Gadi Co.
que se hubiera podido oxigenar, en com TELEFONO NO. 3736 VICTOR CORDERO Cía. SAN JOSE, placida quietud, con los aires alegres de aguасего.
a su Pelcon