REPERTORIO AMERICANO 325 Para todo dolor desintegrado colectiva e individualmente. En este país donde aun hay coterráneos de Naveda, que desconocen los méritos de quien fué estimado por per sonalidades de la talla del Dr. Marañón, Ramón y Cajal, Carracido, Américo Castro, Rafael Altamira, Miguel de Una muno, Manuel Ugarte, José Vasconcelos, Fernando de los Ríos, Alvarez del Va llo, Fabra Ribas, y lo más alto de la in telectualidad española e hispanoamericana.
Abel Romeo Castillo Sevilla, 1932. Guayaquil, 1934.
AFIASPIRINA el producto de confianza A (BAYER EN TORNO NAVEDA habrá otra, muy dan ¡Tengo un amigo! se decía repetidamente, tembloroso de alegría el corazón, Juan Cristóbal. El que ha podido decir, como él: tengo un amigo! ha América Española ubérrima, fuerte, unigustado las más puras mieles de la vi da, segura de sí misma, mundo de bienda, ha podido descansar su fatiga en el aventuranzas donde la Humanidad publando y leal consejo, su inquietud en diera por fin reposar su cabeza fatigala simpatía, su anhelo en la colabora da Un día sabe que ha llegado Vasconción entera de otro ser. Porque la Amis celos a Madrid y que, como cualquier tad es la forma acendrada que toma el cstudiante, se aloja en un tercer piso de amor entre los de igual sexo.
la calle de Atocha. ya está subiendo Tengo un amigo. Cuántos hombres y bajando escaleras de una pensión, de que en realidad de verdad pue la de todas, hasta dar con su dan decir lo mismo? Amigos que no lo héroe.
son y fingen serlo, abundan; que com Hermosa frente. Parece un cho parten las horas felices, las realidades lo de mi tierra comentaba con aire amables, los proyecto lisonjeros y remu neradores, abundan; de orgullo poco después, enjugándose que en el festear se la frente sudorosa. los ojos brillantes, hacen siempre presentes, abundan; que encendidos con luz misteriosa allá, son diestros en hurgar los ajenos pen adentro, soñaban con su América leja samientos, pero no para prestarse a ser na, la verdadera novia de su juventud.
virlos sino para servirse de ellos en cl propio medro, abundan; que se acercan ¿Qué fué su juventud?
a uno vestida su faz con la mejor son En la alta noche callada los ojos in risa, pero disfrazando así la denuncia somnes escrutan la oscuridad circundanque pugna por hacer su corazón, abun te y se obstinan en abrir brecha en la oscuridad interior. Sólo el palpitar del Poder confiarse al amigo, poder darle corazón interrumpe el dolorido monóloiealmente todo nuestro pensamiento rc go. Revolverse en el lecho inútil. La macién nacido, indefenso y débil; recibir de tibia del sueño, huída de vuestros él el suyo en un cambio sin reservas pa párpados febriles.
imen la savia mejor de Luego, al despuntar la mañana, con nuestro espíritu; dar, compartir, colabo el primer sol, estar ya encarado con el rar: y poner en lo ajeno la misma vo libro o la cuartilla sufriente. leer, luntad sincera que en lo propio, porque leer. Escribir, escribir. El amigo frívose es amigo y porque lo quiere el amilo que llega a buscaros no os encuentra go. Oh, Amistad, dulce sonrisa de la El poseído por la inquietud, siempre vida!
Con éste oh Amistad, dulce y eterna Mas el pobre amigo de ojos asorncéis sin nunca acabar el ovillo de oro brados, como si presintiera en cada re de vuestras dudas, de las que por las codo de la Vida a la Muerte; el pobre noches os roen ojos y durante el día César Naveda ya se fué, ya abandoos arañan la frente. ir con el Aminó en barca presurosa esta orilla go por los caminos solitarios, por los ya se dio a navegar. Hacia dónde. ateneos eos henchidos de vociferaciones Ahora todo es sentirlo ausente, todo doctas, por las academias solemnes, por es recordarlo. Su inquieto, su devorador las exposiciones de arte y por las uniespíritu, tan lleno de magníficos sueños por los cenáculos, buscan que quería regar sobre el mundo hispá do. buscando qué?
nico, como un sembrador de estrellas. Qué buscas?
Su sed de conocerlo todo, tierras y nue No sé. Si lo supiera, lo encontraría.
blos, libros y paisajes. siempre andar, Buscándose uno a sí mismo. Eso, busquerer soñar, sin punto de reposo. Car carse uno a sí mismo sin tregua, tratar da carta y cada postal, con el aroma de un nuevo clima, desde un distinto me ridiano. Sobre el libro de anatomía, tra SE COMPRA Prosa (Cuentos y crónicas. zar las cuartillas de un artículo político Amor y lágrimas (Poesias escogidas. del mismo para el periódico. Hablar a la amiga, no autor. Ambos libritos editados en la COLECCIÓN ARIEL, San José de Costa Rica, Nos. y 13 de dicha serie.
de amor, sino del espejismo de una Entenderse con el Adr. del Rep. Am. en esta ciudad.
de sacar a luz lo que de sí mismo hay en todo, lo mejor de uno mismo. no es eso ser joven? Hasta ahora comprend nos exactamente la frase preñada de scntido, de Goethe: para ser pesimista, hay que ser joven. Porque la juventud es la hora mala de la la búsqueda y la madurez la del encuentro, para los que a tiempo sufrieron la fiebre de buscar, para los que saben lo que es el bus car gimiendo. de Pascal.
la madurez lo que él no llegó a alcanzar; la madurez que es el signo con que Dios señala a los afortunados.
Madurez del espíritu, en que los sueños se definen, las ideas se hacen sobrias, la vida entera halla su norte verdadero y se dispara por fin hacia él como la flecha al blanco, César Nevada fué un infortunado. No vió cumplirse ninguno de sus sueños, ni siquiera vió cómo recibían sus sueños el el homenaje de su ac ción madura. La La casa, la mujer, el jo; la creadora al servicio de los ideales, la vida al servicio del Ecuador, Hispanoamérica de España, de la humanidad, todo lo que él soñaba, en sueño sólo quedó. No tuvo tiempo de más, vida se acabó demasiado aprisa. Vida de afanes dolorosos por la tensión aguda a que lo sometían; vida de siembra constante para cosechar después. Se emborracho de sí mismo y no llegó a cosechar nada.
Pero sí, Cosechó la Amistad. La es más luminosa de una vida es la Amistad. Quien fué capaz de hacer un Amigo, ces dudoso que tuvo todas las bellezas del corazón y todos los brillos del espíritu. Pobre amigo César Naveda. Pobre Amigo! Desde allí, desde donde hoy moras en perenne reposo, siga siendo tu Amistad nuestra amante compañera.
Raúl Carranca y Trujillo.
México, mayo, 1938.
acción TO ra tela versidades Como Presidente y fundador de la Federación Universitaria Hispanoameri cana, César Augusto Naveda Avalos, hizo papel descollante entre 1920 1929.
Por su generoso esfuerzo en favor de ideales superiores, por su talento brillante y vivaz y por la especial modalidad del carácter que le llevó a sacrificar los