EDITOR: Garcia Monge REPERTORIO AMERICANO 10:40 Representante an Hispanoamérica: Altrado Piñeyro Teller EXTERIOR: El mestre 1150 (Elafo, 18. 000 Giro bancario sobre Nueva York Correos Letra Suscrición mensual: 00 SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA Desde que Garrison fundó su Liberator no hubo paz en la Unión: cómo crecen las ideas en la tierral José Marh.
Hudson y la Naturaleza intangible cias frases su genio Por EMILIANO MAC DONAGH De Numero. Buenos Aires Son tres los testimonios sobre en un gustador de la crueldad, en Hudson: el de su obra, el de Morun individuo que tuviese la frialley Roberts, el de Edward Gardad de pintar el sufrimiento para nett.
sugerir que es inevitable y que su Roberts pretende librarnos la inúnico remedio inteligente es inten timidad de amigo: Garnett quiesificar el sufrimiento, para que se re convencer a sus lectores de que resuelva en algo. Pero quien ha su amigo es un genio. Roberts se leido a Hudson lo bastante como esfuerza por sacar de su memoria conocerle, comprende que la los testimonios que pueda ofrecer Pación fué maestra.
Se está en para mostrar aquella grandeza en el punto justo de que el gran naturalista repela a su lector nuevo, empeña toda su ciencia de crítico cuando se comprende que esa es para que las obras de Hudson rinla única actitud po posible para un dan al lector el testimonio de cuán hombre cuyo secreto revela Gargrande fué quien las hizo.
La nett asi: La fascinación secreta obra de Hudson la tenemos a mano del modo de ver de Hudson, la y se nos la puede exaltar, a a fuerza fuerza real de su visión espiritual, de análisis, de consideraciones, de surge de su negativa a separar la sugestiones. Pero la vida cotidiavida del hombre de la vida de la na necesita sernos nos evocada a tra naturaleza.
vés de muchas anécdotas, de mu Cuando el polluelo del cueille de sabias, cia Hudson en aquella páginn) arroja para que se la tenga por grande Mientras la beCuarto en la calle No. 49 Luke Road, en el que fuera los polluelos de los nidos que es lla obra de letras Hudson trabajo y murid tan en árboles, cercos, matorrales, y puede no tener canaverales, las victimas, por lo gene una sola bella frase, la vida tiene la ral caen desde cierta altura suelo, necesaria vulgaridad del gesto. del Fué importante para su obra futura o en el agua, y no son vistos ya mas por los rasgo, hasta del chiste. La vida del que el juicio de Garnett fuese conoci padres Aqui el pequefio petirrojo, al ser más distinguido vividor. como ser Os do por Hudson. Era un juicio inteli expulsado, cayó a una distancia de apenas car Wilde (de quien se dijo que puso gente, que desentrañaba principios en cinco o seis pulgadas, y quedó en una hoja en vida y sólo su talento en sus obras. es menos fina que más de donde parecía no haberlos, y es de pensar nncha, de un verde brillante, sobre la que lo que significaba para un autor de esera un objeto sobremanera conspicuo; y cuanuna de sus páginas de arte porque en do la madre del petirrojo estaba en su nido caso éxito, ser manifestado en sus inno hay un ademán. La intimidad. y entonces estaba en el la mayor parte del de Hudson en su vejez, en la evocación tenciones por un crítico así.
tiempo. calentando aquella su criatura esde Roberts, no reluce como de genio.
puria, cueri negra, con algo de sapo, sus ojos brillantes, inteligentes, estaban miran.
Pero las materias en que se le hace opi La influencia muy especial de este do plenamente al otro, que estaba justamennar y el relator, no son como para fiar juicio en los primeros años, se explica, te debajo suyo, que ella habia originado en nos. Garnett sobresale porque prueba: su cuerpo, y habia incubado con su calor, el otro relata.
porque Garnett, como en una iluminay era de su propio ser. La espié durante ción, aceptaba las doctrinas de Hudson la espi La obra misma de Hudson nos ensecuando calentaba al cuchillo, sobre la naturaleza. Garnett sostenía cuando dejaba el nido, y cuando volvía con ña: pero más sobre su cabeza que sobre su historia. Sabemos que no todo cuanque desde entonces era preciso sentir convida, y de nuevo lo calentaba: y ni una que esa naturaleza era verdadera. y. sola vez presto la menor atención al expulto dijo fué para que le conociésemos.
sado que estaba echado tan cerca de ella.
Que le creyésemos, sí, pero para escamás, que todo arte deseoso de reflejar Ahí, en su verde hoja, se quedó, enfriando.
pársenos mejor. El encornio de Garla debía inspirarse en tales doctrinas se de a poco, hora por hora, inmóvil, excepnett es asi más probante porque es exmoverse por tales sentimientos Las to cuando levantaba su cabeza como para terior: se basa en lo cierto, es decir, lo otras naturalezas eran falsas: porque no recibir comida, y luego la dejaba caer otra hecho.
estaban bien sentidas. Pero cada artis vez, y cuando, por intervalos, torcia el cuer.
Hudson conoció a Garnett cuando fue ta debía buscar por sí mismo la naturapo, como queriendo moverse. Durante atardecer aun esos ligeros movimientos cea enterarse del destino de un manuscri leza, sólo que la clave ya estaba dada.
El crítico hacía triunfar al artista: y saron, aunque esa debilísima lama de vida to suyo, ofrecido a la casa editora Heino estaba extinguida; pero a In mañana es nemann de la cual Garnett era lector antes se le convertía en discípulo. taba muerto y frío y rigido; y justamente de originales. La obra de Hudson era El juicio publicado por Garnett sobre Isus brillantes ojos puestos en el nada menos que El Ombu y fué re1903 elegía por tema precisamente lo la petirrojo madre estaba asentada en el chazada, no por Garnett.
que fue distintivo de Hudson. la nido como antes, calentando su cuclillo pretenba que era una obra maestra, y se lo disión de hallar un espiritu en las accioAsi es Hudson. Claro que no siemjo a Hudson. El autor rechazado y elo nes aparentemente ciegas de la natura pre pinta eso. Pero eso lo pinta así. Si giado, le miró como podía hacerlo desleza Era para él el tema de esos años eso lo ve y nos lo hace ver, terminado de su estatura. su oficio se va a compadecer. Nos va como podía hacerlo y es seguro que el elogio del crítico le quien de nuevo fracasaba, sin un éxito sentó más como confirmación de sus a buscar un resquicio para emocionarde antes. Pero Garnett dejaba desde nos?
ideas que como apreciación de sus méese momento la editorial, y salieron con ritos literarios. Era el éxito de su geLo primero en Hudson es encontrar Hudson para almorzar juntos De alli nio, aunque no fuese el de sus libros. la causa de esa actitud incomprensible en adelante Hudson supo qué pensaba Garnett escogió un ejemplo de entre del pájaro.
sobre cuanto escribía él, un crítico pro los libros de Hudson. Quien no conocie Me parece que el caso hubiera aido difefesional, y no uno de los vulgares. se nada de nuestro autor, acaso pensase (Sigue en la página anterior)
en Este opina Imprenta LA TRIBUNA.