EDITOR: García Monge Correos: Letra Suscrición mensual: 00 REPERTORIO AMERICANO 10. 802 SEMANARIO DE CULTURA HISPÀNICA Desde que Garrison fundó su Liberator no hubo paz en la Unión: cómo crecen las ideas en la tierra José Marni.
Representanta en Hispanoamérica: Alfredo Piñeyro Téllez El año, 86. 00 o. am.
Giro bancario sobre Nueva York.
EXTERIOR: El semestre. 50 México en La Serpiente emplumada de Lawrence Por ORTIZ DE MONTELLANO Del excelente mensuario El Libro y el Pueblo. México, Lawrence Caricatura de Kapp su Conocí, fugazmente, a Lawrence cuando llegó a México después de recorrer dos Continentes en busca del hombre perfecto. Sus ojos claros, inquietos, como su conversación, tenían el ardor del fuego que consumía su cuerpo delgado y lacerado. Leí, des pués, sus novelas y algunos de sus poemas de amor. En las novelas este gé nero artístico que ha terminado, io siem pre lo fué. por ser una pedagogía del espíritu, un deseo de modelar la conducta y el valor último del hombre puso, Lawrence, todo su amor por la naturaleza y por la naturaleza del amor que fueron, siempre, sus preocupaciones csenciales. Lo admirable, lo artístico de su estilo, morboso si se juzga por la su perficie y sin sensibilidad comprensiva, para tratar el tema suyo de las relaciones sexuales (recuérdese El Amante de Lady Chaterlay. es la castidad y la pureza con que, sin mezclarlo ni reprimirlo, enaltece el instinto primitivo, na tural y físico de la creación.
Enemigo del intelectualismo exacer bado que por oposición al instinto o por represión, ya que superarlo es su fru to más difícil, ha hecho del hombre mo: derno un paciente de Freud, Lawrence visitó Australia y después México en donde probablemente esperaba encon trar el otro cabo de sus inquietudes: al hombre instintivo. En Australia, por ser un pueblo inmigrado en un continente virginal, en México, por ser un pueblo indígena y turbulento.
La sensibilidad de Lawrence se goza ba en descubrir mundos invisibles en el paisaje, en la atmósfera en las cosas que rodean al hombre sin que éste se apercibiere. De allí el tono siempre poético de sus novelas como podríamos señalarlo para Gabriel Miró en nuestro idioma pero sin que fuera en Lawrense una simple necesidad metafórica o retórica sino de partida y base pa ra el complemento de sus héroes, de sus acciones y conflictos, porque en la for ma y el desarrollo general de sus novelas sigue, sin alterarlos visiblemente, los procedimientos de la novela tradicional.
De las obras de Lawrence La Serpiente Emplumada es algo más que una novela por su ritmo, por sus alucinacio nes, por el contacto misterioso con la naturaleza y por la simbolización poemática de sus personajes. En esta obra reunió, quizás con mayor unidad, todas las características, las preocupaciones y la sensibilidad de su espíritu creador.
En sus páginas descubrimos, por el contraste entre Kate, la protagonista inglesa y Cipriano Ramón, los personajes mexicanos, todo el conflicto entre el espíritu y el instinto que norman la obra lawrenciana. No se piense que el ins Artista de grandes y nuevas concep ciones, porque aunque se piense que nada hay nuevo bajo el sol, para el ar tista el mundo cambia incesantemente, Lawrence abandona la perfección for mal, si no le sirve para expresarse, y lo gra que sus novelas sean abundantes, lentas y, a veces, descuidadas, pero siempre ricas de lo que es en esencia la novela como género creador.
México, en los últimos años, ha interesado vivamente a muchos grandes es critores extranjeros que nos han visitado y que después escriben, con la libertad propia del escritor y a su manera, sus inpresiones sobre nuestro país.
Lawrence en La Serpiente Emplumada descubrió el México que los mexicanos tratamos de destruír. Es decir, vió nuestra realidad con su fina mente de creador con la sinceridad que le prestaba su calidad de poeta. hombre que conscientemente se da cuenta de su verdadera naturaleza. En su favor podemos señalar sus esfuerzos constantes por determinar, en otras obras suyas, ia realidad del hombre en Inglaterra su patria más por sus defectos que por sus virtudes. El paisaje de México, es decir, lo sensible de la naturaleza en México: el hombre de la ciudad y el campesino indígena; el problema fundamental de nuestra historia como lucha religiosa y la comprensión y el conocimiento profundo del alma indígena, datos principales para la construcción de su novela mexicana, comprueban mi afirmación.
Procuremos no indignarnos cuando en su novela organiza una nueva religión inspirada en los mitos indígenas: Quetzalcóatl y Huitzilopóxtli, encarnados en los dos protagonistas de La Serpiente Emplumada. Lawrence es un artista, no un político; y no será fácil que alrededor del lago de Chapala, principal es cenario de la obra, se realice el pensa miento de Lawrence. Pero quien quiera penetrar un poco en el alma indígena que nosotros tratamos de civilizar, en el misterio ritual de la vida del indio y en el misterio de la naturaleza que nos rodea, que siga, despacio y con cuidado, las páginas de La Serpiente Empluma da de Lawrence y que advierta la adivinación podríamos llamarlo así de la poesía que para nosotros calla en el alma del indígena y en el paisaje que lo nutre y que situando siempre la el ciclo de la obra de Lawrence y relacionándola con sus postulados, advier ta, si el lector preparado se da cuenta de la realidad que nos circunda, lo que el arte de Lawrence ha descubierto sin pasión de reformista de la verdad oculta de México y del mexicano en los siempre increíbles términos de la poesía.
tinto representara para Lawrence un aspecto inferior en la vida, en la verda dera vida, que el novelista quiere para el hombre, pues toda su obra no es más que el constante deseo de nivelar el hom bre y el monstruo, el ángel y el demonio, tema que desde Stevenson interesa a los escritores ingleses, guardando el equilibrio por una parte el espíritu, la conciencia, el alma y por otra el cuerpo, el instinto y lo que que es inconsciente, todo lo que pertenece a la tierra, to do lo que es misterioso.
En un campo distinto al del doctor Freud nuevo doctor Fausto Lawrence exalta y analiza el valor humano del instinto sexual, pero vayamos con cuidado al explicarnos sus ideas sobre est tema porque podríamos traicionar el puro afán de renovación y de estimación del instinto que preside el arte novelesco de Lawrence.
Ni pagano ni hedonista, su pensamienhuye de la propaganda del placer sexual tanto como de su divinización: En la actualidad, dice, es de mayor importan cia la comprensión plenamente consciente del instinto sexual que el acto mismo y más que propagandista o peda gogo de estas ideas construye en sus novelas el tipo humano de armonioso equilibrio que espera para un mundo fu turo porque hasta ahora, por lo menos en el mundo civilizado del europeo, el terror que siente el espíritu frente al cuerpo ha vuelto locos a innumerables mortales En el fondo de la obra de Lawrence y alrededor de este nudo central del instinto y el espíritu, se mueve una multitud de problemas religiosos, morales y metafísicos que no podríamos señalar en breve nota.
y todo punto obra en Imprenta LA TRIBUNA