Marx

192 REPERTORIO AMERICANO sin caminos ni posadas. Fabricó una pajiza: pero limpia y cómoda: juró tener siempre alimentos sanos y agua fresca para los pasajeros que transiten: yo fui a traer la que ves del riachuelo que corre en lo profundo de aquella barranca, y al volver me hirió la espina que me hace derramar lágrimas.
Las que viertes, dijo Tirreno, deben ser de gozo y alegría. Qué placer tan grande sufrir por hacer bien! Yo beso las que derramas. Ven. joven amable.
Ya he sacado la espina que te hería.
Ven: quiero conocer al padre que hizo voto tan útil a los hombres.
Tirreno caminó gozoso, penetrado de placer y al ver a Milón, Dios te conserve, le dijo, padre digno de Aminta, amigo del caminante. Enseñaste hospitalidad a tu hija: y Aminta sabe ejercerla. Yo te abrazo, anciano venerabie.
El cielo haga feliz a quien socorre a los infelices. Oh! Si los que viven en las ciudades tuvieran corazón sensible! No hay casa que no tenga fuentes. Los perros inútiles del rico tienen agua más abundante que los arrieros que le llevan alimentos, o los pobres que caminan para buscarlos José Cecilio del Valle Menalco cortó estacas de los árboles Radiografía del intelectual distinguido que resultó profesor sensato Por LUIS ALBERTO SANCHEZ Envio de EE Buenos Aires.
plantadas: Menalco Menalco había sufrido los rayos abrasadores del medio día en un campo sin agua, sin verdor, sin otros seres vivientes que arbustos secos, imágenes tris tes de la esterilidad y desolación.
Afectado de sensibilidad por los que sufren lo mismo que él había sufrido, su sueño había sido profundo como el de los hombres laboriosas que trabajan el dia entero. Pero despertó con la aurora, y su primera idea fué el sufrimiento de sus semejantes.
Era hermoso el día. Jamás se había visto otro más bello. Parece que la naturaleza rebosaba gozo por la acción que lo iba a distinguir.
más útiles y hojosos: hizo un haz pequeño de ellas, y poniéndolas a la espalda salió para el mercado a vender las frutas de su huerto.
Las iba plantando a orillas del camino, a proporción que avanzaba en él: las cercaba de espinos para que nadie se aproximase a quitarlas: y cuando terminó su trabajo, volviendo los ojos a las que eran Creced, decía, gérmenes tiernos, escondidos en las yemas de esas estacas; brotad, desarrollaos con las lluvias que comienzan en esta bella estación. Ya la atmósfera está hermosa y llena de vida. Mañana: el día siguiente, serán regadas las tierras con las aguas puras del cielo. Las estacas que he plantado serán árboles frondosos, poblados de hojas verdes, cubiertos de frutas sabrosas como las que llevo.
Los pájaros vendrán alegres a posar en ellos y cantar sus amores. El caminan te: mis hijos, Juanito y Tonito (delicias de mi pecho) cuando vayan al mercado a vender frutas no serán abrasados de calor: tendrán sombras que los refresquen, frutas que los regalen. Qué gozo tan puro el que penetra todo mi ser! Generaciones enteras van a sufrir menos, sólo por el trabajo pequeño de una hora Los ricos tienen alamedas para ir a regoldar después de mesas de vinos y manjares; y para los pobres que les llevan frutas regaladas no hay un árbol que de sombra. Con los fondos públicos: con las erogaciones de los vecinos se han hecho obras suntuosas; y mi abuelo, mi padre ni yo, vimos jamás gastar una moneda en alivio del caminante. Dios es padre universal de los infelices. Su bondad hará que esta hermosa estación sea más abundante que todas. Alejo, mi vecino, destinó un árbol de su huerta para dar frutas a los pasajeros indigentes. Ese árbol es el más copado, el que da manzanas más Yo tenía un profesor de Moral, en mi Universidad, allá por el año 18. Este profesor era desinteresado, espiritualista, bergsoniano. Creia que la libertad es un acto escondido en las reconditeces del yo profundo. pero vivía y actuaba Bergson lo dice en pleno yo superficial. nosotros también nos exigía que así viviéramos. El mundo no había sido creado por mandato divino, como reza la Biblia, porque eso no lo podía admitir su mentalidad teñida de positivismo: pero tampoco admitía su alta jerarquía intelectual que el mundo hubiera provenido de evolución tan prosaica como la que reseña Darwin y amplia Spencer; un sabio señor civilista no puede descender del mono, aunque acaso, haya genealogias menos elan vitai. Acuerdo entre la Biblia Darwina teoría que por lo transaccional debiera haber adoptado el simbólico pseudónimo de un nuevo escritor del Perú: Martin Adán (Darwin y Moisés. Mi profesor sabía de las últimas teorías filosóficas. No estoy seguro de que conociera directamente a Kant, pero, sí, a los comentaristas de Kant. De Marx una conocia las críticas, pero. podríamos afirmar que recorrió la vía crucis alucinante de su voluminoso Das Kapital y el estudio sorprendente sobre la Miseria de la Filosofía. Con todo, era ciertamente un poco honesto. No rehuyó hablarnos del materialismo histórico entre los métodos lógicos. de investigación, y aunque, sugestionado por los juicios de Filippo Macchi, refutara el materialismo histórico a causa de su monismo económico error crasísimo, pues tal monismo económico no existe, aunque si el predominio de lo económico y de la materia, discrepancia con Hegel y su Idea todopoderosa el primer trabajo que nos encomendó en su curso versaba sobre La Moral y el factor económico. Y, cosa curiosa, este espiritualista no desdeñaba ni lo utili tario, ni lo económico, sino antes bien relievaba la importancia de Bentham y de Marx, a quien había conocido estoy seguro a través de Labriola y Wilfredo Paretto. Se explica tal actitud.
De un lado, la época. Sin haber aparecido Einstein, ya existia el relativismo como doctrina metafisica, y, en La Contingence des lois de la Nature. Emile BANCO NACIONAL DE SEGUROS DEPARTAMENTO DE VIDA grandes.
Tirreno Tenemos el gusto de anunciar un nuevo beneficio con nuestras pólizas de seguro de vida INDEMNIZACION DOBLE en caso de la muerte accidental del asegurado Es decir, EL BANCO PAGARA EL DOBLE DE LA SUMA ASEGURADA, si la muerte sobreviene a causa de un accidente.
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Tirreno, labrador de edad, encontró llorando a Aminta. Qué bella era esta joven vestida con sencillez sin otras gracias que las del pudor, la inocencia y el asco. Mi padre, dijo Aminta, sufrió mucho atravesando esta costa bruta y salvaje,