REPERTORIO AMERICANO 248 Mi pueblo Colaboración. Costa Rica, octubre del 34. Madera de Amighetti De tal hombre surgió, con la naturalidad con que la flor brota de su capullo, el poeta.
Don Juan es el caso proverbial del hombre que ha nacido poeta. Podríamos hoy, desde un punto de vista pedantemente literario, hacer observaciones a la técnica de sus versos, a lo demodado de su retórica, a lo restringido de su repertorio lírico. Pero tengamos cuidado de no hacerlo y esto lo digo sobre todo para los más jóvenes. tengamos mucho cuidado de no juzgar a los poetas de una generación anterior con el cartabón de la siguiente. La actual habla siempre de una nueva sensibilidad, pero no olvidemos que cada generación fue nueva a su tiempo, y tuvo la suya; el paso de una generación literaria a otra inmediata es como el cambio de las modas: los trajes se ridiculizan al envejecer; mas, cuando los siglos han pasado, los trajes más viejos resurgen con un prestigio de leyenda una aureola de nostalgia que parecen estar mucho más allá de los accidentes del tiempo.
Yo pregunté si debía venir a la tribuna de levita, y me dijeron: No se usa más; venga usted de saco. Pero quién negará que en un drama histórico, si vemos aparecer a los conquistadores con armaduras, o a los hombres de la Emancipación con sus chorreras blancas sobre su frac de colores y sus corbatines altos en los cuellos solemnes, sentimos la emoción de lo que está totalmente fuera de los accidentes de la moda? eso, señores, asimismo ocurre con los ornamentos retóricos y ocurrirá con los versos de don Juan, cuando hayan pasado otros cincuenta años y la nueva sensibilidad de hoy sea vieja también. Cómo mo pedir que un hombre despertamiento lírico ocurre después de 1870, cante y hable como los jóvenes de la generación de Reissig. Mallarmé? Era natural que su sensibilidad romántica encontrara su acorde en los grandes poetas románticos de su raza y de su época. esos poetas españoles que él mismo ha nombrado como sus predilectos, fueron sus maestros, porque ellos daban la nota de afinación al sentimiento coetáneo.
El problema de exégesis no existe para afirmar quiénes fueron los iniciadores de don Juan como poeta, cuáles los que le mostraron el camino. Esos poetas son: Gustavo Becquer, el del idealismo erótico, a quien dedica una elegia: Zorrilla, el de las leyendas peninsulares, a quien dedica otra y Núñez de Arce, a quien don Juan exalta en prosa con una simpatía que nace de un espíritu semejante.
Sobre la muerte de Becquer, don Juan dice. Descontenta del cuerpo. En pos de apasionados imposibles. empapada en recuerdos sin imagen Vagaba su alma, triste. al morir el Zorrilla español, don Juan, dice. del aire salieron las estrofas Del viejo soberano. Su espíritu pasó sobre su España Como el ángel, los muertos despertando Mi pueblo es una lágrima, que no resbala, la campana rajada decidió dar las seis, pero siempre las da.
Siempre ha cumplido la campana con su obligación.
El pueblo no tiene habitantes y se ha muerto un niño, un farol se deshizo en llanto.
En el campanario viven un buho y un escorpión.
El pueblo es la antesala de la muerte y con la aurora nadie se levanta.
Una noche se vió una estrella entre la lluvia que se había vuelto dibujante a pluina.
Ayer la campana dió las seis y las dará mañana.
En aquel rancho de luz de cera se ha muerto un niño.
Max Jiménez ria de amor: ese mezclar las ideas de la muerte con las ideas de la vida; ese predominio del sentido musical de la poesía sobre su sentido plástico o escultórico Don Juan es más un auditivo que un visivo, y como visivo es más un pintor que un escultor, y como pintor es más que hombre que sugiere imáge.
nes por manchas de color, pues casi nunca dibuja. Si observamos, leyendo sus poemas, los lugares en que hay paisajes o figuras, comprobaremos que los temas están tratados así.
El Zorrilla cspañol es el evocador de las tradiciones españolas del Roman cero; el evocador de la leyenda del Cid, de los temas medioevales, conventuales, militares. Hay en el Zorrilla español, un ruído de armadura feudal y un olor a incienso en penumbras de templo, y una mezcla del honor y el valor, en continua evocación del pasado, para que perduren los hechos heroicos. Lo que hizo el Zorrilla español, es también lo que hizo el Zorrilla uruguayo: Donde dice El Cid. pongamos Artigas. donde dice Granada pongamos Tabaré. El escenario ha cambiado, son otras la arquitectura, el lugar, los trajes; y precisamente por eso, don Juan es un poeta del Uruguay, y no de España. Pero su técnica, su lenguaje, y sobre todo su actitud, su modo de contemplar las siluetas, de tal modo que en la lejanía del tiempo las figuras se esfumen y el hecho se transfigure en leyenda, tal es la postura de don Juan, análoga a la del poeta español; y con una sinceridad de emoción, que es siempre el fundamento de la verdadera poesía De Núñez de Arce, podríamos decir que el rasgo característico es el haber fundido en un solo ideal poético, el sentimiento religioso y la emoción patriótica Eso, que inspira los poemas de Núñez de Arce. hállase también en los de don Juan. Núñez de Arce no rehu ye la vida, se mezcla en la acción política: llega a ser ministro y gobernador: combate y poleniza por sus ideales, y cuando canta, compone odas o poemas que parecen arengas o discursos en verso. El predominio del patho oratorio sobre el verdadero pathos épico o líri.
co, es la característica de Núñez de Arce y es la característica de don Juan, que, por cierto, también refundió en un solo sentimiento la fe y la patria, y tarbién se mezcló a las luchas políticas en sus mocedades.
Según las ocasiones, los temas y los géneros, don Juan recuerda a alguno de esos tres poetas españoles; pero lo que salva su originalidad es el contenido humano de su obra, siempre sincera y entusiasta.
No creo que aquellos fueron superiores a don Juan; ellos sólo lo aventajaron en que hablaban desde una nación europea, lugar en que las cosas tienen siempre más resonancia. Destino de sacrificio es el que cabe siempre a los que trabajan por la cultura y la belleza de los paises sudamericanos: Don Juan habló desde un lugar en que todavía la palabra humana no alcanza resonancia mundial, porque el mundo está distraído.
cuyo en su homenaje a Núñez de Arce, don Juan, dice. Yo corono a la madre en la frente del hijo predilecto. Eso que en ella brilla es la huella del beso de tra patria española, que se ha hecho luz en su alma, fuego en sus estrofas y gloria en su vida y en su nombre. esos tres poetas españoles admiró don Juan, como los admiraron todos los poetas hispanoamericanos de su época, porque ellos traducían en verso castellano la sensibilidad romántica del siglo xix No es que el poeta uruguayo los imitara, sino que se les parecía, y bebía su inspiración en las mismas fuentes sentimentales. Goethe, Byron, Lamartine, Hugo, Musset, Foscolo han tenido la sensibilidad de su tiempo en Europa y hallaron resonancias en todo nuestro continente americano, pero la expresión lírica, desde la Argentina hasta Méjico, reconoce un parentesco con aquellos tres poetas españoles.
De Becquer tomó don Juan la afición por los asonantes en lugar de los consonantes: la imprecisión de forma en las imágenes; la figura, casi sin contornos, con irisaciones, desdibujada como la de ciertos pintores. Tomó también ese sentido del misterio recónditamente subjetivo, sobre todo en mate