Dos poemas 274 REPERTORIO AMERICANO sensibles para los europeos. Por puramente intelectual, la necesi que más me llama hoy la aten to plazo a la necesidad de retoreso hemos intentado establecer dad de ir de prisa es más bien da ción en la obra intelectual. nar a los goces del espiritu. entre intelectuales de todas las fina En cuanto a la autoridad. No le parece asimismo que Es posible que si responde.
naciones unos contactos y vineu resulta, en efecto, necesaria, y es la vida dura y tensa que lleva la sonrisa de Paul Valéry es los nuevos que atenúen las con subre todo la ausencia de ella lo nos ha de conducirnos en un cier. todo esperanzas al decirlo.
sccuencias del riesgo presente. de ahí, sin duda, la cooperación intelectual de de la Socieiad de las Naciones, el comité de cooperación europea, los Pen Clubs. Si. Se trata en el fondo de De Rocío de Sol. Envio del autor una misma idea de unión (de revnión, cuando menos) de elemenLATITUD AGRESTE POEMA EN UN ANGULO tos pertenecientes a las diversas ramas de la cultura.
Mediante De improviso me encuentro situado entre los árboles El invierno dejó en la montaña intercambios de de opiniones y me en la vigorosa soledad de mi destino.
un gran lirio de hielo.
diante la relación mutua nos pro. Crece el día como una rama resplandeciente de pájaros.
Por todas partes se ve saltar al viento, ponemos crear una especie de or El camino se inclina como un brazo den del espíritu. al cabo de agazaparse y bailar para coger la hierba o el agua de una sombra.
todos estos rodeos vengo a concomo los niños de la escuela.
Aqui estoy nacido como otro árbol ansioso o caer en torrente en el barranco, testar a la primera pregunta que en el verano pródigo de la tierra sureña.
o revolcarse en el pasto, usted me hizo: en las ultimas Una alegria suave me va llenando el rostro o morder el corazón de las cerezas reuniones celebradas en París he y a cada paso el viento me abraza y me retiene.
y después atar su cuerda mos acordado la fundación de El deseo se asoma a los ojos placentero a las alas de los pájaros.
una sociedad de estudio. Su fi con el deleite simple de no entregarse ni nalidad es intelectual estrictamen de temer le eterna madurez de las noches.
Los árboles han puesto flores nuevas te, y no politica. Digalo usted, El canto esta en todas partes que las palabras vienen en sus columpios verdes porque tiene mucha importancia. a escuchar el paisaje.
para que la mañana, Desde el comienzo de la entre En las manos nutridas de aromas sollozantes señorita vestida de muñeca, vista una pregunta me quema los corren los pensamientos y se agitan lo mismo venga a mecer sus sueños.
labios. Al despedirme de Paul que en los teclados, rebuscando el sonido.
Todo soy un poema que no encuentra su forma, El dia afina sus instrumentos Valéry me decido a hacerte: y las nubes ensayan sobre el valle Ha hablado ablado usted de los pe un cuadro de ángulos vivaces y líneas sonoras.
el concierto de la primera lluvia.
ligros que amenazan a la inteli No sé qué buscar en mi porque todo lo tengo ¿No cree usted que las y porque nada entrego.
Buen amigo labriego, nuevas condiciones de vida (la Mi condicion es simple conciencia de igualdad no puede usted decirme, necesidad de ir de prisa, el orden en regulares tonos, como hijo de la tierra. quién ha sembrado el campo de silencio?
necesario, la autoridad) aportan elementos útiles al espiritu?
Fernando Bin vignat De momento, no creo que lo hagan. Desde el punto de vista La Serena, Chile. 1984.
gencia Misión de las élites (Viene de la página anterior)
aumentan la conciencia del hombre o que tratan de ordenar la suma de los conocimientos humanos.
Luego añade: hasta el año 1914 había una certidumbre sobre el porvenir de la cultura. Existía una confianza que parecía inquebrantable en el desarrollo indefinido de los valores producto de la inteligencia. Ciertos principios daban la impresión de estar colocados por sobre todo intento contra cilos. Así, por ejemplo, ci de la libertad de los espíritus y el de la primacia de la investigación artística, filosófica o científica Las circunstancias que reinan desde la guerra europea parecen amenazar hasta la misma existencia de ese tipo europeo, tan rico y tan complejo, engendrado por los siglos. Además, las circunstancias políticas han hecho que en diversas regiones del mundo los intereses del Estado predominen sobre los del espritu. Aun desde el punto de vista puramente intelectual es indudable que algo así como un desorden generalizado ha invadido los dominios de la culLas observaciones de Paul Valéry son exactas. Pero si las asociaciones de las élites intelectuales aspiran a restaurar aquel prestigio y predominio que alcanzaron en los serenos, alcionados años que precedieron a 1914, es preciso, ante todo, investigar las causas de la situación producida después de la guerra.
Quiero apuntar una de ellas, porque, observador lejano, la miré nacer durante la guerra misma.
En el frencsi del conflicto los intelectuales de Europa no supieron, o no pudieron, o no quisieron mantenerse en la alta serenidad de sus dominios. Aquellas élites se transformaron en unidades que agitadas por las mismas pasiones de las masas pusiéronse al servicio de la política patriótica del inomento. Sus talentos, su saber, sus energías perdieron mucho de la nativa originalidad y no sólo descendieron a participar en el conflicto armado sino que trataron de colorar con los acusados tintes del nacionalismo principios que en otrora habían juzgado universalmente válidos. Como si asuzados por la política patriótica pusieron no poco empeño en el descrédito de la ciencia o de los métodos de sus vecinos. Los políticos actuaban; los intelectuales justificaban csos actos y cuando un intelectual protesta a la manera de Romain Rolland se ve compelido a vivir en el destierro voluntario. Qué empleo dieron los intelectuales a su predominio sobre las conciencias cultas de Europa. Diéronse acaso las manos a través de las fronteras para mantener en alto la urna sagrada de la cultura que parecía amenazada de muerte?
Las mutuas admiraciones de intelectuales nacidos en u otra orilla del Rhin se amortiguaban, desaparecían tornaban en desdén y encono, Los políticos y los militares absorbieron la atención de los pueblos no por la espiritual sudad de éstos, sino porque los intelectuales habían su Santo Imperio del Espíritu. Las ligas de los intelectuales serán ineficaces si su devoción por la cultura, arte, ciencia y filosofía no les pone por encima de ornos transitorios de las pasiones que ellos mismos por drían amenguar y aun hacer desaparecer si en vez de dejarse arrastrar por los impulsos separatistas y belicosos de las muchedumbres, se empeñasen en apaciguarlas, ilustrándolas, levantándolas a la visión de los grandes principios de la cultura humana que sólo puede tener base firme sobre los valores eternos.
Northwestern University. Chicago, III.
unamah tura.