2 su la vid, Un via hes. el destierro!
la serpiente.
328 REPERTORIO AMERICANO Fantasias sudamericanas Ante un entusiasmo de tan Confieso que la acometividad que demuestran algunos viajeKeyserling ticencias que Morand provoca ros occidentales frente al proentre sus lectores Air Indien blema de nuestro continente no Por JAIME TORRES BODET al elegir el avión para visitar me produce la misma irritación Envio del autor más de prisa lo que no quiere ver más de cerca y poder conni la misma alarma que advierfundir así, to en otros escritores. Sé dema el gracioso loop siado bien por experiencia pro ing the loop de una sola metáfora, todos los climas y todos pia. qué dificultades implica un los anacronismos. El alma de juicio de conjunto sobre la pro fundidad espiritual de un mun Keyserling, mucho menos clásique la de Morand en el sendo desconocido para no excusar tida tido un poco estrecho en de antemano todos los errores y Morand comprende a los clásique muchas de las caídas de un pensamiento cos: moralistas franceses del sipresuroso, en su gran yoría inteligente, pero no glo xvii, máximas de La Rochefoucauld siempre exento de parcialidad. retratos a lápiz Un siglo de independencia poli de La Bruyére o madame de tica llevamos vivido. más o meSévigné no quiere pasar por nos y todavía nosotros mismos América en un pájaro de lujo.
Las alas de la Compañía Aerono acertamos por completo a de cidir ni la dirección esencial de postal no le sirven. Lo que hay en él de bárbaro impetuoso y nuestra cultura, ni el equilibrio sentimental busca, en cada país, de nuestras fuerzas raciales denun nuevo contacto con la tietro de la ecuación. peligrosa del rra, como elemento; un nuevo mestizaje, ni la fórmula de nues calor y un nuevo sabor del platra relación europea a través de neta. Por eso prefiere, entre to España, ni el sentido de nuestra dos los pueblos de Europa, al vinculación con lo autóctono pueblo de España. Porque es, través del indio. Creo, por otra parte, que esta general aparien la tierra el sentido trágico de cia de campo en broza que nues tra América presenta al sociólo y porque sus hombres son los que han dado al ostra go y al pensador no carece de cismo la designación más real y atractivos intelectuales. Después Herman Keyserling más honda, la que hubiera en de todo, la definición, que cocantado al Barres de Les Demienza por ser una línea indispensable de vida, termina a menudo por punto de vista, sería útil comparar sin al nuevo con ironías la curva desarrollada por Key tinente no podía ser, como se ve, un la más hermosa, reconozcámoslo y aca serling con la que ha descrito, para viaje a la atmósfera de los hombres.
so pertenezca al capítulo de nuestros Francia, un escritor como Paul Morand. Salvo anécdotas, más o meleberes continentales esta obligación de Veamos las equivalencias: Diario de nos intencionadas, sobre las personas empezar por trazarnos nosotros mismos de un Filósofo Rien que la de Buenos Aires, La Paz, Río de Janeinuestras fronteras. Todo ello justifica Terre. Europe Galante ro y Santiago de Chile, no son los homla atención vigilante con que nos acer pa en el espectroscopio. New York. los que le interesan. Le seducen camos a los grandes curiosos de Euro Champions du Monde y Psicoanáli más las serpientes cuanto de serpennos visitan. Doy aquí la pa sis de Norteamérica. Air Indien tino y reptil se oculta o cree el advertir labra curiosidad su más amplia acep Meditaciones sudamericanas. No in en la existencia de Hispanoamérica. En ción lingüística y su rigor filosófico más sistamos, sin embargo, en un paralelo a América del Sur declara la prime lato: los mismos que el propio Keyser fácil, pero que nos obligaría a digre ra impresión es de horror. agrega, ling le concede en el libro de que voy siones para las cuales no tenemos aho aludiendo a los animales de sangre fría a ocuparme Meditaciones sudamericala Ta tiempo ni espacio. Bástenos apuntar con que compara los bajos fondos nas. 1) al oponerla a la indiferen esta coincidencia de temas en dos auto conciencia americana: Los caldeos sa couco servían de la misma res a cia. símbolo de la muerte. los refe que el público no acostumbra agrupar en el mismo estrado, más cien la vida tífico el uno en las apariencias, delicioResumiendo las ideas generales ex. samente frívolo el otro en las sugestio puestas en el preludio de su libro la Hace años (1918. en el Diario de primera de estas Meditaciones es a las viaje de un Filósofo. el autor de El Mas he aquí que, completando lo es restantes como la obertura de un Mundo que nace declaraba: El cami erito en 1918, Keyserling exclama, al sinfónico a los denlás tiempos de la obra sí misno más corto para encontrarse principio de sus Meditaciones sudame. descubrimos que, para Keyserling, la ino da la vuelta al mundo. Es intere ricanas. Cuanto más tiempo trascu América del Sur se halla representada sante observar que esa actitud se ha mi viaje a la América del Sur, conservado firmemente en su espíritu Гу más claramente comprendo lo que ese ciden, no obstante, en sus condiciones continente significó para mí. expli características de tenacidad de iner resulta curioso advertirlo, pues no fué, cia. El primero es el tipo de en aquellos días, el simple efecto de una altipla puedo pensar en América sin sentirme expresión individual del temperamento la costa ligado a a sus cosas. No se trata, en mí, los terrenos bajos en de Keyserling, sino el producto de una en el inquietud europea muy comprensible Al indígena boliviano Keyserling parimentado antes de conocerla, sino de un amor como los que había experece no conocer sino de un modo muy después de la crisis material, intelectual una relación como la que expresan esos imperfecto al indio de las altas mese y moral del año catorce. Desde este antiguos frescos pintados sobre algunas tas de México, tan fino y tan ingenio rocas de Africa: el nombre vagabundo so la altiplanicie lo modela por medio aparece allí atado a su madre lejana por de la puna y logra convertirlo así, a Parlo, sy serling, Meditations Sud Américaines, Stock.
el cordón umbilical. Pasa a la página 330)
de Keyserling al nuev algunas Viaje y bres de palabra tirse y rre desde mi alla ca.
de la trópico.